Por más de una década hasta ahora, se ha llamado crisis a la escasez mundial de profesionales de la salud y se han hecho propuestas  de programas para el abordaje de los recursos humanos de salud (HRH por su sigla en inglés) para enfrentar tales desafíos. El Informe sobre la Salud en el Mundo 2006 demandó que el foco de la atención mundial se pusiera sobre la salud y más específicamente sobre los HRH, en especial para el abordaje de la   escasez crítica de profesionales de la salud calificados (parteras, enfermeras y médicos) en 57 países, y la centralidad de los trabajadores sanitarios para acelerar el proceso hacia la concreción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible vinculados a la salud.  

Yendo hacia adelante, las interacciones entre el sector de la educación (con el foco puesto en el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible n° 4, de garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover las oportunidades de aprendizaje para toda la vida para todos) y el sector de la salud (con el foco puesto en el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible n° 3, garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades) serán cruciales para asegurar la optimización de la actual fuerza de trabajo y la producción de una futura fuerza laboral sanitaria que pueda responder a las necesidades de las poblaciones en todo el mundo. 

El Código de Prácticas Mundial de la OMS sobre Contratación Internacional de Personal de Salud (el “Código”) adoptado en 2010 estimula el intercambio voluntario de información sobre cuestiones relacionadas con la migración del personal sanitario, y sugiere la emisión de informes regulares cada tres años sobre medidas adoptadas para la implementación del Código.  

La OIM trabaja en colaboración con los gobiernos nacionales y otros actores claves en programas que promueven la gestión efectiva de la migración de los trabajadores migrantes, en el fortalecimiento institucional de los sistemas sanitarios de los países de origen y en la transferencia de conocimiento y capacidades desde la diáspora. 

La movilidad laboral en general, y la migración de los trabajadores de la salud en particular seguirán aumentando en los próximos años. Las herramientas mundiales de salud como el Código de Prácticas de la OMS y la Fuerza Laboral de Salud 2030: Estrategia Mundial sobre Recursos Humanos para la Salud, al igual que la importante Resolución de la Asamblea Mundial de la Salud sobre la Salud de los Migrantes 2008 , brindan un marco basado en evidencias para la promoción de buenas prácticas y para prevenir los efectos negativos de la migración de los trabajadores laborales.  

La OIM considera que una migración bien encauzada de los trabajadores de la salud puede llegar a tener un rol transcendental en el desarrollo integral y en el fortalecimiento institucional de los sistemas sanitarios no solamente en los países de acogida sino también en los remisores. Para que esto ocurra es necesario una participación de todos los sectores incluyendo los de la salud, trabajo y comercio dentro del ámbito de los gobiernos nacionales; actores claves de la contratación internacional; asociaciones de profesionales de la salud y expertos en la investigación, y también socios de las Naciones Unidas como la OMS y la OIT. Deben desarrollarse modelos sólidos de acuerdos bilaterales y multilaterales sobre contratación de profesionales internacional de la salud, y a la vez debe respetarse la libertad de migrar de los trabajadores sanitarios. Tales acuerdos pueden también favorecer la migración regional y facilitar la migración circular o de retorno para el caso de las capacidades de importancia crítica. Finalmente, mejorar la disponibilidad y la comparabilidad internacional de las estadísticas sobre migración para el personal sanitario es crucial si los países desean desarrollar políticas basadas en evidencias.