Suiza - La evacuación desde Libia de más de 200.000 trabajadores migrantes en 2011, atrajo la atención mundial en el sufrimiento de decenas de miles de trabajadores inmigrantes, provenientes mayormente de países de bajos ingresos y en desarrollo, que se hallaron atrapados en medio de un conflicto político, sin disponer de recursos, trabajo, documentos o medio alguno para volver a casa.

Su situación marginal en Libia y su evidente vulnerabilidad, conmovieron a los donantes internacionales que decidieron prestar ayuda a organizaciones como la OIM y el ACNUR, para que llevasen a cabo una operación de repatriación en masa. El Banco Mundial también se unió a este empeño, y financió el puente aéreo de la OIM que permitió transportar a 35.000 migrantes a Bangladesh, con un costo de 10 millones de dólares EE.UU.

Al conmemorar el Día Internacional del Migrante, la OIM destaca que las crisis han puesto de relieve que los conflictos así como los desastres naturales y ocasionados por el hombre pueden repercutir en los migrantes, desde ya vulnerables, dando lugar a crisis humanitarias. La comunidad internacional y, en particular, los países de envío y de acogida de migrantes deben reconocer las repercusiones que tienen las crisis para los migrantes y para sus familiares que permanecen en el país de origen, y actuar con miras a mitigar sus consecuencias a corto y a largo plazo.

El Director General de la OIM, William Lacy Swing, señala: “La evacuación de migrantes desde Libia fue un notable logro humanitario, pero fue una tarea hecha a medias. Si bien fuimos conscientes de las necesidades de reintegración de los nacionales de Bangladesh que regresaron y trabajamos con miras a satisfacerlas con el Gobierno y el Banco Mundial, no logramos identificar las necesidades y el bienestar de otros migrantes que regresaron con las manos vacías a países en plena depresión económica e inseguridad alimentaria, a saber: el Chad y el Níger.”

El Sr. Swing prosigue: “Las crisis pueden dar lugar a flujos de población, a corto y largo plazo, que suelen ser complejos e imprevisibles. Por cierto, traen consigo una miríada de retos que la comunidad internacional debe abordar de manera exhaustiva. Ello incluye la protección de los migrantes vulnerables de la violencia y explotación resultantes de las situaciones de crisis en el país de acogida y en países de tránsito con miras a una reintegración segura y sostenible cuando regresan a su país.”

El Marco Operacional de la OIM en Situaciones de Crisis Migratoria —que fuera aprobado por el Consejo de la OIM el 27 de noviembre último— aspira a institucionalizar la capacidad de la OIM de responder a las crisis migratorias y a colmar algunas de las brechas actuales referentes a la migración en los sistemas humanitarios internacionales.

Su propósito es ayudar a los Estados para que cumplan con su responsabilidad de prestar asistencia y proteger a las poblaciones móviles, puesto que los migrantes suelen padecer condiciones difíciles, violaciones de sus derechos humanos y discriminación en situaciones de crisis.

El Marco antedicho responde a las necesidades de: personas que cruzan fronteras y que no están cubiertos por ningún sistema de protección internacional vigente, dado que su desplazamiento no fue por motivos de persecución; migrantes internacionales desamparados en países de destino o de tránsito; y desplazados internos.

En ese Marco se enumera 15 sectores de posible intervención, que incluyen: Gestión de campamentos y cartografía de desplazamientos, Albergue y artículos no alimentarios, Asistencia de transporte para poblaciones afectadas, Apoyo en materia de salud, Apoyo psicosocial, Asistencia de (re)integración, Actividades de apoyo a la estabilización y transición comunitaria, Reducción del riesgo de desastres y consolidación de la capacidad de recuperación, Apoyo en materia de tenencia de tierras y propiedades, Lucha contra la trata de personas y protección de migrantes vulnerables, Asistencia técnica para una gestión humanitaria de las fronteras, Asistencia consular de emergencia, Movilización de la diáspora y de los recursos humanos, Apoyo en políticas y legislación migratoria, y Comunicación humanitaria.

Para concluir, el Director General de la OIM, Sr. Swing, declara “Con miras a encontrar soluciones humanas y efectivas a los retos complejos y multifacéticos que plantean los flujos migratorios relacionados con crisis, es preciso concertar sólidas asociaciones entre organizaciones internacionales, países y toda la gama de interlocutores no estatales, incluidos ONG, medios de comunicación, sector privado, agrupaciones religiosas y comunidades transnacionales de la diáspora. Y ello porque la responsabilidad de proteger los derechos humanos de las personas en movimiento incumbe a todos.”
 

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