Ginebra/Washington – Mientras las restricciones a los viajes a raíz de la COVID-19 —más de 100.000 a finales de 2021—siguen inhibiendo la movilidad transfronteriza, un nuevo informe identifica las tendencias, desafíos y oportunidades para que los gobiernos, las organizaciones internacionales y otros actores claven puedan crear una arquitectura global mucho más sólida en el ámbito de la movilidad y de la salud. Lograrlo ayudaría a restaurar, en condiciones seguras, los viajes y la migración tal como se daban antes de la pandemia, además de preparar mejor a los países para futuras crisis de salud pública.  

El informe publicado hoy por el Instituto de Datos Mundiales y por el Instituto de Políticas Migratorias (IPM) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) analiza el impacto de la COVID-19 sobre la movilidad internacional, partiendo de una base de datos de la OIM que hace un mapeo de las medidas sanitarias, otras aplicables a los viajes y de los cierres de frontera en todo el mundo.  

El informe COVID-19 y el Estado de la Movilidad Mundial en 2021, examina las tendencias durante el segundo año de la pandemia en una variedad de segmentos, incluyendo los cambios en las restricciones, los movimientos humanos, y las innovaciones en materia de políticas. Este informe llega justo antes del primer Foro de Revisión de la Migración Internacional (del 17 al 20 de mayo) en el que los Estados Miembros de las Naciones Unidas se congregarán para evaluar el progreso alcanzado en la implementación del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular. La OIM considera que es prioritario que los Estados trabajen conjuntamente para prepararse para futuras pandemias y para poder mitigar sus impactos.  

Tendencias relacionadas con las restricciones:  

• Un alejamiento de las restricciones generales propias de cada país. Los países aplicaron restricciones sobre la base de los viajeros, como por ejemplo los requisitos de presentación de certificados de vacunación o de resultados negativos de pruebas de COVID-19. 
• Un giro hacia la “movilidad por excepción”. En lugar de levantar las restricciones los gobiernos pusieron el foco en las excepciones para grupos de viajeros, creando una mayor complejidad en el régimen de medidas para los viajes.  
• Respuestas inconsistentes a variantes de relevancia. Aún cuando algunos países impusieron restricciones a las rutas mientras se identificaban nuevas variantes, otros esperaron a que aumentaran la cantidad de casos y a que las nuevas variantes circularan en todo el mundo.  

Tendencias relacionadas con la movilidad: 

• Una recuperación parcial en los movimientos regulares. Mientras se levantaban algunas restricciones a los viajes, la migración en cierta medida también aumentaba,  pero los migrantes y los viajeros seguían enfrentando mayores costos para desplazarse entre las fronteras, y también demoras relacionadas con la pandemia y retrasos en los procesamientos de las visas y de los viajes. 
• Un aumento en algunas formas de movimientos irregulares e inseguros. Debido a que las oportunidades de desplazarse a través de canales regulares se vieron limitadas por las políticas relacionadas con la pandemia y dado que las condiciones económicas y sociales empeoraban en muchos países, la migración irregular aumentó en diversas partes del Mediterráneo, a través de África y de las Américas hacia la frontera con los Estados Unidos. 
• Una brecha cada vez mayor entre quienes pueden y no pueden desplazarse. Los costos de los viajes, que incluyen los costos financieros relacionados con la cuarentena y las pruebas, y también la constante incertidumbre, siguieron impidiendo la movilidad y ampliaron la brecha en todo el mundo entre quienes podían movilizarse y quienes no, siendo los canales migratorios regulares solamente accesibles para quienes podían afrontar esos costos tan elevados.  

Es alentador que el mundo haya sido testigo de un buen nivel de innovación en políticas, sobre todo en lo relacionado con la evaluación de riesgos y con las credenciales sanitarias digitales. Entre las tendencias que se han vislumbrado pueden mencionarse:  

• La coordinación mundial sigue siendo limitada pero está en aumento. Si bien han persistido las medidas de viaje unilaterales, los esfuerzos para el fortalecimiento de la coordinación alcanzaron cierto ímpetu, principalmente por medio del sistema de Naciones Unidas, y los gobiernos y las organizaciones internacionales reiteraron su compromiso con la cooperación, con una mejor integración de la movilidad mundial y de las consideraciones sanitarias. Por ejemplo, la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO) produjo una guía en colaboración con las organizaciones internacionales para los gobiernos y líderes de la industria en cuanto a cómo retomar la movilidad a través de corredores de salud pública. 
• La colaboración fue más intensa en algunas regiones. Quienes contaban con los niveles más altos de cooperación antes de la pandemia, en particular las regiones con movilidad intrarregional y marcos fronterizos existentes tales como los países de Europa y de la Comunidad del Caribe (CARICOM), estuvieron mejor equipados para coordinar las diversas respuestas a la pandemia.  

El informe pone de relieve de qué manera los gobiernos, las organizaciones internacionales y otros actores claves de relevancia podrían trabajar conjuntamente para desarrollar una arquitectura mundial más sólida en el ámbito de la salud y la movilidad. Ofrece una serie de principios que deberían gobernar la movilidad transfronteriza, incluyendo el uso claro y predecible de medidas para los viajes; la equidad en cuanto a solicitar medidas de bajo costo para todos los viajeros con independencia de su origen; uso simplificado y económico de restricciones de acceso; y una mirada puesta en el futuro, con inversiones hechas ahora en sistemas que formarán la base de las respuestas a futuras crisis sanitarias.  

“Si 2020 fue el año de las crisis y de la fragmentación, 2021 fue el año en el que se dieron esfuerzos parciales que no alcanzaron a cubrir todos los aspectos necesarios para retomar la movilidad”, escriben los autores del informe. “Aprendiendo de las lecciones aprendidas de la pandemia hasta este momento y tomándolas como punto de partida, las autoridades y los gobiernos y asociados pueden trabajan juntos para recomenzar con la movilidad a escala y desarrollar una arquitectura para la movilidad mundial que sea más resiliente en 2022 y aún más allá”.  

Podrá leer el informe AQUÍ 

Acerca de la Organización Internacional para las Migraciones  

Establecida en 1951, la OIM es la organización intergubernamental líder del ámbito de la migración y trabaja estrechamente con asociados gubernamentales, intergubernamentales y no gubernamentales. Con 174 estados miembros, ocho más que detentan el estatus de observadores y oficinas en más de 100 países, la OIM está dedicada a promover la migración humana y ordenada para beneficio de todos. Lo hace brindando servicios y asesoría a los gobiernos y a los migrantes. Podrá conocer más sobre la OIM en: www.iom.int. 

Acerca del Instituto de Políticas Migratorias 

Se trata de una organización imparcial y como tal el IPM procura mejorar las políticas de inmigración e integración a través de investigaciones y análisis confiables, oportunidades de aprendizaje y diálogo, y el desarrollo de nuevas ideas para el abordaje de cuestiones complejas de políticas. Fundado en 2001, el IPM brinda análisis, desarrollo y evaluación de políticas sobre migrantes y refugiados, a nivel local, nacional e internacional. Procura cubrir la demanda cada vez mayor de respuestas pragmáticas bien pensadas frente a los desafíos y oportunidades que la migración a gran escala, sea forzosa o voluntaria, le presenta a las comunidades e instituciones en un mundo cada vez más integrado. Para conocer más acerca del IPM por favor visite:  www.migrationpolicy.org. 

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Para más información por favor contactar con:  

OIM: Paul Dillon, +41 79 636 98 74, pdillon@iom.int 

MPI: Michelle Mittelstadt , +44 208 123 6265, mmittelstadt@migrationpolicy.org