En los últimos años los flujos migratorios irregulares han mostrado una tendencia creciente. El Instituto Nacional de Migración maneja estimados entre 70,000 mil y 100,000 mil hondureños/as dependiendo del año; reflejando que pese a los diferentes esfuerzos y políticas migratorias estos movimientos humanos siguen siendo de alguna manera constantes.
Los hombres hondureños en edades comprendidas entre los 14 y 34 años, sigue siendo el sector poblacional con más incidencia de migración irregular hacia Estados Unidos, debido a factores expulsores como el desempleo, la pobreza, inseguridad y violencia. Algunas de estas causales y rango de edades comparten las mujeres hondureñas que en los últimos 5 años han incrementado su presencia en los flujos migratorios irregulares, destacando que la violencia de género se ha ido convirtiendo en una de las motivaciones más influyentes de migración irregular. Entre las personas migrantes menores de edad, es muy recurrente el tema de la reunificación familiar como factor expulsor. A su vez que existe una percepción generalizada en la población hondureña vinculada a que la migración hacia Estados Unidos puede traducirse en una mejora sustancial de sus condiciones de vida.
Especial preocupación ha generado el aumento de niños y niñas migrantes, en particular los no acompañados, que a mediados de 2014 generó una situación de crisis humanitaria regional, que involucraba a más de 60 mil menores de edad en su mayoría no acompañados/as provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras. En lo que va de 2015, hasta octubre el Observatorio Consular de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, registra un total de 6,830 NNA retornados/as mayoritariamente vía terrestre desde México, de los cuales 3986 son de sexo masculino y 2,394 menores son de sexo femenino.
Estas cifras, así como la mayor presencia de espacios de vulnerabilidad y otros riesgos en las diferentes etapas del ciclo migratorio, colocan a la persona migrante indocumentada en una situación de desprotección y fragilidad cuya atención es una prioridad fundamental para el Gobierno de Honduras.
Para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos de los/as hondureños/as migrantes en este escenario, el Estado de Honduras cuenta con una red consular ubicada en puntos estratégicos del territorio mexicano: Tapachula, Veracruz, Distrito Federal y San Luis Potosí, así como de las agencias consulares en Acayucan, Tenosique y Saltillo. La red consular de Honduras en México se ha constituido como uno de los mecanismos estratégicos de asistencia y protección de los derechos humanos de los/as hondureños/as migrantes en ese país. No obstante, las dimensiones mismas de los flujos migratorios y la complejidad de las violaciones a los derechos humanos sobrepasan la capacidad de atención de los consulados. Por lo tanto se hace preciso y urgente emprender acciones de apoyo y fortalecimiento de acorde a las necesidades de protección y asistencia que se tienen en la actualidad.
Es por ello que desde la Misión de OIM en Honduras, planteamos esta iniciativa en coordinación con la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional (SRECI), para abordarla a través de tres componentes claves: (1) Fortalecimiento y creación de un sistema de información y registro automatizado, actualizado, entrelazado y eficiente para la identificación, asistencia y remisión de casos (2) Fortalecimiento de capacidades técnicas y de conocimiento para atención en México (3) Actividades de sensibilización e información dirigidas hacia actores/as claves, instituciones y grupos vulnerables sobre los riesgos y peligros de la migración irregular y los mecanismos de protección con los cuales Estado de Honduras cuenta en el exterior y las redes de apoyo identificadas en México.
Las estrechas coordinaciones establecidas entre OIM y la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional (SRECI) garantizan buenas articulaciones para la implementación de actividades y la consecución de los objetivos y la sostenibilidad del Proyecto.