El aumento de la violencia contra los migrantes en tránsito a través de México ha contribuido al establecimiento de nuevas rutas desde la frontera sur que se extienden hasta los Estados Unidos de América. Este corredor migratorio se encuentra entre los más peligrosos del mundo. La aplicación de políticas y programas gubernamentales en México para abordar esta situación, tales como el Programa Frontera Sur, también ha generado nuevos retos tanto para los migrantes como para las instituciones gubernamentales.
El Programa Frontera Sur ha inducido a los migrantes a buscar nuevas rutas y a transitar a través de zonas desconocidas, en las que están expuestos a distintos tipos de violencia y abusos (en particular las mujeres y los niños que afrontan riesgos de explotación sexual, maternidad precoz, matrimonios a edad temprana y trabajo infantil). En ocasiones, cuando los migrantes optan por permanecer durante un periodo prolongado en las comunidades situadas a lo largo del corredor migratorio (ya sea en la frontera sur o norte), sufren marginación y no cuentan con acceso a servicios y cuidados básicos. La concentración de migrantes vulnerables en comunidades de acogida repercute enormemente en la cohesión social a nivel comunitario entre las poblaciones locales y los migrantes, lo que fomenta prácticas y creencias discriminatorias y xenófobas.
Los objetivos del proyecto son:
1) Fortalecer las capacidades de las instituciones gubernamentales en el plano estatal para formular estrategias y políticas adaptadas a las necesidades de los migrantes.
2) Incrementar el nivel de coordinación entre las organizaciones de la sociedad civil y las instituciones gubernamentales a fin de proteger a los migrantes.