Comunicado
Global

Se mejoran los servicios de salud en los campamentos de refugiados de Bangladesh, pero las lluvias de los monzones traen nuevas amenazas

Una refugiada rohingya y su bebé reciben tratamiento en una clínica de la OIM en Leda, Cox’s Bazar, Bangladesh. Foto: OIM/Muse Mohammed

Cox’s Bazar – El Dr. Samir Howlader recuerda cuando hace un tiempo, menos de dos años, la mayor parte de los servicios de salud eran provistos de a pie o en ambulancias alquiladas a los cientos de miles de refugiados rohingyas que se adentraban en Bangladesh procedentes de Myanmar.

“Efectivamente no había instalaciones adecuadas para los recién llegados en agosto de 2017”, dijo, en referencia al casi millón de rohingyas que huyeron a través de la frontera rumbo a Cox’s Bazar. “Muchos de ellos presentaban cuadros de disentería, diarrea e infecciones del tracto respiratorio. También presentaban quemaduras, heridas de bala y otras verdaderamente espantosas. Su llegada hubiera ejercido mucha presión incluso sobre el más sofisticado servicio de salud”.

Los médicos móviles también debieron enfrentar abrumadoras dificultades logísticas. Hubo cinco equipos que proveían servicios móviles, y cinco que transportaban a los pacientes a instalaciones localizadas fuera de los campamentos. Tenían que trasladar sus propias medicinas y a menudo viabajan por caminos fangosos en muy difíciles condiciones, de acuerdo con el Dr. Howlader, que se desempeña como Funcionario del Programa Nacional de Salud en la OIM.

Tan sólo dieciocho meses más tarde, la situación en campo ha mejorado muchísimo, de acuerdo con el Dr. Francis Tabu, Coordinador Sanitario de Emergencias de la OIM. Muchas de las clínicas de bambú han sido mejoradas y convertidas en instalaciones pre-fabricadas y se ha incorporado una mayor cantidad de personal especializado en cuidados de la salud.

La OIM cuenta ahora con 45 doctores, 40 parteras, 31 enfermeras y también choferes de ambulancia y  personal auxiliar que trabaja tanto en los campamentos como en las comunidades de acogida. Desde agosto de 2017, más de un millón de pacientes han recibido consultas en 11 clínicas de la OIM y en otras 9 clínicas de la OIM que reciben apoyo del gobierno. Más de 3.200 bebés han nacido exitosamente en los primeros tres meses de este año.

Pero dado que se espera que la temporada de monzones comience el próximo mes, los doctores de la OIM advierten que el cuidado de la salud en los campamentos sigue siendo inadecuado para poder paliar las necesidades de sus residentes. Cada año las copiosas lluvias y los fuertes vientos traen consigo enfermedades originadas en la mala calidad del agua como por ejemplo diarrea, infecciones del tracto respiratorio superior e inferior y parásitos tropicales. En 2018 muchas personas sufrieron también heridas por accidentes relacionados con el clima y por aludes.

En un taller sobre salud destinado a evaluar los logros y planificar los desafíos por delante la semana pasada en Cox’s Bazar, el Dr. Tabu le dijo al equipo de salud de la OIM que era necesario recibir un mejor feedback de parte de los refugiados y de las comunidades locales si estaban pensando en “aumentar su nivel de actividad y mejorar la calidad de los servicios”. “Necesitamos incentivar a los pacientes para que nos den sus sugerencias y para que aporten sus comentarios a los Centros de Información y Feedback de la OIM”, dijo.

Presionar aquí para acceder al último Informe de Situación con un detalle del trabajo de la OIM en el campamento de refugiados rohingyas en Cox’s Bazar.

Para mayor información por favor contactar a George McLeod en la OIM Cox’s Bazar, Tel: +880 18 7071 8078, Email: gmcleod@iom.int