El Gobierno japonés ha asignado un total de US$37,9 millones
con los que financiar los servicios humanitarios que la OIM destine
en 2011 a migrantes, regiones de origen de migrantes, comunidades
de acogida, retornados y desplazados internos.

Los programas que se beneficiarán de estos fondos
−en Afganistán, Kenya, Kirguistán,
Pakistán, Rwanda, Somalia, Sudán, Tayikistán y
Tanzania− prestarán apoyo técnico para mejorar
la capacidad del gobierno de gestionar los cada vez mayores y
complejos flujos migratorios así como para hacer frente al
desplazamiento causado por desastres naturales.

En Sudán, estos fondos se emplearán para asistir a
las comunidades de Kordofán Meridional y la zona de Abyei
mediante la provisión de recursos hídricos con los
que infundir nuevo vigor a unas deterioradas operaciones de medios
de vida. Otro de los propósitos de esta ayuda es el de
aliviar las tensiones entre las comunidades agrícolas y los
grupos nómadas con motivo de la escasez de recursos
naturales en la región, lo cual ha causado un enfrentamiento
abierto entre ambos grupos así como desplazamientos.

En Kenya, la OIM dará comienzo a una serie de actividades
de mitigación de conflictos y de medios de vida dirigidas a
los jóvenes de la zona septentrional del país y
destinadas a minimizar los conflictos relacionados con los recursos
en la región, así como a fortalecer la capacidad de
las comunidades de pastores, migrantes locales y comunidades de
acogida de refugiados de adaptarse a las cada vez mayores
consecuencias, directas e indirectas, del cambio
climático.

Una parte importante de los fondos japoneses
−aproximadamente un 25%− se destinarán a hacer
frente a la vulnerabilidad de los migrantes en el Cuerno de
África mediante una serie de actividades destinadas a
mejorar la protección de los migrantes desamparados e
interceptados y de las víctimas de la trata así como
a apoyar a las comunidades de acogida y a las autoridades de
inmigración a abordar nuevos desafíos
migratorios.

Asimismo, la OIM responderá a una petición del
Gobierno tanzano de prestar asistencia técnica a los
Departamentos de Inmigración y Policía del Ministerio
de Asuntos Exteriores para gestionar el cada vez mayor flujo mixto
de migrantes, incluidos solicitantes de asilo y menores del Cuerno
de África, y la emergencia humanitaria que éste
desencadena. Gracias a estos fondos será posible fortalecer
la capacidad de gestión fronteriza, incluido el rescate de
migrantes y los sistemas de examen y remisión
médicos.

Los antedichos fondos apoyarán igualmente la
reintegración en curso de refugiados ruandeses en sus
comunidades de origen a través de un programa integral
basado en el fortalecimiento de las capacidades de las
instituciones gubernamentales nacionales y locales y en la
asistencia directa a retornados y otros grupos vulnerables en las
comunidades.

En Kirguistán, la Organización ha implantado una
serie de proyectos de formación profesional para grupos de
jóvenes multiétnicos y ofrece educación para
la tolerancia a los menores. Dicho proyecto tiene por fin abordar
las tradicionales tensiones en el valle Ferghana entre kirguises y
uzbecos debido a una serie de factores entre los que se incluyen el
aislamiento de los grupos étnicos en el sur, una elevada
tasa de desempleo y un limitado acceso a la educación, todo
lo cual desembocó en el conflicto violento de 2010.

Igualmente, se destinarán fondos para apoyar el
establecimiento de un mecanismo de respuesta ante el desastre en
Tayikistán. Este país, uno de los más pobres
del mundo, tiene un relieve accidentado y montañoso
−más de la mitad del mismo se extiende en unos 3.000
metros− que lo hacen propenso a experimentar desprendimientos
de tierras, inundaciones y  desastres meteorológicos
extremos. Gracias a estos proyectos de la OIM, el personal
dispondrá de material para el recién creado Centro de
operaciones de emergencias así como de equipo básico
y apoyo de infraestructura.

Los fondos destinados a las operaciones de la OIM en
Afganistán servirán para apoyar la asistencia
continuada a la reintegración y los medios de vida de los
retornados, desplazados internos y víctimas de la trata. La
Organización asistirá igualmente al Gobierno afgano y
a las ONG nacionales a desarrollar un mecanismo de remisión
nacional para la protección de las víctimas de la
trata.

La mayor parte de los antedichos fondos se emplearán para
ayudar a aproximadamente 450.000 pakistaníes afectados por
las inundaciones. En colaboración con el Gobierno de
Pakistán, la Autoridad Nacional de Gestión de
Desastres y otros socios humanitarios, la OIM continuará
brindando la tan necesaria asistencia para el refugio y los medios
de vida a las víctimas de las inundaciones, al mismo tiempo
que restaurará infraestructuras comunitarias básicas
como son los servicios de salud y educación.

«La contribución de cerca de US$38 millones
realizada por Japón para cubrir las operaciones de la OIM
este año es una prueba de la robusta y cada vez mayor
colaboración en respuesta a las actividades humanitarias a
nivel mundial y de consolidación de la paz así como
de los desafíos en materia de migración a los que se
enfrenta Japón, incluidos la integración, la trata de
personas y el reasentamiento de refugiados», afirma el
Director General de la OIM William Lacy Swing.

El anuncio de dicha financiación se ha producido poco
antes de la tercera visita oficial del Director General Swing a
Japón donde, además de encontrarse con los ministros
de Asuntos Exteriores, Justicia, Educación, Cultura,
Deportes y Ciencia y Tecnología, pronunciará un
discurso de apertura con motivo de la celebración de un
taller internacional sobre la integración de los migrantes
organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Universidad
de Sophia y la ciudad de Shinjuku.  

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Yuko Goto

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