Migrant Stories

La OIM apoya la reintegración de mujeres emprendedoras en El Salvador

El amor de una madre puede traspasar fronteras.  Prueba de
ello, son las historias de dos familias salvadoreñas que,
gracias a la coordinación de las oficinas de la OIM en Suiza
y en El Salvador, y el apoyo del gobierno por medio de la Cruz Roja
del país europeo, han iniciado un proyecto de desarrollo de
micro empresas que les ha favorecido tanto financiera como
personalmente en la reintegración a su país de
origen.

Hace dos años el amor maternal de Doña Natividad
la llevó a tomar la decisión de migrar a Suiza para
reunirse con Cesia, su hija menor que había abandonado el
país en busca de mejores oportunidades de vida. 

Maybelline, madre también, retornó junto con Cesia
y Doña Natividad al país hace aproximadamente seis
meses con el Proyecto Cantonal de Retornos Voluntarios Asistidos
para Migrantes en Situación Irregular en el Cantón de
Ginebra, Suiza.

Precisamente el amor por su hija fue el motivo que la trajo de
regreso y es también la razón por la cual
decidió empezar sus estudios de cosmetología, un
oficio que desde niña ha admirado.

Con el proyecto, el apoyo a los beneficiarios comienza antes de
su llegada al país de origen.  La OIM se encarga de
regular, coordinar y orientar la puesta en marcha de los proyectos
de vida, así como también con las compras de los
insumos para los mismos.

“Ha sido de vital importancia contar con el apoyo del
Gobierno suizo para brindar una oportunidad de integración
social y económica a compatriotas salvadoreños que se
vieron en la necesidad de migrar”, expresó Cecilia
Ramírez, coordinadora del proyecto de la OIM en El
Salvador.

Para Ramírez, las personas beneficiadas con proyectos
como este se sienten empoderadas y útiles para la
realización de proyectos de vida que se vieron interrumpidos
por situaciones inesperadas que las obligan generalmente a
migrar.

Cada una ha tenido un motivo que las ha obligado a dejar su
país.

Cesia viajó a Suiza con la ilusión de trabajar
para brindar a su familia una mejor situación
económica.  Luego de vivir en un país diferente
al suyo,  ha vuelto con la certeza de que le espera un mejor
futuro y que su nuevo negocio de comercialización de
mariscos, montado con el apoyo de la OIM y el gobierno de Suiza, le
ayudará a cumplir cada una de las metas propuestas.

Doña Natividad, por su parte, se ha establecido
nuevamente en la que ha sido su casa desde que era una
niña.  Con su máquina de coser y su cocina
prepara piezas textiles  y comida para vender a domicilio que
le ayudan para la construcción de un futuro prometedor para
su familia.

“Vivir fuera de su país es duro, lo que más
se extraña es la comida, su casa, sus cosas y su
familia”, expresa Doña Natividad mientras platica su
experiencia migratoria con Cecilia Ramírez, de la OIM en El
Salvador.

Maybelline estará graduándose pronto, y con lo que
ha aprendido piensa buscar un empleo que la ayude con los gastos de
su familia y también muestre su talento en el ámbito
de la cosmetología.

“Las exigencias son muchas, la verdad es que este curso es
como la universidad.  Todos los días tenemos clases
teóricas y luego hacemos las prácticas, pero lo que
espero es llegar a ser una alumna destacada para poder aspirar a un
empleo aquí mismo o en otro centro de belleza”
expresó.

Han pasado seis meses desde que las tres mujeres
salvadoreñas retornaron a su país, y los resultados
obtenidos con cada uno de los proyectos de vida han sido
satisfactorios para ellas y sus familias; pero sobre todo para su
país, pues ellas están aportando capital humano para
el desarrollo económico y social.

Para mayor información:

Adriana Granados

Asistente de Prensa y Comunicación

Tel. (503)2521-0535

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