Un nuevo informe pone de manifiesto las lagunas en materia de evaluación del impacto sobre la migración y el medio ambiente
A medida que la población mundial redescubre, tras una
década de negligencia, el impacto sobre la migración
y el medio ambiente, un nuevo estudio de la OIM en el que se
evalúan las pruebas existentes en dicho ámbito pone
de relieve la necesidad de actuar para hacer frente a los
desplazamientos internos y transfronterizos como consecuencia del
cambio climático y la degradación medio ambiental.
A pesar de que la información de la que se dispone al
respecto es poco fidedigna, la publicación de la OIM,
Migración, medio ambiente y cambio climático:
evaluación de las pruebas, manifiesta que los
desplazamientos humanos a gran escala causados por el cambio
climático y la degradación medio ambiental no
sólo es inevitable sino que es una realidad. No
obstante, un gran número de estos desplazamientos son
internos o transfronterizos, desmintiendo los temores de que miles
de pobres migrarán hacia los países ricos a causa del
cambio climático.
Tras descubrir que el número de personas afectadas por
desastres naturales ha sufrido un aumento de más del doble
en los últimos años, el informe resalta que no existe
relación en el aumento de la migración internacional
desde las regiones afectadas por los desastres en dicho margen de
tiempo.
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target="_blank" title="">Migration, Environment and Climate
Change: ASSESSING THE EVIDENCE
Por el contrario, el informe -realizado gracias al apoyo de la
Fundación Rockefeller- sostiene que, tal y como muestran las
investigaciones actuales, la migración inducida por
desastres naturales repentinos y de larga duración, como las
sequías, son principalmente desplazamientos internos de dos
tipos: de zonas rurales a zonas rurales o de zonas rurales a zonas
urbanas. Por otro lado, la migración internacional
suele ser transfronteriza ya que un desplazamiento mayor
requeriría de la planificación y los recursos de los
que no suelen disponer las personas que han sufrido la
pérdida de sus hogares y medios de subsistencia.
Determinados programas nacionales de acción para la
adaptación, creados por los países menos adelantados
como estrategia de adaptación al cambio climático,
ofrecen ejemplos de migración interna inducida por el cambio
climático o por factores medio ambientales. Mali, por
ejemplo, describe la migración norte-sur y hacia los
países costeros en África oriental como una
estrategia de adaptación espontánea a la
sequía aunque admite que este tipo de migración
interna aumenta la presión de las regiones con ecosistemas
frágiles.
También se pone de manifiesto el impacto de los desastres
naturales de evolución lenta en contraposición con
los fenómenos climáticos extremos, tales como
tormentas e inundaciones. Entre 1979 y 2008, 718 millones de
personas sufrieron las consecuencias de tormentas mientras que 1,6
mil millones de personas se vieron afectadas por la
sequía.
No obstante, para algunos países y estados insulares,
entre los que se incluyen Santo Tomé y Príncipe,
Samoa, las Islas Salomón y las Maldivas, el reasentamiento
interno constituye la única estrategia de adaptación
posible frente al cambio climático.
El informe expone que, de manera general, los países
buscan gestionar la migración medio ambiental dentro de sus
fronteras, a excepción de los pequeños estados
insulares amenazados por el aumento del nivel del mar -aumento que
ha provocado en determinadas ocasiones la desaparición de
algunas islas, que han quedado sumergidas-, forzando la
migración interna.
Sin embargo, los futuros desplazamientos inducidos por el
clima-sean internos o hacia países vecinos-
necesitarán del apoyo internacional, ya que los
países menos desarrollados no dispondrán de la
capacidad ni de los recursos necesarios para gestionar y responder
a dichos flujos migratorios.
El informe destaca igualmente la preocupante carencia de
políticas destinadas a hacer frente a la migración
medio ambiental en los países de destino del mundo
desarrollado. A pesar de reconocer que el impacto del cambio
climático en la migración estará relacionado
principalmente con los desplazamientos internos, la
migración internacional ganará, sin duda alguna,
importancia en el futuro y, por ello, serán necesarios las
políticas y los programas de los que se carece en la
actualidad.
Los posibles puntos conflictivos en relación a la
migración internacional son países con una elevada
tasa de emigración, que deben hacer frente a grandes
dificultades socioeconómicas y que sufren importantes
desastres naturales de evolución lenta que influyen en
aspectos tal y como la seguridad alimentaria. Entre dichos
países se incluyen Afganistán, Bangladesh, la mayor
parte de Centroamérica y varios países de
África oriental y del sureste asiático.
No obstante, la carencia continuada de información sobre
migración y cambio climático/degradación medio
ambiental constituye el principal obstáculo a la hora de
forjarse una idea clara del problema y de planificar la
respuesta. Si acaso, los cálculos aproximados de los
que se disponen sobre las cifras de migrantes medio ambientales
(entre 25 y mil millones de personas en el 2050) no hacen
más que señalar la falta de información
fidedigna a este respecto.
Igualmente, el informe indica la necesidad de un enfoque
más equilibrado para así poder comprender la
relación existente entre la migración y el cambio
climático, un asunto complicado que suele ser abordado desde
el punto de vista de los desplazamientos forzados causados por
fenómenos climáticos extremos, pasando por alto el
papel que la migración puede desempeñar como
solución de adaptación a una nueva realidad
climática.
Se trata del único informe que recopila todos los
aspectos de las investigaciones existentes sobre migración y
medio ambiente. Para consultarlo, visite:
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"http://publications.iom.int/bookstore/free/migration_and_environment.pdf"
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con:
Jean-Philippe Chauzy
OIM Ginebra
Tel. + 41 22 717 9361/+41 79 258 4366
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