Comunicado
Global

Nepaleses víctimas de la trata se benefician de la asistencia para el retorno de la OIM

Haití - Tras once meses de sufrimiento, dos nepaleses, que atravesaron cinco países en un viaje que creían terminaría con la obtención de un empleo en Estados Unidos (EE. UU.), han regresado a Katmandú gracias a la ayuda de la OIM.

Ambos hombres, alrededor de los 35 años de edad, fueron reclutados en su Nepal natal por una red de traficantes de personas, a quien pagaron unos honorarios con la promesa de migrar y trabajar legalmente en EE. UU.

En noviembre de 2011, emprendieron un largo viaje que los llevó a Singapur, China, Brasil, Panamá y, por último, Haití, en teoría la última escala antes de alcanzar los EE. UU.

En enero, llegaron a Haití y fueron inmediatamente trasladados a una vivienda privada en la ciudad de Cabo Haitiano, donde eran auténticos prisioneros y apenas si recibían comida y bebían agua sucia.

Además, la familia les confiscó los pasaportes, los amenazaban constantemente y les pedían dinero.

Al concederles permiso para llamar a sus familias en Nepal para pedirles la suma solicitada por sus captores, los hombres aprovecharon para explicarles, en nepalés, que estaban secuestrados y comunicar los puntos de referencia que había visto al ser trasladados hasta la casa.

Sus familiares contactaron inmediatamente a las fuerzas armadas presentes en la aldea, quienes, a su vez, se pusieron en contacto con el batallón de Nepal en Puerto Príncipe y las unidades de policía constituidas de Nepal, presentes en Cabo Haitiano.  Ambos cuerpos forman parte de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH).

Con el apoyo de las unidades de policía constituidas de Nepal y en coordinación con la Policía de las Naciones Unidas, la Policía Nacional de Haití llevó a cabo una exitosa misión de rescate.

“Asombrosamente, pese a la escasa información de la que disponían, las unidades de policía constituidas de Nepal lograron identificar la ubicación de los secuestrados e irrumpieron en la casa”, explica Jennifer MacCormack, jefa de la oficina de terreno de la OIM en Cabo Haitiano.

Tras el rescate, los hombres solicitaron ayuda para ser repatriados.  A continuación, las unidades de policía constituidas de Nepal contactaron a la OIM en Haití, que se entrevistó con ellos con miras a brindarles dicha asistencia.

“La OIM realizó una evaluación, tras la cual determinó que habían sido víctimas de la trata y les prestó ayuda.  Acometimos las formalidades necesarias para la repatriación con la menor dilación posible.  Para ello y para garantizar el seguimiento necesario una vez de regreso, contamos con la colaboración de nuestros colegas de la OIM en Nepal y de una ONG local”, agrega Maccormack.

“Este es un ejemplo de la excelente colaboración entre la Policía Nacional de Haití, la MINUSTAH y la OIM en Haití.  Nos complace enormemente saber que la OIM ha podido ayudar a nuestros compatriotas a regresar a casa”, afirma Sharma Sanjay Raj, comandante de las unidades de policía constituidas de Nepal en Cabo Haitiano.

“Este caso confirma que Haití es un país de origen, tránsito y destino de la trata y tráfico de personas.  Las redes delictivas que allí operan son tanto nacionales como internacionales”, apunta Gregoire Goodstein, jefe de la misión de la OIM en Haití.

“Si bien empezó como tráfico de personas, acabó siendo un caso de trata, debido a las restricciones de desplazamientos, la petición de dinero y los abusos físicos y psicológicos que sufrieron ambas víctimas.  La OIM participó en la financiación a través de su Fondo de Asistencia Global, un mecanismo de emergencia para la protección de las víctimas de la trata”, añade Goodstein.

En Haití, la mayoría de las víctimas de la trata son menores explotados laboralmente, quienes forman parte del sistema conocido por restavek, práctica que se remonta a hace unos dos siglos.  Se trata, normalmente, de personas de zonas rurales muy pobres que “confian” sus hijos a familias de zonas urbanas en una situación algo mejor, quienes, en teoría, se ocupan de satisfacer sus necesidades, como la educación, a cambio de que labores domesticas.  Sin embargo, en casi todos los casos los restaveks acaban siendo explotados y abusados.

Para más información, póngase en contacto con

Ilaria Lanzón
OIM Haití
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