Suiza - El Director General de la OIM, Embajador William Lacy Swing, declaró que el volumen de mujeres en movimiento es mayor que nunca: ellas representan alrededor de la mitad de los mil millones de migrantes del mundo y son casi la mitad de los aproximadamente 51 millones de desplazados a nivel mundial.

En ocasión del Día Internacional de la Mujer de este año, el 8 de marzo, la OIM hace un llamamiento a la comunidad internacional para que se garantice el empoderamiento de las mujeres migrantes y desplazadas a través de la realización plena de sus derechos humanos.

Al conmemorar el importante 20º aniversario y la revisión de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, debemos reconocer que, si bien ha habido muchos logros significativos para garantizar el cumplimiento de los derechos de las mujeres, sigue habiendo grandes carencias para que la igualdad de género se vuelva una realidad.  Ese es el caso, en particular, para las mujeres migrantes.

La migración puede empoderar a las mujeres que salen en busca de nuevas oportunidades y una vida mejor para ellas y sus familias.  Las oportunidades de generación de ingresos, acceso a educación e independencia económica que se pueden alcanzar a través de la migración sirven para empoderar a las mujeres.

Sin embargo, la migración también puede implicar retos, tales como la discriminación, exclusión e incluso violencia.  Las personas que se sienten impulsadas a trasladarse de forma irregular o huir debido a desastres o conflictos se enfrentan a riesgos adicionales, tales como la trata, la explotación y la marginación.

Para enmendar esto, debemos revisar los logros de los últimos veinte años y debemos comprometernos y aprender de las mujeres migrantes para definir el rumbo de los próximos veinte años.

Tomando en cuenta los compromisos de la Plataforma de Beijing, la comunidad internacional debe seguir implementando medidas que protejan a las mujeres migrantes y desplazadas contra la violencia y la explotación, que faciliten su empleo productivo en todos los sectores de la fuerza laboral, y que reconozcan sus habilidades, sus credenciales y su educación.

Las mujeres son líderes y pilares de sus comunidades y deben ser reconocidas por sus diversas destrezas y capacidades: esto incluye a la mujer que emigra a Italia para graduarse con una licenciatura en contabilidad y que regresa al Perú para establecer un negocio exitoso; la mujer en Filipinas que supera los estereotipos de género y construye casas nuevas y seguras tras el tifón Haiyan; y las mujeres de todo el mundo que demuestran fortaleza, capacidad y resistencia, a menudo de cara a la adversidad.

Hay mucho que podemos aprender de ellas.  A través de la colaboración activa, empoderamos no solo a las mujeres sino también a la humanidad.

Si bien ha habido historias de éxito, este ha sido un año difícil.  Más y más mujeres han huido de la violencia y el desastre utilizando métodos peligrosos para emigrar.  Estas mujeres se enfrentan a los terribles riesgos de la trata, el secuestro y la esclavitud, que son peligros que no terminan cuando ellas llegan a su destino, a la ciudad o país que esperaban sería un paraíso.

En estos tiempos difíciles, tenemos que asegurarnos no solo de reconocer los desafíos que enfrentan las mujeres sino también de apreciar sus logros y prestar mayor atención a los derechos de las mujeres y la igualdad de género.

En el Líbano e Iraq, por ejemplo, la OIM ofrece cursos de capacitación dirigidos a mujeres desplazadas para que adquieran nuevas habilidades para ganarse la vida, lo que contribuye a su capacidad de recuperación, y además, para que sensibilicen a otros migrantes sobre la trata y la migración segura.

Ahora nos corresponde escuchar, participar y actuar para garantizar que las políticas y programas de la OIM contribuyan al empoderamiento de estas mujeres valientes y sus comunidades, sin importar su situación legal.

Al mirar hacia el futuro, nos esperan muchas oportunidades para abogar por los derechos de las mujeres migrantes.  En la agenda de desarrollo post-2015 hay que seguir maximizando los beneficios y minimizando los riesgos de la migración para todas las mujeres y hay que asegurarse de que ningún migrante se quede atrás.

En la Cumbre Humanitaria Mundial del año próximo, tenemos que garantizar la igualdad de acceso a la asistencia humanitaria y los derechos y tenemos que seguir trabajando para prevenir la violencia de género.

Por último, ante la tendencia creciente de la migración y el desplazamiento hacia las ciudades, debemos desarrollar políticas sólidas y sensibles al género para hacer frente a los desafíos de la urbanización acelerada, lo que incluye las profundas implicaciones que esto tiene para las estructuras familiares y las consecuencias desiguales para mujeres y hombres.

Nuestro objetivo es claro: como organización debemos seguir participando, involucrándonos y colaborando con las mujeres migrantes como parte integral de nuestro trabajo.  Debemos rendir cuentas a nuestros beneficiarios y garantizar que nuestra programación se lleve a cabo de manera sensible y en condiciones de igualdad.

Incluso en las circunstancias más difíciles, así es como empoderamos a las mujeres migrantes, para que su experiencia de la migración sea positiva, y de esta manera, empoderamos a las comunidades y a la humanidad.

Para consultar el sitio web de la OIM para el Día Internacional de la Mujer de la OIM, por favor dirigirse a:http://migrantwomen.iom.int/

Para conocer una edición especial del boletín Big Issue de la OIM con motivo del Día Internacional de la Mujer, por favor visitar: http://www.iom.int/newsletters/issue67/

Para obtener más información, por favor ponerse en contacto con

Theodora Suter

en las Oficinas Centrales de la OIM

Email: tsuter@iom.int

Tel: +41.22.717.9478