Comunicado
Global

Una vez más se evidencia la importancia de las alianzas en Asia Central para poder llevar a los migrantes hasta sus hogares

El grupo de migrantes varados en el cruce fronterizo de Zhybek-Zholy entre Kazakstán y Uzbekistán. Foto: OIM 

El grupo de migrantes varados en el cruce fronterizo de Zhybek-Zholy entre Kazakstán y Uzbekistán. Foto: OIM 

Con la mirada puesta en Uzbekistán desde Kazakstán en donde los migrantes se encontraban varados debido a las nuevas restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19. Foto: OIM 

Taskent – Desde épocas remotas, Uzbekistán, país de Asia Central sin litoral, ha sido un lugar de cruce mundial. Sigue siéndolo, con frecuencia a lo largo de rutas creadas por mercaderes de la seda y las especias que ejercen sus actividades comerciales por medio de caravanas de camellos.

Actualmente, ha surgido como uno de los puntos de tránsito más activos para los migrantes que se encuentran varados debido a la pandemia mundial de COVID-19.

Desde el inicio de la crisis provocada por la COVID-19, la OIM y sus numerosos asociados ayudaron a más de 3.000 personas – sobre todos nacionales tayikos – a transitar a través de Uzbekistán desde la vecina Kazakstán y también desde la Federación Rusa y otros puntos incluso mucho más lejanos.

En días recientes, el personal de la OIM en el cruce fronterizo de Zhybek-Zholy entre Kazakstán y Uzbekistán tomó a su cargo la tarea de responder a una demanda repentina del Gobierno de Uzbekistán en relación con pruebas de COVID-19 para un grupo de 102 migrantes varados a fin de determinar que no estaban contagiados.

“Muchas de estas personas habían estado viajando durante días con escaso alimento, sin ropa limpia y ciertamente sin recursos como para poder pagar las pruebas de COVID-19”, explicó el Jefe de Oficina de la OIM en Taskent, Sanjar Toshbaev. “Habían perdido sus trabajos y estaban yendo a sus hogares rumbo a un futuro muy incierto”.

Las temperaturas a lo largo de la frontera siguen siendo muy altas durante el día, pero bajan muchísimo por la noche, destacó Toshbaev.

“Lo último que estos migrantes necesitaban era que sus arduos viajes se hicieran aún más largos debido a un requerimiento que no nos había sido comunicado”, agregó Toshbaev. “De hecho, ni el personal del lado de la frontera correspondiente a Kazakstán ni los representantes consulares de Tayikistán habían informado de la nueva situación planteada con tanta rapidez”.

El equipo de la OIM en Taskent comenzó a hacer llamadas telefónicas urgentes, intentando recaudar fondos para las pruebas de COVID-19 y para encontrar la manera de que las mismas fueran realizadas en la zona de frontera. Al mismo tiempo, el personal de la OIM en Tayikistán y en Kazakstán contactó a los oficiales responsables de ambos países y eventualmente los ayudó a encontrar una solución.

“Logramos encontrar un ‘corredor de no contacto’ para el grupo y, en un día o un poco más tarde de lo esperado, los migrantes pudieron cruzar a Tayikistán tras el tránsito de cuatro horas a través de Uzbekistán”, dijo Toshbaev.

“Todos suspiramos aliviados ya que en Kazakstán, Uzbekistán y Tayikistán la situación se había puesto bastante tensa. Esto pone de manifiesto el gran valor de las alianzas y las buenas relaciones con nuestros gobiernos anfitriones. Es algo que siempre agradecemos. Invertir en asociaciones devenga altos dividendos en pequeñas crisis como esta”.

Siguió diciendo que: “A veces es tentador pensar en estos autobuses de migrantes como simples números que pasan por detrás de ventanas oscuras. Pero es necesario recordar que han perdido sus empleos, sus hogares y el sentido de sus vidas. Enfrentan un riesgo aún mayor de ser explotados, abusados y tratados debido a que su vulnerabilidad también es mayor. A largo plazo, los migrantes se cuentan entre las personas más vulnerables en cuanto a los recortes laborales, respecto del acceso limitado a servicios sociales y médicos y a sufrir estigmatización tanto en el país de destino como en el de origen. Reiteramos nuestro compromiso en cuanto a seguir facilitando el retorno voluntario de quienes padecen necesidades y en cuanto a ayudarlos a escapar del limbo legal y socioeconómico en el cual terminaron debido a la pandemia”.

La asistencia a los migrantes en la frontera y a lo largo de su viaje a Tayikistán fue posible gracias a los esfuerzos conjuntos de los Ministerios de Asuntos Exteriores, Embajadas y departamentos de Servicios Migratorios en Kazakstán, Uzbekistán y Tayikistán y la misma recibió el apoyo de la Fuerza de Tareas de la OIM para la COVID-19 y de una iniciativa regional de la OIM financiada por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.

Para más información por favor contactar Sanjar Toshbaev en stoshbaev@iom.int. Tel: +998 90998 3326