La OIM acaba de publicar los perfiles bianuales de las provincias
iraquíes: un análisis de fondo acerca de las
tendencias y la situación actuales en  materia de
desplazados en cada una de las 18 provincias del país.

Según el informe, la situación apremiante de los
2,8 millones de desplazados internos (DI), de los que 1,6 millones
fueron desplazados después del bombardeo de la mezquita en
Samara en febrero de 2006, requiere de la atención urgente y
constante de la comunidad internacional, a pesar de que en ciertas
provincias se hayan registrado algunas mejorías.

El porcentaje más alto de DI luego del 2006 se encuentra
en Anbar, Bagdad y Diyala, en dónde las mejorías en
materia de seguridad han motivado el retorno de unos cuantos
desplazados a sus pueblos de origen.  Ello ha sucedido
principalmente en la provincia de Bagdad, a la que ha vuelto la
mayoría de las personas que han decidido regresar a sus
hogares.

Un 75 por ciento de los desplazados originarios de Bagdad afirma
que sus propiedades están ocupadas, bajo el control de
alguien o que otros ciudadanos se han apoderado de ellas, lo que
subraya la necesidad de que el Gobierno iraquí tome cartas
en el asunto, pues cada vez son más los DI que están
considerando la posibilidad de regresar a sus hogares.

Por otra parte, el informe señala que muchas de las
mujeres y niños desplazados Anbar, Bagdad y Diyala, al igual
que muchos otros en todo el país, siguen siendo
particularmente vulnerables a las duras condiciones de vida en los
asentamientos de ocupantes ilegales en los que se tiene un acceso
escaso o nulo a los servicios médicos, a la
educación, al agua potable y a otros servicios
básicos. 

En el distrito de Anbar Al-Ka'im, los observadores de la OIM han
reportado que muchos niños han sido obligados a mendigar y
sus madres se ganan la vida recolectando basura y
revendiéndola.

Por fortuna, las condiciones de vida de los DI en las tres
provincias del sur (Basora, Al Muthanna y Thi-Qar) son un poco
mejores en comparación con aquellas en el resto del
país. Un 95 por ciento de los desplazados en Basora tienen
un acceso regular al agua y un 49 por ciento reciben víveres
además de aquellos repartidos por el Sistema Público
de Distribución del Gobierno (PDS, por sus siglas en
inglés).

Asimismo, el informe señala que un 84 por ciento de los
desplazados en las tres provincias del norte (Erbil, Salaymaniyeh y
Dahuk) se ven obligados a pagar rentas elevadas por instalaciones
insalubres, un 65 por ciento afirma no tener acceso o carecer de
los medios para adquirir combustible y un 76 por ciento
declaró no tener acceso a las raciones de víveres del
gobierno; tan solo un 3 por ciento recibe víveres de otras
fuentes. 

En Kirkuk, Ninewa y Salah al-Din, provincias volátiles,
muchos DI siguen viviendo en tiendas de campaña o en
antiguos campamentos militares de los que es común que los
habitantes sean desahuciados.  Un 72 por ciento declaró
no tener acceso a los servicios de salud, mientras que un 90 por
ciento de los desplazados en Kirkuk no había participado en
las campañas de vacunación.

En esta misma provincia, los observadores advirtieron de las
condiciones de vida particularmente duras entre las mujeres y
niños DI, ya que a menudo los niños no asisten a la
escuela, están malnutridos, descalzos y su higiene personal,
desatendida.

En lo que respecta a los desplazados en las provincias de
Kerbala, Najaf y Babilonia, un 21 por ciento de ellos no cuentan
con un techo fijo puesto que viven en asentamientos colectivos, en
edificios públicos o en terrenos públicos bajo la
constante amenaza del desahucio.  Sin embargo, la
mayoría de los DI en estas provincias dice tener acceso a
servicios médicos, agua potable y asistencia alimentaria, a
pesar de que muchos de los niños siguen sin poder asistir a
la escuela.

Los informes sobre los perfiles provinciales (Governorate
Profile Reports) están disponibles en: "paragraph-link-no-underline" href=
"http://www.iomiraq.net/iomgovpro.html" target="_blank" title=
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