Los gobiernos deberían crear políticas globales si
desean movilizar con éxito las diásporas a favor del
desarrollo socioeconómico de los países de origen y
de destino, según el último informe de la Serie de
Investigación sobre la Migración de la OIM.

Aunque los miembros de las diásporas, por lo general,
están deseosos de participar en proyectos de desarrollo, el
informe señala que hay grandes obstáculos que
continúan impidiendo su incorporación. Menor
burocracia, mejor identificación de proyectos de
inversión, reducción de costos de transferencia de
remesas y seguridad mejorada de transacciones comerciales
deberían formar parte de enfoques de políticas
globales. Otras medidas, como la aceptación de la doble
nacionalidad, pueden también alentar a los miembros de las
diásporas a invertir en el crecimiento económico y el
desarrollo de los países de origen y de destino.

El informe indica que los gobiernos deberían proporcionar
un entorno favorable, social, político y económico y
alentar a las diásporas a mantener el deseo de continuar con
sus iniciativas y contribuciones.

Promover un diálogo entre comunidades de expatriados y
gobiernos, responder de manera positiva a las peticiones hechas por
las diásporas tendrían que ser parte de iniciativas
de generación de confianza que puedan asimismo fortalecer la
incorporación de las diásporas.

El informe afirma que a pesar del gran interés y las
deliberaciones integrales sobre migración y desarrollo,
existe un conocimiento limitado sobre la forma en que los gobiernos
se unen a las diásporas y poca información sobre las
políticas que funcionan de mejor manera.

Este sostiene que las políticas actuales se centran
demasiado en transferencias financieras cuantificables y no toman
en consideración otros aspectos que representan importantes
fuentes de riqueza, en particular, las contribuciones de las
diásporas a los intercambios comerciales, creación de
negocios, transmisión de conocimientos técnicos,
iniciativas de desarrollo local y todo tipo de inversiones.

Además, la falta de asociación entre los
países de origen y de destino es un obstáculo clave
que impide que las diásporas desempeñen un papel
más activo en el desarrollo.

El informe concluye que a fin de maximizar el potencial de
desarrollo de las diásporas, los gobiernos y los encargados
de la formulación de políticas habrían de
adoptar un enfoque paulatino de varios estratos para crear
políticas que tengan éxito.

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Dina Ionescu

OIM en Ginebra

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