Tras una intervención de la OIM, 22 trabajadores migrantes,
a quienes sus empleadores habían abandonado en
difíciles condiciones en Iraq, han recibido ayuda para
regresar a sus hogares.

Se trata de 15 ucranianos y 7 búlgaros que formaban parte
de un grupo de 217 trabajadores migrantes contratados en diciembre
de 2010 para trabajar en un proyecto de construcción en la
zona internacional de Bagdad. Todos ellos permanecieron
desamparados en el país después de que, tras la
interrupción del proyecto a mediados de abril de este
año, su empleador desapareciera.

En el momento de ser contratados, les prometieron un salario
mensual de US$2.500, pero, en el momento de la fuga del empleador,
estos trabajadores tan solo habían percibido unos pocos
cientos de dólares, encontrándose sin medios para
vivir.

Tras meses de infructuosas negociaciones con el contratista para
recibir los salarios atrasados, los trabajadores recurrieron a la
comunidad internacional.

Desde entonces han contado con la ayuda de la OIM, que les ha
proporcionado alimentos y asistencia humanitaria, además de
sensibilizar a las autoridades iraquíes para que esta
situación se resuelva.

Como consecuencia, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Iraq
ha entregado una compensación de US$2.000 a cada uno de los
22 migrantes y se ha encargado de gestionar la documentación
necesaria para la salida de éstos del país.

Mientras que el Gobierno de Ucrania corrió con los gastos
del viaje de regreso de sus nacionales, los trabajadores
búlgaros, sin embargo, tuvieron que abonar US$1.000 ya que
el Gobierno de su país no se hacía cargo de los
billetes de avión.

"La partida de los trabajadores ha llegado en un momento
crítico. Están agotados física y
emocionalmente. Han tenido soportar los mosquitos y unas
condiciones de vida cada vez peores, en especial, después de
la rotura del alcantarillado en el lugar donde se alojaban",
explica Livia Styp-Rekowska, personal de la OIM en Iraq.

Los trabajadores, expuestos a menudo a amenazas de desahucio, se
han refugiado en un edificio, viviendo en condiciones de
hacinamiento e insalubridad, sin electricidad, ventilación
ni agua potable. Como consecuencia, muchos presentan problemas de
salud.

Si bien el retorno pone fin a un prolongado suplicio, a los 22
migrantes se les debe aún US$300.000 en concepto de salarios
y ellos, a su vez, carecen de medios para pagar los
préstamos y las hipotecas contraídas en sus
países. Un abogado iraquí se ocupará de su
caso para recuperar estos sueldos adeudados.

Algunos de los 195 trabajadores migrantes que conforman el resto
del grupo inicial han sido trasladados a otra obra y otros, bajo la
presión de sus empleadores, han decidido abandonar el
país a cambio de un pago de US$1.000. Sin embargo, tras
verse obligados a abonar el transporte de regreso y los cargos
derivados de exceder un visado de 10 días, se han quedado
con nada o prácticamente nada.

Las misiones de la OIM en Iraq, Bulgaria y Ucrania
seguirán el caso para garantizar la coordinación y la
provisión de servicios para la reintegración de los
22 migrantes siempre que sea posible.

"Este resultado, a pesar de no ser perfecto, se ha conseguido
gracias a la cooperación entre varios actores, incluidos el
gobierno y la comunidad internacional. Se trata de uno de los pocos
casos de explotación laboral investigados de esta forma. Con
él, no solo se resalta la necesidad de una respuesta a la
explotación de trabajadores extranjeros en Iraq a más
largo plazo, sino que además ha incrementado la
concienciación sobre la trata de personas entre el gobierno
y la población", concluye Styp-Rekowska.

Los medios de comunicación pueden
documentar la noticia con imágenes de los migrantes en
Bagdad, en el momento anterior a su partida, que pueden ser
descargadas en el siguiente enlace:

"http://www.quicklink.tv/IOM/download.asp?Clip_ID=1252" target=
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Para más información, póngase en contacto
con:

Livia Styp-Rekowska

OIM Iraq

Tel: + 962 79 711 0261

E-mail: "mailto:lstyprekowska@iom.int">lstyprekowska@iom.int