Comunicado
Global

Un récord en los retornos transfronterizos de migrantes contribuye con un panorama humanitario desolador para Afganistán en 2021

En el Centro de Tránsito de la OIM Afganistán en Kandahar, a los retornados se les brinda asistencia especializada para ayudarles en la transición hacia sus hogares en condiciones de seguridad y dignidad. Foto: OIM/Muse Mohammed 

Kabul – En el último año, más de un millón de migrantes afganos retornaron o fueron deportados a Afganistán desde las vecinas naciones de Pakistán e Irán, mientras que la pandemia de COVID-19 sigue privando a muchas personas del acceso a empleo y a cuidados de la salud.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que más de 650.000 migrantes indocumentados retornarán en 2021, trayendo consigo la necesidad imperiosa de acceder a asistencia humanitaria en un momento en el que los fondos aportados por los donantes representan tan sólo una fracción pequeña de lo que verdaderamente se necesita.

Al 11 de marzo, la OIM informa que más de 200.000 migrantes afganos indocumentados han retornado desde que el año comenzó. Esto es más del doble del porcentaje de retornos en el mismo período in 2019 y 2020. Cerca de la mitad de estos retornos han sido deportaciones que tuvieron lugar en semanas recientes.    

Se espera que esta elevada cifra de personas que regresan al país se mantenga durante todo el mes de marzo debido a feriados religiosos en Irán, durante los cuales muchas personas viajan a sus hogares para ver a sus seres queridos.

“La desesperación de las personas en situación de pobreza en Afganistán ha crecido con los años ya que cada vez hay menos oportunidades laborales allí. Muchos afganos y afganas no tienen más opción que la de migrar a zonas urbanas o a otros países, a la búsqueda de un lugar más seguro para vivir, cuidados de la salud y educación”, señaló Nicholas Bishop, Encargado del Programa de Respuesta Transfronteriza de la OIM. 

“Ahora somos testigos de una cantidad cada vez mayor de migrantes que retornan a Afganistán puesto que la COVID-19 ha desestabilizado las economías en donde los afganos indocumentados tienen acceso limitado a cuidados de la salud debido a su condición legal. La situación se ha vuelto mucho más extrema en la actualidad”.

Muchos migrantes afganos retornan a sus casas tan solo con las posesiones que cargan en sus espaldas. La mayor parte de ellos se ha endeudado al pedir préstamos de montos significativos para poder viajar al exterior en primer lugar y han además sufrido abusos mientras se encontraban fuera del país.

Los grandes retornos transfronterizos son un síntoma de un problema mucho mayor. Este año, se espera que unos 13.2 millones de personas padezcan los efectos de un escenario caracterizado por una gran sequía y hambruna, de acuerdo con datos de un Plan de Contingencia de OCHA para la Primavera en Afganistán, difundido recientemente. 

Combinada con niveles cada vez mayores de conflicto y las consecuencias actuales de la COVID-19, la probabilidad de olas adicionales de desplazamiento interno, migración transfronteriza y un pico en las necesidades humanitarias es verdaderamente alta. Desgraciadamente, el Plan de Respuesta Humanitaria para Afganistán para 2021 ha sido financiado en tan solo un 5% al 9 de marzo.

La OIM junto al Ministerio de Refugiados y Repatriación, además de otros asociados humanitarios, brinda asistencia humanitaria y otros servicios a retornados en los más importantes cruces fronterizos internacionales con Irán y Pakistán. Una red de instalaciones de tránsito brinda alojamiento, comidas calientes, servicios sanitarios y de protección, además de apoyo para el transporte.

Sin embargo, al no contar con suficiente financiación, esto implica que tan solo el 5% de los retornados indocumentados reciben cada semana el apoyo que necesitan.

Al 9 de marzo Afganistán había confirmado más de 55.000 infecciones por COVID-19 y 2.450 muertes. Debido a que el país cuenta con fondos limitados para hacer frente a la pandemia, la verdadera tasa de infecciones no registradas se cree que debería calcularse en millones, de acuerdo con el Ministerio de Salud Pública y oficiales de la OMS.   

A pesar de la entrega en semanas recientes de vacunas procedentes de la India y de COVAX – el mecanismo multilateral creado para asegurar una distribución equitativa de vacunas contra la COVID-19 entre los países – y el inicio de una campaña nacional de vacunación, la identificación de nuevas variedades del virus preocupa mucho a Afganistán, puesto que se cree que las vacunas estarán a disposición de todos recién en 2022 o después.

Gracias a fondos aportados por varios donantes, la OIM ha podido desplegar más de 380 empleados para brindar apoyo a los esfuerzos en la respuesta ante la COVID-19 y para asegurar que no se interrumpa la provisión de cuidados básicos de la salud primaria en zonas en donde las visitas a hospitales han disminuido en más del 25% debido a la cantidad de infectados entre el personal de salud y a los conflictos sin control.

Más adelante este mes, la OIM lanzará en todo el mundo su Plan de Recuperación y Respuesta Estratégica 2021, el cual pondrá de relieve el enfoque de la OIM para el abordaje de las urgentes consecuencias humanitarias de la pandemia, como así también las intervenciones socioeconómicas de mediano a largo plazo requeridas para asegurar la resiliencia de las poblaciones afectadas en Afganistán y más allá.

La OIM Afganistán necesita contar con 17 millones de dólares en 2021 para poder ofrecer respuesta a la pandemia de COVID-19.

  

Para más información por favor contactar con Nicholas Bishop, Oficial de Respuesta de Emergencia, OIM Afganistán, Tel: +93794445948, Correo electrónico: nbishop@iom.int o Ángela Wells, Oficial de Información Pública, OIM Ginebra, Tel: +41 79 403 5365, Correo electrónico: awells@iom.int.