Hasta la fecha, si bien cada país ha realizado progresos a la hora de abordar la salud de los migrantes, persisten numerosas brechas, incluida información específica limitada sobre su estado de salud, su acceso a los servicios y sus precarias condiciones de vida y de trabajo, que les hacen más vulnerables a los problemas de salud. También se dispone de escasa información sobre las consecuencias de la migración en la salud de las familias que quedan atrás, así como en la salud de los migrantes que retornan (incluidas las vulnerabilidades psicosociales).
En el marco de este proyecto: 1) se llevará a cabo una evaluación detallada de los cuatro países, con miras a identificar las vulnerabilidades de los migrantes en materia de salud, incluidos los migrantes irregulares y quienes retornan, así como las familias fragmentadas como consecuencia de la migración; 2) se ayudará a los Ministerios de Salud de El Salvador, Nicaragua y Honduras a elaborar planes de acción nacionales estratégicos con el fin de abordar la salud de los migrantes mediante la adopción de un enfoque multisectorial; 3) se celebrarán consultas en el marco de COMISCA (Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica) y RESSCARD (Reunión del Sector Salud de Centroamérica y la República Dominicana), en las que participarán los tres países destinatarios principales y otros países de la región de América Central, con el fin de acordar el mejor modo de elaborar una agenda sobre migración y salud a nivel nacional, y de intercambiar mejores prácticas y enseñanzas aprendidas de la región, y 4) se impartirá capacitación basada en datos concluyentes a los proveedores de servicios de salud sobre la salud de los migrantes, con el fin de asegurar la prestación de unos servicios de salud orientados específicamente a estos últimos, prestando particular atención a la salud mental y el apoyo psicosocial, y a las sensibilidades culturales y de género.