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Global

Masiva respuesta sobre alojamientos en Filipinas central un mes después del paso del tifón Haiyan

Filipinas - Ahora que se ha pasado de la etapa de emergencia a la de recuperación temprana, la OIM redobla sus esfuerzos por proporcionar mejores refugios a los cientos de miles de personas de Filipinas central que perdieron sus hogares tras el tifón Haiyan.

Pese al descenso paulatino del número de personas alojadas en centros comunitarios, con amigos o familiares, las necesidades son enormes aún.  Se estima que más de un millón de viviendas han sufrido desperfectos, lo que ha provocado el desplazamiento de cuatro millones de personas.

En el marco de la respuesta gubernamental, se ha puesto en marcha una enorme cadena logística y la ciudad de Tacloban ha recibido las primeras chapas onduladas, así como material de formación sobre cómo reconstruir de forma segura.  Esto se ha cargado ya en camiones y mañana, 7 de diciembre, se repartirá entre las 600 familias más vulnerables.  El país ha recibido también más de 10.000 sets adicionales para el refugio y la recuperación.

"Las limitaciones no tendrán que ver con la capacidad de adquisición, la logística o las necesidades humanitarias.  Nuestra limitación será financiera.  Todo el dinero recibido se ha gastado", señala Marco Boasso, jefe de la misión de la OIM en Filipinas.

La ciudad, asolada por el terremoto, recibirá este fin de semana un total de 18.000 chapas onduladas, además de sets de herramientas (martillos, sierras, palancas, palas y kits de reparaciones), que se distribuirán entre 1.700 familias.  Otras 100.000 chapas y sets están de camino.

En los próximos días la Organización enviará planchas de hierro, mantas, herramientas, clavos, cuerdas, lonas, bidones, cubos, colchonetas, bambú, lámparas solares y sets de cocina a través de sus centros de operaciones en Tacloban, Cebu, Roxas, Ormoc y Guiaun, de los que se beneficiarán 50.000 familias.  Ayer, 5 de diciembre, más de 230 familias de una de las zonas más pobres de Tacloban recibieron lámparas solares, mantas y bidones.

"Nuestro objetivo es que la gente esté en viviendas seguras donde puedan reconstruir sus vidas.  Los camiones están listos para partir y colaboraremos con el Gobierno para que las distribuciones lleguen a los más necesitados lo antes posible.  También estamos listos para ayudar al Gobierno a encontrar soluciones duraderas a largo plazo", afirma Conrado Navidad, coordinador nacional de emergencias de la OIM en Filipinas.

Entretanto, los equipos de la OIM han supervisado 143 emplazamientos para desplazados, gracias a lo cual se dispone de un panorama detallado de las necesidades, condiciones y tendencias de una amplia zona afectada por el tifón. 

"Con la matriz de seguimiento de desplazados hemos obtenido información y hemos podido reaccionar a las situaciones a medida que sucedían.  Este mecanismo se ha utilizado tras el paso de otros tifones por Filipinas y otros países como Haití, el Pakistán, Sudán del Sur, el Iraq y el Afganistán.  Gracias a él, podemos mantener un diálogo continuo y a tiempo real con las comunidades desplazadas, al mismo tiempo que intercambiamos información sobre la ayuda y respondemos a solicitudes", continua Navidad.

Junto con el Departmento de Bienestar Social y Desarrollo del Gobierno filipino y otros asociados, la OIM ha creado una red de comunicación con las comunidades que cuenta con periodistas locales, centros de llamadas y envío de mensajes y medios de comunicación sociales y tradicionales.  El proyecto se dirige a 500.000 personas que se encuentran en centros para desplazados y comunidades de acogida, y hace especial hincapié en las mujeres y los niños.

Para más información o entrevistas sobre la situación un mes después de la catástrofe, póngase en contacto con

Joe Lowry
Tel.: +63 927 6298700
Correo electrónico: jlowry@iom.int.