Con ocasión de la primera reunión del Foro Mundial
sobre Migración y Desarrollo, la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM) hace un llamamiento para
la integración sistemática de las migraciones en las
estrategias de reducción de la pobreza y un mejor apoyo a
las diásporas que desean contribuir al desarrollo de sus
países de origen.



Si se quiere alcanzar verdaderos progresos en lo que respecta a los
beneficios de la migración para el desarrollo, habrá
que abordar estos aspectos, así como la necesidad de
reforzar la capacidad de los Estados para determinar las tendencias
y las lagunas en el mercado laboral, preparando el camino para una
migración laboral segura y planificada.



La OIM considera el Foro Mundial que se celebrará en Brusela
los días 9 a 12 de julio como un importante medio de
identificar las prácticas óptimas y concretas y los
medios prácticos para seguir adelante, aprovechando los
resultados del Diálogo de alto nivel sobre la
migración internacional y el desarrollo, celebrado con
ocasión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en
septiembre de 2006.



“La OIM promueve y apoya el diálogo gubernamental
mundial sobre cuestiones de migración y desarrollo”
dice el Director General de la OIM, Brunson McKinley. “Pero
el diálogo debe conducir a la acción. Es preciso
definir métodos tangibles, orientados hacia los resultados,
que fortalezcan los vínculos mutuamente beneficiosos entre
la migración y el desarrollo a través de asociaciones
dinámicas entre los Estados, las organizaciones
internacionales, la sociedad civil y el sector privado, con el fin
de hacer de la migración una fuerza potente para el
desarrollo, tanto en los países de origen como en los
países de acogida”.



Numerosos países participantes carecen de políticas
migratorias amplias y de los mecanismos para elaborarlas, que
protejan también los derechos humanos de los migrantes y
promuevan su desarrollo personal. Un elemento clave para ello es la
vinculación de los diversos interesados directos en los
ámbitos de la migración y el desarrollo.



Con frecuencia se pasa por alto la función de las
diásporas en la ecuación del desarrollo, a pesar del
enorme potencial que encierran.



“La mayoría de los migrantes están dispuestos a
invertir parte de sus economías y sus aptitudes y
experiencia en favor del desarrollo de sus países de origen.
Pero es muy frecuente que su buena intención no se
materialice simplemente porque no saben cómo aplicar esos
elementos de la mejor manera. Si fuera posible encauzar mejor sus
contribuciones, no sólo serían agentes eficaces para
el desarrollo sino también elementos cruciales para la
consecución de los Objetivos de desarrollo del
milenio,” dice Ndioro Ndiaye, Directora General Adjunta de la
OIM.



A través de programas como el de Migración para el
Desarrollo de África, la OIM ha logrado movilizar a los
miembros de las diásporas en aras del desarrollo de sus
países de origen. El establecimiento de diálogos
auspiciados por la OIM entre comunidades de expatriados africanos y
los países de origen y de destino también ha
subrayado la necesidad de ayudar a los migrantes a tener acceso a
las instituciones financieras y a las facilidades de micro
crédito, promoviendo una mayor corriente de recursos. Los
diálogos entre las diásporas también han
permitido identificar oportunidades para la inversión en los
países de origen, lo que ha conducido a una
utilización más productiva de las remesas.



Los programas y métodos de migración para el
desarrollo con características semejantes deben integrarse
en políticas migratorias amplias para mitigar las posibles
repercusiones negativas de la fuga de talento de los países
en desarrollo y promover la migración circular.



Con el apoyo de la OIM en todo el mundo, los diálogos
regionales intergubernamentales sobre la migración
también pueden convertirse en instrumentos de gran eficacia
para promover una mayor coherencia política y
programática.

En Asia, los Ministros de Trabajo de los países de origen
han establecido el Proceso de Colombo para aprovechar el potencial
de desarrollo de mercados laborales en el extranjero.



La OIM aportó sus conocimientos y experiencia a los
organizadores del Foro, y a numerosos Estados participantes, tanto
a modo individual como a través de su presidencia del Grupo
Mundial sobre la Migración, integrado por diez
organizaciones, durante el primer semestre de 2007.



La OIM también ha respondido positivamente al examen de las
solicitudes de asistencia técnica y creación de
capacidad formuladas por varios gobiernos como parte de un mercado
paralelo, en el que los gobiernos que han determinado las
necesidades en materia de asistencia y los que ofrecen servicios de
apoyo pueden promover resultados y asociaciones de carácter
concreto.



La OIM está dispuesta a participar con los Estados en la
labor de seguimiento de la primera reunión del Foro Mundial,
a prestar apoyo al Gobierno de Filipinas en su calidad de
próximo país anfitrión, y a todos los Estados
que intervienen en la configuración de su futuro.