Una reciente evaluación de la OIM y el Ministerio
Iraquí para el Desplazamiento y la Migración (MoDM,
por sus siglas en inglés) indica que los retornos en todo el
país siguen siendo discontinuos mientras que un
número creciente de familias indigentes de desplazados
internos (DI) corren el riesgo de que se las desahucie de los
edificios públicos o de los terrenos en los que se
instalaron al no tener adonde ir.

En la provincia sureña de Muthanna, las autoridades
locales recientemente dieron la orden de que se retire todo
asentamiento colectivo ilegal en un periodo de dos semanas, sin
importar si las familias ocupantes son DI o comunidades
anfitrionas.  Por otra parte, en el vecindario de Al Tanak,
esta decisión ya afectó a decenas de familias
empobrecidas que viven en casas de lodo construidas en terrenos
públicos.

De acuerdo con el informe, en ocasiones las familias desplazadas
que consideran que simplemente no tienen a dónde ir se
oponen las órdenes de desalojo, como sucedió en
Jenaina, vecindario en Basra, dónde según los
monitores de la OIM, las familias que ocupaban un antiguo edificio
de los servicios de inteligencia del ejército organizaron
una exitosa manifestación para protestar contra la orden de
desalojo en su contra.

En otras provincias, las autoridades locales siguen en busca de
las familias desplazadas provenientes de las provincias vecinas
para desalojarlas en un intento por mantener la seguridad. 
Estos desalojos están afectando a las familias de Diyala y
Anbar que han sido desplazadas a la provincia de Salah al-Din.

Sin embargo, el informe afirma que la Oficina del Primer
Ministro, las Fuerzas Iraquíes y la Fuerzas
Multinacionales-Iraq (Multi-National Force-Iraq) han facilitado los
retornos a zonas más seguras en Bagdad, mientras que algunos
están regresando por su propia cuenta a de las provincias de
Diyala y Anbar.

Los avances en materia de seguridad y la reconciliación
entre varias facciones se tradujeron en el retorno a Rasheed,
subdistrito de Bagdad, de más de 1000 familias
desplazadas.  No obstante, a pesar de que la reciente tregua
entre la milicia chiita y las fuerzas gubernamentales ha afianzado
la seguridad en Sadr City, tan solo unas cuantas familias han
vuelto al lugar después de los enfrentamientos
recientes.

El reporte también indica que la escasez de instalaciones
en todo el país afecta a quienes vuelven a sus hogares,
además de que casi la mitad de las familias afirmaron solo
tener acceso esporádicamente a las raciones de comida del
gobierno, que están lejos de satisfacer sus
necesidades.  Asimismo, el acceso al agua potable, a la
educación, a los servicios de salud y a los medicamentes
también es problemático, sobre todo para las familias
pobres.

Actualmente, son más de 2,7 los millones de
iraquíes desplazados, de los cuales 1,5 millones fueron
desplazados desde febrero de 2006, cuando el bombardeo del templo
de Al-Askari en Samara desencadenó una nueva crisis de
desplazados.

El informe está disponible en:

"http://www.iom-iraq.net/Library/IOM%20Iraq%20Displacement%20Assessments%20&%20Statistics%2015%20May%2008.pdf"
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Si desea más información, favor de ponerse en
contacto con

Dana Graber Ladek

de la OIM en Iraq

tel.: +962 79 611 1759

correo electrónico: href="mailto:dgraber@iom-iraq.net" target="_blank" title=
"">dgraber@iom-iraq.net