Comunicado
Global

Tres años más tarde, la resiliencia de los refugiados rohingyas guía la respuesta humanitaria y la rendición de cuentas

Una madre rohingya y su hijo escapan de Myanmar en octubre de 2017. Foto: Muse Mohammed / OIM.

Cox’s Bazar – El día 25 de agosto marca exactamente tres años desde que cientos de miles de hombres, mujeres y jóvenes rohingyas de ambos sexos fueron a Cox’s Bazar, Bangladesh, en búsqueda de seguridad, tras haber sido forzadamente desplazados de Rakhine, Myanmar, debido a la violencia imperante y el temor a ser perseguidos. 

Desde entonces, los refugiados rohingyas han estado en el centro de la respuesta, trabajando con las comunidades de acogida, oficiales de gobierno, donantes y asociados humanitarios y en el desarrollo, a fin de asegurar su protección y el bienestar de las comunidades de acogida, hasta que se puedan lograr soluciones sostenibles para el retorno seguro, digno y voluntario y la reintegración en Myanmar.

Los refugiados rohingyas han demostrado su fortaleza y capacidad para poder enfrentar la situación, mediante la participación en actividades organizadas en los campamentos, tales como consultas, obras de infraestructura, preparación y respuesta a desastres, y discusiones que involucran y demandan una devolución de parte de grupos o personas específicas con necesidades también específicas – líderes religiosos, mujeres, ancianos y personas con discapacidades, tan sólo por nombrar algunos. Su participación asegura la rendición de cuentas de la respuesta humanitaria para las poblaciones afectadas por la crisis.

El Gobierno de Bangladesh lidera la respuesta humanitaria, permitiendo que una serie de asociados humanitarios y en el desarrollo fortalezcan la protección y las soluciones para los refugiados rohingyas mediante la entrega de alimentos, agua apta para el consumo y servicios sanitarios, además de otras formas de asistencia sectorial.

La promoción de condiciones seguras y saludables en los campamentos, y la provisión de asistencia multisectorial vital y de calidad a los refugiados y a las poblaciones de las comunidades de acogida que padecen necesidades requieren de una cooperación continua de parte de varios actores claves, de recursos humanos y materiales y de fondos por parte de la comunidad internacional.

Aun así, una serie de desafíos abrumadores persisten. Ha habido poco progreso en Myanmar en lo relativo al retorno seguro, voluntario, digno y sostenible de los refugiados rohingyas. Una calidad de vida surcada por barreras y por la dependencia de asistencia en los campamentos representan obstáculos cotidianos que los refugiados deben vencer para poder sobrevivir. La crisis sanitaria mundial provocada por la COVID-19 está también impactando en la provisión de servicios humanitarios, los cuales ha debido ser modificados para incentivar el distanciamiento físico y otras prácticas relacionadas con la higiene.

A lo largo de los últimos tres años, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y otros actores claves han reflexionado acerca de las lecciones aprendidas y han mejorado las operaciones humanitarias para poder paliar de mejor modo las necesidades vitales de los rohingyas y de las comunidades de acogidas en el distrito.

 

Para más información por favor contactar a Itayi Viriri en la Oficina Regional para Asia y el Pacífico en Bangkok, Tel: +63 916 237 0574, Correo electrónico: iviriri@iom.int