Comunicado
Global

Un año después del desplazamiento de 2,3 millones de personas, el déficit financiero amenaza las actividades de retorno y reintegración

Este mes se cumplirá un año del movimiento más
numeroso de la población vivido en Pakistán desde el
nacimiento del país en 1947.  Las ofensivas militares
dirigidas contra militantes en Khyber Pakhtunkhwa
–anteriormente conocida como Provincia de la Frontera
Noroccidental– y en las áreas tribales bajo
administración federal han provocado el desplazamiento de
2,3 millones de personas.

A pesar de que las cifras oficiales indican que entre un 80 y un
90 por ciento de los desplazados han retornado a sus hogares, a
menudo en zonas asoladas por los enfrentamientos, muchos permanecen
en los 11 campamentos erigidos a lo largo de Khyber
Pakhtunkhwa.  El mayor de ellos, Jalozai, en otro tiempo hogar
de refugiados afganos, alberga en la actualidad a más de
100.000 desplazados internos.

Según el Gobierno, entre los desplazados se incluyen unas
39.000 familias de Waziristán meridional, escenario de los
enfrentamientos más cruentos, y más de 45.000
familias de las regiones Orakzai y Kurram.

Sin embargo, y a pesar de las actuales necesidades de las
familias desplazadas vulnerables y de aquellas que han retornado
para reconstruir de sus hogares, el Plan general de 2010 de
respuesta humanitaria para Pakistán –llamamiento
consolidado de las Naciones Unidas lanzado hace dos meses y que
solicita la cantidad de US$537 millones– ha tenido una
acogida poco entusiasta entre los donantes internacionales. 
Hasta el momento solo ha sido posible financiar un 20 por cierto de
dicho plan.

La OIM solicitó US$11,6 millones para las actividades de
socorro y rehabilitación en curso de las que se benefician
las familias desplazadas, llamamiento que  hasta ahora ha sido
infructuoso.  Entre los proyectos propuestos se incluyen la
provisión de refugio de emergencia para las familias
retornadas vulnerables; reconstrucción y desarrollo de las
infraestructuras comunitarias dañadas por las operaciones
militares básicas; capacitación de la comunidad
humanitaria sobre concienciación en materia de seguridad;
programación, junto al gobierno local, de la
comunicación de masas y de la gestión de riesgos de
desastres.

Esta respuesta contrasta marcadamente con las generosas
contribuciones recibidas el año pasado por la OIM de los
donantes y destinadas a actividades de rehabilitación de
efecto rápido de infraestructuras.

Dichos proyectos, próximos a su finalización,
abarcan dos planes de abastecimiento de agua potable del que se
benefician más de 40.000 personas en los pueblos de Daggar y
Shanai y la construcción de carreteras que conectarán
los pueblos de Bajkatta, Mandao Maira, Mullasar y Kadha Khail, en
el distrito de Buner.

Otros tres proyectos llevados a término en el distrito de
Swat permiten el acceso al agua potable a unos 50.000 residentes de
Mingora, capital del distrito.  Asimismo, la
construcción y asfaltado de dos carreteras que
enlazarán esta población con la ciudad está
próxima a su finalización.

Otros de los proyectos completados en el distrito de Dir
incluyen la construcción de un muro de contención en
Baroon, pueblo con 3.000 habitantes, y la rehabilitación de
dos escuelas públicas y de una institución
académica de enseñanza superior.

Desde que comenzase la crisis de los desplazamientos, la OIM ha
distribuido 67.550 juegos de herramientas, 1.550 lonas
impermeables, 5.000 tiendas de campaña y miles de
artículos no alimentarios, entre los que se incluyen mantas
y edredones.

Asimismo, la Organización ha capacitado a 187
trabajadores humanitarios de varias ONG, entre ellos 29 mujeres que
han trabajado en zonas de elevado riesgo, como las áreas
tribales bajo administración federal, dentro del proyecto de
Capacitación del Personal frente a Cuestiones de Seguridad
en Pakistán.

Para más información, póngase en contacto
con:

Saleem Rehmat

OIM Islamabad

Tel. +92-300-856-0341

E-mail: "mailto:srehmat@iom.int">srehmat@iom.int