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Quiénes somosLa Organización Internacional para las Migraciones (OIM) forma parte del Sistema de las Naciones Unidas y es la organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada para beneficio de todos, con 175 Estados Miembros y presencia en 171 países.
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Nuestro trabajoComo organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada, la OIM juega un rol clave apoyando el logro de la Agenda 2030 por medio de diferentes áreas de intervención que conectan la asistencia humanitaria con el desarrollo sostenible.
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286,000 personas desplazadas mientras las familias siguen perdiendo seres amados debido a las operaciones en Mosul
Iraq - Desde el 25 de febrero, día en el que grupos de personas procedentes del oeste de Mosul comenzaron a huir, la Matriz de Seguimiento de Desplazados de la OIM (DTM por su sigla en inglés) ha hecho el seguimiento de un total de 27.634 familias (165.744 personas) en su lugar de desplazamiento.
El mayor grupo de personas desplazadas – 28.770 individuos – se encuentra alojado en la pista de aterrizaje de Qayyara, construida por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en cooperación con el Ministerio de Migración y Desplazamiento de Iraq (MoMD por su sigla en inglés). El sitio de emergencia, el mayor construido para la crisis en Mosul, es ahora el hogar de 8.792 familias en total (48.959 individuos), un aumento de más de 28.000 desde que las operaciones comenzaron el 19 de febrero en la zona oeste de Mosul.
El trabajo de construcción prosigue en el segundo campamento que la OIM tiene en Haj Ali el cual tiene una capacidad de 7.500 parcelas para familias (45.000 individuos). Actualmente, 4.356 parcelas (19.880 individuos) son usadas en su gran mayoría por personas desplazadas internamente desde la zona oeste de Mosul.
Más de 286.020 individuos han sido actualmente desplazados por las operaciones en Mosul, las cuales comenzaron el 17 de octubre de 2016; esta cifra actual de desplazamiento aumentó en 122.000 en el pasado mes. Acumulativamente, más de 350.000 individuos han sido desplazados por las operaciones en Mosul; sin embargo, hasta el 23 de marzo, más de 76.000 han retornado.
Miles de personas desplazadas están perdiendo sus vidas mientras escapan de los enfrentamientos en Mosul. Esta es la historia de Sara Alaa:
Encorvado, sollozando en silencio mientras dejaba escapar palabras sin sentido, Abdullah sujetaba la bolsa vacía como si su vida dependiera de ella.
A primera vista, la bolsa para cadáveres que se encontraba sobre la camilla parecía no contener nada; gran parte de esa bolsa daba la sensación de estar vacía hasta que Abdullah abrió el cierre.
Adentro de la bolsa para adultos estaba Sara Alaa, de cinco años de edad.
La pequeña se veia como si estuviera dormida. Sus ojos entreabiertos, su boca también, ligeramente abierta como si aún respirara y su bonito rostro sin marca alguna. Su cabello negro recogido hacia atrás, vestida con una polera con pequeñas flores coloridas y la palabra “Amor” impresa.
Su abuelo Abdullah la había llevado corriendo al hospital de campo de la OIM en Hammam al-Alil luego de que ISIL le disparara cuando su familia intentó escapar del barrio de Mosul’s al-Jadeeda en horas tempranas de la última mañana del jueves 23 de marzo. Abdullah, su esposa y otros siete miembros de su familia, incluyendo a dos mujeres ciegas y los parientes de Sara, estaban intentando huír cuando un francotirador de ISIL comenzó a disparar para impedir que se fueran.
“Por miedo detuvimos nuestra marcha inmediatamente. Las dos mujeres ciegas cayeron al suelo. Los parientes comenzaron a arrastrarla hacia algún lugar seguro en un edificio cercano,” dijo Salah, sobrino de Abdullah, quien había acompañado a Abdullah hasta el hospital de campo.
Otro francotirador de ISIL apareció en la parte superior de la calle en donde estaban escondidos, atacando el sector con ametralladora para impedir que las familias escapasen.
Abdullah instintivamente tomó a la aterrorizada sara y la sostuvo en sus brazos.
“La tomé en mis brazos cubriendo su cuerpo para protegerlo de los disparos”, dijo entre sollozos.
Pero el francotirador fue demasiado rápido. Dos balas fueron disparadas y una de ella penetró por la espalda en el pequeño cuerpo de Sara y salió por el pecho dejando un gran agujero cerca del corazón. Otra bala se incrustó en el abdomen de Abdullah.
En medio del pánico que sobrevino tras estas escenas, Abdullah y su sobrino, junto con Sara, fueron puestos en un coche y llevados al hospital de la OIM y de la Sociedad de la Media Luna Roja de Qatar, ubicado en Hamman al-Alil.
