Comunicado
Global

Sobrevivientes del naufragio del golfo de Adén reflexionan sobre sus opciones en medio de informes de una nueva tragedia

Djibouti - Hoy, en medio de informes generados en Obock, Djibouti, sobre la muerte de al menos 30 personas en su intento de atravesar el Golfo de Adén, la OIM envió a un equipo para investigar y auxiliar a los sobrevivientes, si los hubiere.

Después del naufragio de marzo, este nuevo naufragio mortal con el mayor número de muertes ocurrió en el Golfo de Adén el 20 de octubre; la OIM ha podido albergar a ocho sobrevivientes y les ha proporcionado la asistencia psicológica y médica necesaria.  Cinco de ellos aceptaron voluntariamente la repatriación a Etiopía, su país de origen, mientras que los tres restantes decidieron continuar su viaje peligroso a Yemen y luego a Arabia Saudita, a pesar de los riesgos y las recomendaciones de la OIM de no hacerlo.

La tragedia se produjo cuando un barco sobrecargado que transportaba a 34 personas zarpó de Djibouti rumbo a Yemen en medio de vientos fuertes.  Veintiséis migrantes se ahogaron cuando el barco volcó a menos de dos kilómetros de la playa de Guehery, 39 km al norte de Obock.  Todos los migrantes provenían de Kamisseh en Etiopía, una región sumamente pobre con altas tasas de desempleo.

El naufragio supuso la mayor pérdida de vidas en el Golfo de Adén desde marzo de 2014, cuando siete migrantes se ahogaron tratando de llegar a Yemen y 35 sobrevivieron.  Desde el comienzo del año, 241 personas han perecido en el mar tratando de llegar a Yemen desde Djibouti.

Al explicar las decisiones de los sobrevivientes, ya sea para volver a su lugar de origen o para arriesgar la  vida en el mar, el Jefe de Misión interino de la OIM de Djibouti, Romaric N’Guessan, indicó que decenas de miles de migrantes siguen emprendiendo el viaje a causa de la desesperación e ignoran lo que les espera.  “Entre ellos, una cantidad cada vez mayor es víctima de la trata de personas y otros abusos contra los derechos humanos a manos de traficantes ilícitos de personas”, agregó.

“Advertimos a este grupo sobre los peligros y ofrecimos proporcionarles transporte a su lugar de origen e incluso una subvención de reintegración para iniciar un pequeño negocio.  Algunos aceptaron, pero los demás decidieron seguir intentando llegar al Golfo, a pesar de haber presenciado lo que les pasó a sus compatriotas”, señaló.

Para concienciar a los migrantes sobre de los riesgos de la migración irregular y la trata de personas, hace tres años la OIM de Djibouti estableció un Centro de Respuesta al Migrante en Obock, la ciudad de Djibouti más cercana a Yemen.

“A pesar de los esfuerzos de promoción y divulgación en Etiopía, Somalia y Djibouti, los migrantes –sobre todo etíopes– a menudo siguen siendo inconscientes de los peligros extremos que enfrentan, hasta que han cruzado la frontera de Djibouti y se enfrentan a dificultades que ponen en peligro su vida.  Los traficantes ilícitos de personas se están aprovechando cada vez más de esta situación”, precisó N’Guessan.

“Al menos 50 migrantes fueron abandonados en el desierto en septiembre y murieron de agotamiento y deshidratación, mientras que otros 15 migrantes fueron hallados muertos en la zona del lago Assal en agosto; se trata de personas desesperadas y nos enfrentamos a un gran desafío”, concluyó el funcionario.

Para obtener más informacion, por favor ponerse en contacto con

Romaric N’Guessan

en la OIM de Djibouti

Tel: 00253 7777 2806

Email: knguessan@iom.int

Historia de un migrante sobreviviente:

“Yo estaba en un grupo de más de cien personas.  Partimos de Dire Dawa (Etiopía) rumbo a Djibouti.  El viaje desde Etiopía a la frontera de Djibouti lo hicimos por vehículo.  Me alojé una semana en Djibouti y luego me trasladé a Tadjourah y Obock.  La mayor parte del viaje de Djibouti a Tadjourah y Obock lo hicimos a pie.

Abandoné mi país porque me enteré de que había muchos puestos de trabajo y una gran cantidad de dinero en Arabia Saudita.  A la salida, les pagué a los traficantes en Etiopía y el resto del dinero lo utilicé para pagar el viaje en barco de Obock a Yemen y Arabia Saudita.  En total gasté 7.500 birr (USD 380).

Ahora he perdido todo mi dinero, pero todavía estoy vivo.  Yo sabía que podría haber muerto en el desierto o en el mar, y que podría haber sido arrestado por la policía en Yemen o Arabia Saudita porque no tenía documentos.  Pero ya no tenía ninguna esperanza en mi pueblo, así que decidí continuar mi viaje de todos modos.

Pero luego vi lo que pasó con el barco.  Vi morir a mis amigos, que en su mayoría no sabían nadar.  Todavía puedo oír sus gritos.  Tuve suerte porque podría haber sido yo y ahora quiero que la OIM me ayude a retornar a mi país.

He aprendido que la migración irregular es demasiado peligrosa.  Tengo un lindo país: Etiopía.  Debo regresar y trabajar arduamente para tener una vida mejor; ya no quiero volver a arriesgar mi vida.  La OIM también me explicó que existen canales regulares de migración y veré si me decido a emigrar de nuevo”.