Declaraciones y discursos de la directora general
19 Jun 2012

La seguridad en el marco de los derechos humanos y los flujos migratorios mixtos

Excelencias, Viceministros de Asuntos Exteriores y de Interior; Directores de Migración; distinguidos Embajadores y representantes de los Estados miembros y observadores de la Conferencia Regional sobre Migración (CRM); coordinador de la Secretaría Técnica de la CRM; representantes de la sociedad civil, señoras y señores:

Es para mí un honor estar presente en este prestigioso foro.  Felicito al Presidente de Panamá por la excepcional organización de esta importante reunión.  Me gustaría dar las gracias al Presidente Martinelli, al Gobierno y al pueblo de Panamá por su cálida acogida.

Los temas que aquí abordaremos, la seguridad, los derechos humanos y los flujos migratorios mixtos, son fundamentales para gestionar la migración de manera que mejor sirva a los intereses de los países de origen y de destino, así como a los propios migrantes.

Quizá no exista un lugar donde este desafío sea más relevante que aquí en America, donde puede sentirse con intensidad el vínculo entre estas cuestiones.  Este es, después de todo, es el pasillo migratorio más concurrido y largo del mundo

Según el Estudio Mundial sobre Homicidios 2011 de la UNODC, un 31% del total de homicidios registrados en 2011 (145.000 muertes) ocurrieron en America.  De ellos, un 74% fueron por arma de fuego y un 25% estuvieron vinculados a la delincuencia organizada. El informe añade que en Centroamérica uno de cada 50 hombres de 20 años de edad será asesinado antes de cumplir los 31 años.

No es ninguna coincidencia que la imagen de la migración internacionalesté representada por estos mismos datos demográficos (jóvenes en la flor de la vida, a los que se suman un número cada vez mayor de mujeres).  En estos momentos, más de 214 millones de migrantes internacionales en todo el mundo buscan una vida segura y digna, con oportunidades y derechos.

En los próximos treinta años, como resultado de las tendencias demográficas, las demandas del mercado laboral, la acentuación de las disparidades entre el Norte y el Sur y los factores de empuje y atracción que hacen que la migración de masas sea inevitable, necesaria y, de estar bien gestionada, deseable, se duplicará prácticamente la cifra de migrantes internacionales, situándose en 405 millones.  En ese mismo periodo, de aquí a 2050, solo en Europa se necesitarán 50 millones de trabajadores a todos los niveles.

Con respecto al resto de mis observaciones, me gustaría abordar tres cuestiones claves relacionadas con el vínculo existente entre la seguridad, la migración y los derechos humanos.

I.  Migración y seguridad

En primer lugar, me gustaría hablar del papel fundamental que desempeña la gestión de la migración en la política de seguridad a escala regional, principalmente, por dos motivos:

  1. Por un lado, debido a la creciente participación de redes transnacionales de delincuencia organizada en el tráfico y la trata de personas (cada vez más, con fines de explotación laboral) y en la falsificación de documentos de viaje e identidad.
  2. Por otro, debido a la complejidad y movilidad crecientes de las redes delictivas.

Por tanto, debemos aunar e intensificar  esfuerzos en el ámbito de la gestión fronteriza y el fortalecimiento de capacidades con miras a reforzar los sistemas de seguridad y la defensa de primera línea.  No obstante, resulta de igual importancia brindar a los migrantes acceso a los sistemas judiciales para así acabar con la impunidad de la que gozan muchas de estas redes de delincuencia.

Respetar de manera estricta los principios relativos a los derechos humanos, en especial en momentos críticos como son el control, la detención, la deportación y el retorno, que es cuando suelen ocurrir la mayoría de los abusos contra los migrantes, contribuirá a apoyar nuestras acciones y dará a los migrantes la valentía de testificar en contra de las redes delictivas.

II. Conciliar soberanía y derechos humanos

Esto me lleva a mi segunda observación: la falta de políticas de migración que conjuguen las necesidades de los países con la protección de los derechos y libertades individuales.

No se trata de aspectos mutuamente excluyentes.  Aunque no existe una receta milagrosa ni universal, las políticas migratorias responsables son lo que yo denomino una “situación favorable”.  Se trata de políticas que respetan, por un lado, la soberanía nacional a la hora de determinar quién entra al país y, por otro, el milenario deseo de quienes migran en busca de una vida mejor (la estrategia más antigua de reducción de la pobreza y desarrollo de la humanidad), así como la esperanza de estos de que se cumplirán y respetarán sus derechos como personas cuando migren.

A lo largo de su historia, la OIM ha ayudado a los gobiernos a conciliar estos diversos elementos y a diseñar e implantar soluciones creativas.

Por ejemplo, la OIM ha participado en iniciativas como la de Lampedusa, una pequeña isla en el Mediterráneo, próxima a la costa africana, en la que se ha brindado asistencia especializada a los flujos mixtos llegados a Europa desde África.

En colaboración con el ACNUR, la Cruz Roja, Save the Children y el Gobierno italiano, y gracias a los fondos de la Unión Europea, desarrollamos una respuesta integral que nos enseñó valiosas lecciones como la necesidad de adoptar un enfoque que considere a la sociedad en su conjunto, en el que participe todo el espectro de la sociedad civil, incluidos el sector privado, sindicatos, grupos de apoyo y defensa, proveedores de servicios, asociaciones de migrantes, mundo académico y medios de comunicación.

Un enfoque concertado resulta fundamental en la lucha contra la delincuencia organizada, que no podrá vencerse sin el apoyo de nuestras sociedades y de los países vecinos.

III. Asociaciones de migración

Pasando a la tercera y última de mis observaciones, al ser una “mega tendencia” del siglo XXI, la migración resulta demasiado compleja para que ningún Estado pueda abordarla de manera aislada. 

Necesitamos socios y foros regionales como este, la Conferencia Regional sobre Migración, para hacer realidad los beneficios plenos de la movilidad humana.  Por esta razón, en la actualidad la OIM presta su apoyo a una quincena de diálogos regionales sobre la migración en todo el mundo, todos ellos destinados a crear un consenso más amplio sobre cuestiones relacionadas con la gestión de la migración.

Aquí en America saben mejor que en ningún otro lugar qué se dificulta la gestión de los flujos migratorios complejos y mixtos, a saber, la protección de todos los migrantes, incluidos los migrantes irregulares, de conformidad con los compromisos nacionales e internacionales.  Los países del continente americano deben, conjuntamente, desacreditar el mito que, por lo general, comparten gran parte de la población y, francamente, también algunas autoridades, de que los migrantes, y sobre todo los irregulares, carecen de derechos.

Con los movimientos cada vez más amplios de migrantes tanto a países de destino tradicionales como emergentes en las Américas, todos nosotros, funcionarios públicos y líderes, debemos hacer más por educar e informar a la población sobre los derechos de este colectivo y el valor de sus polifacéticas contribuciones a nuestras sociedades.

 Con el tiempo, la CRM  ha demostrado ampliamente su capacidad de hacer frente a problemas complejos.  Confío en que ello vuelva a ocurrir en el contexto de los flujos migratorios mixtos y las crecientes amenazas de seguridad.

Tengan la certeza de que la OIM apoyará sus esfuerzos por hacer frente a estos problemas y superarlos.