“Cuando Sara ingresó al hospital de campo, ya estaba sin vida”, explicó el cirujano que estaba de turno esa mañana.
Más tarde esa misma mañana, la madre de Sara se encontraba en camino hacia el hospital ignorando que su hija había sido asesinada.
“No pude decírselo a su madre por teléfono”, dijo Abdullah mientras lloraba desconsoladamente. “Está en un taxi viniendo para acá y no sabe que su hija ha muerto”, dijo él, metiendo su cara en la bolsa que contenía el cuerpo mientras sollozaba.
“Deberíamos haber estado celebrando la liberación de nuestro vecindario después de que sobrevivió a ISIL por dos años y medio”, dijo. “Pero en lugar de eso estamos penando. Su vida comenzó con ISIL y fueron ellos también quienes le pusieron fin”, dijo Abdullah.
Alrededor de 600.000 personas están todavía en la zona oeste de Mosul dominada por ISIL, incluyendo a 400.000 que se encuentran “atrapadas” en la Vieja Ciudad sitiada.
A lo largo de toda la mañana, las víctimas del conflicto fueron llegando al hospital de campo de la OIM y de la Sociedad de la Media Luna Roja de Qatar.
Entre esas víctimas se encontraban Ali, de siete años de edad, cuyo pie izquierdo había sido amputado dos días antes y que ahora necesitaba cuidados post operatorios. Sus dos tías llegaron junto con él, ya que su madre, que había sido herida, estaba ahora postrada en cama.
“Shhhh”, ellas murmuraban mientras Ali lloraba del dolor. “El aún no sabe que ha perdido un pie”.
Luego llegó el joven Firas de 19 años, herido en la espalda por un francotirador de ISIL mientras intentaba huir de Mosul al-Jadeeda esa mañana.
Otro niño de siete años de edad gemía de dolor mientras los médicos revisaban los fijadores metálicos externos que habían colocado en su pierna una semana antes. ISIL había atacado con un mortero la casa de su familia.
Una señora anciana diabetic llamada Umm Omar estaba en una silla de ruedas para recibir cuidados post operatorios.
Ella no había sido víctima de los disparos del francotirador ni de las metrallas. Debido a que vivió bajo la amenaza de ISIL, especialmente en los últimos meses, no pudo acceder a cuidados médicos, insulina y comida saludable, además de padecer mucho estrés. Al no tener medios para tratar su condición de salud, presentó un cuadro de gangrena y ambas piernas le fueron amputadas por debajo de las rodillas.
Una víctima tras otra, todas ellas procedentes de Mosul al-Jadeeda, llegaron al hospital de campo esa mañana contando una historia parecida – que ISIL deliberadamente les había disparado mientras trataban de escapar. Les dispararon a muerte, no diferenciando entre hombres, mujeres, niños o ancianos.
El equipo médico en el hospital de campo de la OIM trabajó incansablemente a medida que las víctimas iban llegando. Tranquilizaron a los niños y calmaron a los adultos mientras limpiaban, desinfectaban, trataban heridas y les colocaban vendas.
Pero a medida que el día avanzaba, las noticias empeoraban con reportes que señalaban que más de 130 civiles habían sido asesinados en el mismo vecindario, por medio de ataques aéreos.
ISIL había advertido a los civiles acerca de abandonar las zonas que ellos controlaban. En semanas recientes, mientras las tropas iraquíes avanzaban en Mosul, habían impuesto un reinado creciente del terror sobre aquellos civiles que aún estaban atrapados.
En semanas recientes se ha informado acerca de un aumento en el número de inocentes asesinados, con ISIL usando a civiles como escudos humanos, incluso entrando por la fuerza en casas en las que las familias se habían refugiado en busca de seguridad y disparando morteros desde los techos de las casas a civiles que estaban en los pisos de abajo.
Las personas desplazadas internamente y los pacientes describieron la situación de muchos civiles que aún vivían dentro de la zona oeste de Mosul como extremadamente sombría. Si se quedan, la chance de ser asesinados, ya sea por ataques aéreos o por la artillería de las fuerzas iraquíes, es alta; si se van, las chances de que los francotiradores de ISIL, los morteros y grupos armados los maten, también es alta.
Pero a pesar de que es muy probable que ISIL les dispare, muchos dicen que si bien las chances de poder escapar son bajar, vale la pena intentarlo.
Para mayor información por favor contactar a la OIM Iraq:
Hala Jaber, Tel. +964 751 740 1654, Email: hjaberbent@iom.int, o a
Sandra Black, Tel. +964 751 234 2550, Email: sblack@iom.int