La OIM en Colombia y el Gobierno colombiano han lanzado esta
semana, con la financiación de la Agencia estadounidense
para la el Desarrollo Internacional (USAID), Pequeñas
victorias, un libro que recoge las estremecedoras historias de 10
menores desmovilizados de grupos armados ilegales.

La historia de Yomaira es uno de los relatos incluidos en dicha
publicación.  Yomaira se levanta cada día a las
4:45 de la mañana, prepara el desayuno para ella y su
pequeño de cinco años y, a las seis en punto, se
dirige al Centro de Referencia y Oportunidades Juveniles (CROJ),
donde trabaja.  Muchos de los jóvenes con los que
trabaja cuentan historias de la montaña, todas ellas
familiares para Yomaira, quien se unió a la guerrilla con 15
años después de que un reclutador del Ejército
de Liberación Nacional (ELN) la convenciera de luchar por el
pueblo.  Sin avisar a sus abuelos, con quienes estuvo viviendo
cinco años, se dirigió al lugar donde habían
quedado, se subió a una motocicleta y se fue sin decir nada
a nadie.

Colombia cuenta con 14 CROJ en los que se ofrece atención
psicosocial, capacitación y oportunidades laborales,
así como apoyo y seguimiento de los menores desmovilizados
que se reintegran en la vida civil e intentan recuperar sus
derechos.  Dichos centros reciben financiación del
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y de USAID y
cuentan con el apoyo técnico de la OIM.

Pequeñas victorias es un tributo a los 4.347 menores que
se han beneficiado del programa especial de ayuda a menores y
jóvenes desmovilizados de grupos armados ilegales que la OIM
y el Gobierno colombiano llevan a cabo desde 1999.

Gracias a este programa, los jóvenes que han sido
reclutados de manera forzosa tienen la posibilidad de rehacer sus
vidas y encontrar oportunidades mejores.  Todos ellos han
conseguido ampliar su educación, reunirse con sus familias o
mejorar su relaciones familiares y encontrar oportunidades
generadoras de ingresos, bien después de haber encontrado un
trabajo, o bien después de haber iniciado una
microempresa.

A pesar de la ausencia de cifras concretas sobre los menores
relacionados en la actualidad con grupos armados ilegales, la
mayoría de estos suelen ser reclutados por motivos de
pobreza, violencia en el hogar, abandono escolar o escasez de
oportunidades de formación y empleo.  En numerosas
ocasiones, son víctimas de falsas promesas e incluso de
presiones físicas y psicológicas.

Una vez dentro, los menores combaten como cualquier otro adulto
y realizan toda índole de actividades: logística,
capacitación, mensajería, cocina, enfermería,
información y servicios de inteligencia.  A
consecuencia de ello, corren riesgos físicos y
psicológicos pudiendo, incluso, perder la vida.  Las
únicas maneras de que un menor abandone un grupo armado
ilegal son que decida huir o que sea rescatado por los miembros de
las fuerzas de seguridad.

Para descargar la publicación en español,
inglés o francés, visite: "paragraph-link-no-underline" href="http://www.oim.org.co" target=
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Jorge Gallo

OIM Bogotá

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