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Quiénes somosLa Organización Internacional para las Migraciones (OIM) forma parte del Sistema de las Naciones Unidas y es la organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada para beneficio de todos, con 175 Estados Miembros y presencia en 171 países.
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Experto de la diáspora ayuda a niños que necesitan educación especial en Rwanda
En el Centro Diurno de Asistencia Tubiteho ubicado en el centro de
la capital, Kigali, 30 profesores, asistentes y padres escuchan muy
atentamente al conferenciante en el último día de un
curso intensivo de capacitación en asistencia
psicológica y educativa para niños que necesitan
educación especial.
Su atención está concentrada en Silas Iyakaremye,
un experto en comunicación y psicoterapeuta rwandés
que vive en Bélgica y se encuentra en una misión de
tres meses financiada por el programa Migración para el
Desarrollo de África (MIDA, por sus siglas en inglés)
de la OIM que incluye a la región de los Grandes Lagos.
"Nuestra meta es capacitar al personal de Tubiteho y de centros
similares para garantizar que todos los niños que necesitan
educación especial desarrollen todo su potencial", afirma
Iyakaremye, que ha trabajado durante más de 20 años
en los campos de salud, psicología educativa y
educación especial.
Tubiteho, que significa Cuidemos de Ellos en kinyarwanda, fue
establecido por Gasana Ndoba y el Dr. Innocent Gakwaya, dos
miembros de la diáspora rwandesa en Bélgica. Cada uno
de ellos tenía una hija con discapacidad mental.
Gasana Ndoba, que ahora está a cargo de la
Asociación Tubiteho, decidió regresar a Rwanda, su
país natal, en 1999, después de vivir y trabajar en
Bélgica durante 22 años. Pero fue una decisión
difícil debido a que su hija Rusaro padece de una
parálisis cerebral moderada. En Bélgica, se
podía acceder sin inconvenientes a los servicios de
educación y cuidados especiales, pero en Rwanda los centros
de educación especial eran muy escasos.
Finalmente, Gasana encontró un centro fuera de Kigali
donde Rusaro podía recibir los cuidados, pero resultó
estar muy lejos del lugar donde vivía su familia, así
que tomó la decisión de tratar de establecer una
nueva instalación en Kigali con la ayuda del Dr. Innocent
Gakwaya.
Juntos lograron recaudar dos millones de francos rwandeses (US$
4.000), que fueron otorgados por otros padres que tenían
hijos que necesitaban educación especial y varias ONG, entre
ellas la organización de desarrollo irlandesa
Trócaire, para inaugurar el Centro Tubiteho en octubre del
2005.
Hoy en día la administración de Tubiteho se
realiza completamente a través de contribuciones de padres y
sólo el entusiasmo y la dedicación del personal
compensa la falta de recursos. El centro carece de equipos para
hacer ejercicios y de fisioterapia y no tiene ordenadores ni
programas informáticos educativos para ayudar a los
menores.
El centro tampoco puede recibir a niños cuyos padres no
tienen suficiente dinero para pagar, pero está tratando de
establecer un programa de patrocinio con familias y centros de
otros países para recaudar fondos que posibiliten la llegada
de niños sin recursos.
Asimismo, el centro ha participado de manera activa en los
esfuerzos para mejorar la situación de las personas con
discapacidad mental en Rwanda. En enero del 2007, Rwanda
aprobó la primera ley sobre los derechos de los
discapacitados, pero está centrada más en las
personas con discapacidades físicas que en las que tienen
discapacidad mental.
La OIM se relacionó con el centro cuando este
pidió asistencia para una capacitación a
través de la oficina del MIDA en el Ministerio de Trabajo y
Servicios Públicos de Rwanda. El equipo MIDA de la OIM en
Bruselas hizo una convocatoria para un puesto de capacitador
especialista y escogió finalmente a Silas Iyakaremye.
La ONG Handicap International intervino luego ofreciendo
transporte para posibilitar que el personal de otros centros de
educación especial en Kigali se beneficiaran también
del programa de capacitación.
Una de las participantes en la capacitación, Agnès
Mukashyaka, estableció el Centro Izere Mubyeyi (la Esperanza
de los Padres) en el 2002 ya que no pudo encontrar un centro que
cuidara de su hijo adolescente. "Los padres en Rwanda tienden a
esconder a sus hijos con discapacidad mental porque frecuentemente
se sienten avergonzados. Teníamos que trabajar muy duro para
informar a los padres sobre la forma en que podían ayudar a
sus hijos", afirma.
"Tenemos muchas necesidades, pero nos faltaba la pericia. Esta
capacitación nos ha enseñado mucho acerca de la
educación especial. Si hubiéramos sabido
anteriormente lo que sabemos ahora, podríamos haber mejorado
una gran cantidad de cosas mucho antes", dice Mukashyaka, cuyo
centro recibe actualmente a 72 menores.
En la capacitación, que es llevada a cabo en kinyarwanda
y en francés, se abarcan temas como la evaluación
clínica de los menores con discapacidades, las
técnicas de educación especial y las prácticas
de información a las familias.
Otra participante en la capacitación, Ancilla Kayiraba,
trabaja como profesora en Kigali. Fuera de sus horas de clase,
dirige el Centro Hirwa Iwanyu (Siéntete como en Casa), al
cual comenzó a apoyar por Umutoni, su hija
discapacitada.
"Antes Umutoni se sentía muy frustrada y marginada. No
entendía por qué no podía ir a la escuela como
sus hermanos. Ir al centro ha tenido un efecto
increíblemente positivo. Todos los días se alista
para ir a la escuela como los demás, está tan
contenta", indica Kayi-raba. Therese Safari es también una
prueba del valor de la asistencia diurna para su hija Constance,
que ha asistido al Centro Diurno de Asistencia Tubiteho desde el
2006. "Ahora está con otros niños y está
aprendiendo a leer y escribir, con lo cual desarrolla su
autoestima", señala.
Aline Kanobayita, que ha administrado el centro Tubiteho desde
el 2005, estudió asistencia social en la universidad, pero
afirma que tanto ella como su personal necesitan
capacitación en educación especial para cuidar
adecuadamente de los niños a su cargo.
"Antes que viniera Silas a capacitarnos, teníamos que
prepararnos nosotros mismos. Buscábamos en Internet
soluciones para los niños. Visitábamos otros centros
para ver cómo trabajaban. Pero con esta capacitación,
las cosas están mucho más estructuradas y ahora
podemos trabajar adoptando un enfoque en el que se analiza caso por
caso", expresa.
Silas Iyakaremye acoge con satisfacción la respuesta
positiva, pero admite que se necesita hacer mucho más.
"Muchas personas me han pedido que vuelva, que dé más
capacitación. Las necesidades son inmensas pero los
recursos, limitados", afirma.
Pone de relieve la carencia de evaluaciones de cada niño
y la falta de diagnósticos, lo cual implica que algunos
menores que tienen trastornos que se pueden tratar
fácilmente son excluidos de manera innecesaria de los
sistemas educativos ordinarios.
"El diagnóstico preciso de enfermedades como dislexia,
trastornos de la concentración, epilepsia y dificultades
auditivas podría hacer posible que muchos niños
asistan a escuelas comunes. Se debe hacer mucho más para
garantizar que los menores tengan acceso al tratamiento que
necesitan", indica.
El programa MIDA de la OIM que incluye a la región de los
Grandes Lagos ha beneficiado hasta el momento a 35 organizaciones
rwandesas asociadas en los campos de la educación, la salud
y el desarrollo. En torno a 66 expatriados han participado en el
programa.