Comunicado
Global

Evacuación de familias para prevenir brote de malaria

Esta semana, después de que el Gobierno haitiano decretase
el cierre de un campamento en Puerto Príncipe, se ha
procedido finalmente a la evacuación de emergencia de unas
1.300 personas que residían en condiciones peligrosas en un
terreno pantanoso infectado de malaria.

Hace ya algún tiempo, los oficiales de la OIM se
percataron del peligroso estado de Parc Fleurieux y, debido al
riesgo de inundaciones de un lago contaminado, se ordenó la
evacuación.  Desde entonces, la OIM ha trabajado en
estrecha colaboración con oficiales del gobierno,
autoridades locales y otros organismos humanitarios para encontrar
una solución alternativa al alojamiento de los allí
residentes.

Este dilatado proceso llegó a su fin la mañana del
22 de julio con la llegada al campamento de autobuses y camionetas
de mudanzas.  Tal y como había sido acordado con
antelación, un grupo de exploradores de los Boy Scouts
haitianos participaron en el reasentamiento, mientras que la
operación fue supervisada por personal de la OIM encargado
de la gestión de los campamentos, por especialistas en
materia de protección y registro y movilizadores
comunitarios.  Por su parte, la seguridad corrió a
cargo de un grupo del personal para el mantenimiento de la paz de
las Naciones Unidas.

«Me preocupa que hayan inundaciones y vientos»,
afirma André Joseph-Venel, de 58 años y padre de seis
hijos, quien ha estado viviendo en un campamento colindante al
terreno pantanoso afectado de malaria desde que su vivienda se
derrumbara tras el seísmo del 12 de enero.  Reynald
Derazin, presidente del comité del campamento, le
aseguró que «en cualquier otro sitio estaría
mejor que aquí».

Un par de horas más tarde, las personas más
vulnerables de Parc Fleurieux se subieron a bordo de minibuses,
mientras que sus pertenencias eran trasladadas en dos grandes
camionetas de mudanzas.

La noticia de las nuevas llegadas provocó tensiones en el
asentamiento Corail.  Para mitigarlas, la OIM ha facilitado
las negociaciones entre el comité del campamento, el
Gobierno haitiano y otros actores humanitarios.

Mediante el ofrecimiento de refugios transitorios y empleos
gracias a los cuales los residentes de Corail podrán
construir sus nuevos hogares, se ha conseguido evaporar en gran
medida las objeciones de este grupo y, a primera hora de la
mañana del jueves, la operación de traslado
había dado comienzo.

La seguridad corrió a cargo de un grupo de policía
femenina de Bangladesh y el personal peruano para el mantenimiento
de la paz (MINUSTAH).  A medida que el día iba
avanzando y con ayuda del personal de la OIM, se erigían
filas y filas de tiendas de campaña color marrón
claro en lo que una vez fue un terreno árido.

A media tarde, un grupo de curiosos residentes del campamento de
Corail se acercó por la zona para saber más sobre sus
nuevos vecinos.

Hasta el momento han sido 51 las familias reasentadas en Corail
(161 personas), y se prevé que el reasentamiento
continúe durante el fin de semana.

El elevado número de haitianos que permanecen en tiendas
de campaña seis meses después de la catástrofe
se explica debido a las dificultades para encontrar emplazamientos
adecuados para el reasentamiento.

Gran parte del terreno disponible fue rápidamente ocupado
por el millón y medio de personas que perdieron sus
hogares.  Existen casos de propietarios que solicitan la
marcha de los desplazados, a quienes acogieron en un primer
momento, lo que ha provocado un aumento en el número de
desalojos.  Como consecuencia de ello, son abundantes las
comunidades que residen en terrenos inapropiados, vulnerables a las
inundaciones, o que están expuestos a situaciones
peligrosas. Por ejemplo, en una zona de la capital, Puerto
Príncipe, un grupo de personas ha acampado en el meridiano
de una autopista.

Haciendo un resumen de la atmósfera del campamento,
Reynald Derazin afirma mientras señala a un grupo de mujeres
que lavan la ropa en un sucio y contaminado riachuelo: «Mira
en que situación nos encontramos. ¿Esto es una vida
digna? No nos queda otra que aprovechar la oportunidad y
trasladarnos a Corail, aunque sólo sea por nuestros hijos y
mayores.  Ahora lo que necesitamos es trabajar, ya que la
población ha empleado los pocos ahorros de los que
disponían para sobrevivir los últimos meses en este
horrible lugar».

Para más información, póngase en contacto
con:

Leonard Doyle

OIM Haití

Tel.: +509 370 25066

Skype: Leonard.Doyle

Email: "mailto:ldoyle@iom.int">ldoyle@iom.int