Una evaluación interinstitucional en la ciudad de Al-Kufrah
(Libia sudoriental), en la que ha participado la OIM, ha encontrado
en torno a 3.000 - 4.000 migrantes africanos residiendo en un
campamento a las afueras de la zona sur de la ciudad, sin acceso a
agua corriente, saneamiento, electricidad ni seguridad.

La instalación, con una supervisión limitada, fue
establecida hace varios años por los numerosos migrantes
africanos que pasaban por allí de camino a Bengasi o a
Europa, donde iban a buscar trabajo. Se estima que, con
anterioridad a que estallase el conflicto en Libia, residían
allí unos 15.000 migrantes, principalmente chadianos y
sudaneses. En la actualidad, esta cifra varía diariamente
debido a la llegada de migrantes y a la partida de éstos a
Bengasi, a unos 600 kilómetros, o a otros destinos.

Los migrantes duermen sobre ramas o techos de paja y se cubren
con lo que encuentran.

Todos ellos han manifestado a la OIM sus preocupaciones en
cuanto a la seguridad y a la falta de electricidad e instalaciones
médicas en el campamento. Al no disponer de vayas o de muros
que cerquen las instalaciones, los migrantes son víctimas de
robos, agresiones físicas e incluso asesinatos, ya que
suelen darse casos de personas que penetran en el campamento
durante la noche y les roban a punta de pistola.

Debido al carácter temporal y endeble de los refugios y a
lo expuesta de la situación de los mismos, en las
inmediaciones del desierto, los migrantes presentan con frecuencia
picaduras de escorpiones, lo que se ve agravado por el hecho de que
la instalación sanitaria más cercana está a
una distancia de 10 kilómetros. Además, si regresan
al campamento durante la noche, son vulnerables de sufrir
agresiones.

Un representante de los migrantes chadianos en el campamento
informó a la OIM que en torno a 1.000 de sus compatriotas
desean retornar a sus hogares, pero no disponen de dinero para el
viaje. Otros muchos ciudadanos sudaneses se encuentran en una
situación similar.

El equipo de evaluación, compuesto por representantes del
ACNUR y de las ONG ACTED y Mercy Corps, han encontrado a migrantes
de varias nacionalidades en otros puntos de Al Kufrah, donde
trabajan como jornaleros, trabajadores agrarios o agrícolas
o desempeñan pequeñas tareas.

Dicho equipo, que llevaba a cabo la misión de evaluar la
situación humanitaria en esta remota ciudad cercana a la
frontera con Sudán, ha identificado la carencia de
instalaciones sanitarias como uno de los principales problemas. El
hospital cuenta únicamente con uno o dos cirujanos y la
mayoría de médicos y enfermeras son migrantes
egipcios retornados al país tras el comienzo de la
crisis.

Aun así, algunos trabajadores sanitarios de Corea del
Norte y Pakistán continúan trabajando en la ciudad,
tal y como ha informado la Media Luna Roja en Al Kufrah.

En estos momentos, la OIM intenta encontrar la mejor manera de
ayudar a los migrantes en la zona.

Para más información, póngase en contacto
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Martin Jerrett

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