Segunda sesión del Diálogo Internacional sobre la Migración de 2023

La respuesta mundial al cambio climático y la movilidad humana ha pasado de un enfoque centrado en la concientización a una preconización de la adopción de medidas, a través de datos y análisis. Por ejemplo, los análisis disponibles sugieren que los efectos directos del cambio climático, sumados al calor extremo y a los cambios de evolución lenta en los ecosistemas de los que dependen las personas —factores que a su vez entrañan una reducción de las reservas de agua dulce, una menor fertilidad de los suelos y un empeoramiento en las condiciones de cultivo— , disminuyen la habitabilidad de extensas zonas en muchas partes del mundo3. Según los estudios científicos realizados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, resulta altamente probable que un calentamiento global de 1,5 °C a corto plazo provoque un aumento inevitable de numerosos peligros climáticos y plantee múltiples riesgos para los ecosistemas y los seres humanos, y que el nivel de riesgo dependa de las tendencias a corto plazo en términos de vulnerabilidad, exposición, nivel de desarrollo socioeconómico y adaptación. Ante tanta perturbación, es difícil para los países y los organismos saber qué medidas adoptar para fomentar la resiliencia y ayudar a las sociedades a adaptarse.

La OIM está realizando inversiones considerables en un sistema sin precedentes de recopilación y análisis de datos a escala mundial para facilitar la anticipación de las necesidades humanitarias que derivan de los efectos del cambio climático. Los datos de la OIM ofrecen pautas sobre cómo fortalecer y aprovechar el potencial de la migración como medio para fomentar el desarrollo sostenible y la resiliencia climática en comunidades de todo el mundo4. También pueden orientar la adopción de medidas que brinden soluciones a las personas en movimiento y a las comunidades que permanecen in situ.

Hoy tenemos la generación de jóvenes más numerosa de la historia, con 1.800 millones de adolescentes y jóvenes (de entre 10 y 24 años de edad) y una proporción de migrantes internacionales menores de 30 años que ronda un 31%. Los jóvenes son una de las principales fuerzas motoras en contribuir al desarrollo sostenible y a la consolidación de la paz y la seguridad, mediante su participación en la formulación e implementación de políticas. Por otra parte, e independientemente de su nacionalidad, los jóvenes se enfrentan a un mismo desafío: el cambio climático. En efecto, la crisis climática actual afecta a la generación de jóvenes más numerosa de la historia. Hoy más que nunca, su objetivo común es encontrar soluciones al cambio climático. ¿Se pueden formular soluciones que se enmarquen en los puntos de convergencia entre la acción climática, la innovación y la movilidad?

La migración puede agravar las dificultades que enfrentan los jóvenes, como la separación de sus familias y los peligros relacionados con la migración por vías irregulares. Sin embargo, también puede ofrecerles nuevas posibilidades para adaptarse a los efectos del cambio climático, mediante el desarrollo de competencias y oportunidades laborales y educativas. Los jóvenes son poderosos agentes de cambio cuando se trata de promover la acción climática, la reducción del riesgo de desastres y el fomento de la resiliencia. Representan una inmensa fuente de energía, innovación e inspiración para el cambio. Así pues, resulta crucial empoderarlos para que participen plenamente en la toma de decisiones. También es preciso conocer sus ideas para formular, junto con ellos, nuevas soluciones de política que no solo redunden en beneficio suyo, sino de todas las generaciones.

Según las estimaciones, para 2050, un total de 200 millones de personas al año podrían necesitar asistencia humanitaria debido a la combinación de desastres relacionados con el clima y los efectos socioeconómicos del cambio climático. En una era marcada por retos ambientales sin precedentes, el nexo entre el cambio climático, la movilidad y la resiliencia comunitaria ha cobrado una importancia central. Este reto de alcance mundial plantea la necesidad de formular soluciones integrales, y es preciso incluir a todas las partes interesadas en el diseño de medidas que permitan conseguir resultados sostenibles para la acción climática. Las asociaciones con el sector privado a nivel local, regional e internacional son primordiales para formular soluciones integrales al cambio climático que se centren en las personas. La colaboración con el sector privado permite apoyar a las comunidades vulnerables afectadas por el cambio climático. En este panel se destacará el papel transformador que pueden desempeñar las asociaciones con el sector privado a la hora de promover soluciones con visión de futuro y centradas en las personas para la acción climática y la resiliencia.