México - Esta semana, con motivo de su visita oficial de tres días a México, la Directora General Adjunta de la OIM, Embajadora Laura Thompson, se reunió con altos funcionarios del Gobierno, organizaciones de la sociedad civil y representantes del sector privado para hablar de los desafíos de la migración.  México se ha convertido en un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes, además de ser el mayor corredor migratorio del mundo.

La Embajadora Thompson y Ardelio Vargas Fosado, comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) de México, inauguraron un proyecto conjunto, financiado por el Fondo de la OIM para el Desarrollo, encaminado a aumentar la capacidad técnica de los funcionarios de migración de gestionar la migración a escala administrativa y operativa.

La OIM y el INM desarrollarán un plan de formación y una estrategia a largo plazo para que, en un principio, unos 1.500 funcionarios reciban formación, presencial y en línea, que haga hincapié en los derechos humanos, las necesidades de hombres y mujeres y la puesta en marcha de mecanismos sobre la migración internacional.

La Embajadora Thompson se reunió con María del Carmen Vicente Guillén, subsecretaria de Asuntos de Migración en el Ministerio de Interior; el Embajador Juan Manuel Gómez Robledo, subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos en el Ministerio de Relaciones Exteriores; Alejandro Alday, director general de derecho humanos y democracia; la Embajadora Martha Ortiz de Rosas, asesora especial sobre migración y asuntos multilaterales; el Dr. Raúl Plasencia Villanueva, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México; así como con otros funcionarios gubernamentales, medios de comunicación, mundo académico, sociedad civil y sector privado.

“México es un asociado clave de la OIM en el hemisferio occidental.  Las conversaciones que he mantenido en estos tres días se han centrado en fortalecer nuestra cooperación y forjar nuevas alianzas para abordar los numerosos desafíos en materia de migración a los que se enfrenta el país y lograr el objetivo común de garantizar que se respeten los derechos humanos de todos los migrantes, independientemente de su condición migratoria”, señaló la Embajadora Thompson.

Se estima que unos 160.000 migrantes centroamericanos indocumentados atraviesan México todos los años en su viaje con destino a los Estados Unidos.  Los cerca de 5.000 kilómetros que separan la frontera sur de México de la frontera norte de los Estados Unidos están atestados de obstáculos como la violencia, violaciones, extorsiones y otras situaciones peligrosas, sobre todo para los menores no acompañados y las mujeres, a manos de bandas de delincuencia organizada.

Desde 2009, los secuestros de migrantes se han convertido en una importante fuente de financiación de las organizaciones delictivas de zonas del país por las que pasan las rutas migratorias.  Según un estudio de 2011 dela Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), cada año se secuestra a más de 20.000 migrantes en México.

“Al copatrocinar un programa interinstitucional centrado en la mejora de la seguridad humana de los migrantes que atraviesan México, el Gobierno mexicano ha demostrado su seriedad y compromiso por reforzar el respeto de los derechos humanos de algunas de las poblaciones móviles más vulnerables”, añade Thomas Lothar Weiss, jefe de la misión de la OIM en México.

La presencia de la OIM en México se remonta a 2005, año en que empezó a colaborar con las autoridades para fortalecer la capacidad de las administraciones locales y de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con víctimas de la trata, menores no acompañados y migrantes vulnerables.

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