Comunicado
Global

Se requiere de urgente asistencia para unas 11.500 personas que recientemente han sido desplazadas por las inundaciones en Chad

Un sitio de desplazamiento temporal en el Distrito 9° de N'Djamena. Foto: OIM/Daniele Febei

N’Djamena – Se estima que unas 11.500 personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares desde finales de octubre debido a inundaciones repentinas en N’Djamena, la capital de Chad. Las inundaciones causaron daños catastróficos y son el resultado del aumento en los niveles del agua que llevaron al desborde del Río Chari y a una fractura en el dique en el Distrito 9° de N’Djamena.

La OIM en coordinación con las autoridades de Chad y con la comunidad humanitaria está brindando un apoyo importante a la gestión y desarrollo del sitio, incluyendo en tal apoyo la provisión de albergues, provisión de agua, luces solares y artículos no alimentarios.  La organización está también recopilando datos por medio de la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM) a fin de evaluar las necesidades de las personas desplazadas.

Estas inundaciones vienen a agregar un nivel más de vulnerabilidad a una población que ya se había visto afectada por severas inundaciones en agosto pasado.  Más de 100 familias recibieron el apoyo de la OIM en aquel momento. Actualmente se necesita de una mayor cantidad de fondos cuanto antes puesto que los niveles del agua siguen subiendo.

“Es esencial que aumentemos de manera urgente e inmediata los esfuerzos para brindar apoyo de respuesta de emergencia y en materia de albergues a las víctimas del desastre, siendo también preocupante el hecho de que la COVID podría llegar a propagarse en los espacios donde la gente vive hacinada, temiéndose también los brotes de otras enfermedades originadas en la mala calidad del agua que son endémicas en esta región”, sostuvo la Jefa de Misión de la OIM Chad Anne Schaefer.

En el sitio de desplazamiento, la OIM construyó albergues temporarios y organizó sesiones de sensibilización relacionadas con la protección y la seguridad ante incendios originados en otros peligros presentes. La OIM dice que es necesario hacer aún mucho más para apoyar a las personas que más lo necesitan, incluyendo la entrega de alimentos, saneamiento y educación en tiempos de crisis.

Los ríos Chari y Logone que corren a través de la República Centroafricana, Camerún y Chad, se encuentran entre las principales fuentes de agua del Lago Chad. Pero el flujo es irregular, pues es bajo entre febrero y julio, y excepcionalmente alto entre agosto y noviembre, en especial cuando es alimentado por las copiosas lluvias de los meses lluviosos de verano.

Se construyeron presas y diques en torno al río para evitar potenciales catástrofes, pero cuando las lluvias son muy abundantes el río se sale de su cauce e inunda las zonas circundantes, causando considerables daños materiales y de vidas humanas.

“Se necesita una respuesta integral para elaborar el perfil de las personas que se han visto mayormente afectadas y presentan las mayor vulnerabilidad ante las inundaciones, y para fortalecer la preparación de emergencia y la reducción de riesgos por desastres, además de poder manejar las áreas más proclives a inundarse, incluyendo el apoyo a las autoridades del Gobierno en lo relacionado con el planeamiento, la advertencia temprana y la rápida respuesta ante las inundaciones y otras catástrofes”, dijo Schaefer.

La intensa estación lluviosa de 2020 que sigue en la zona sur del país, está llevando a un aumento en los niveles de agua. Corriente arriba el nivel de riesgo también está aumentado en la Provincia del Lago, en donde más de 393.000 personas están actualmente desplazadas como consecuencia directa del cambio climático y de la inseguridad provocada por las acciones de Boko Haram y de otros grupos armados no estatales.

Para más información por favor contactar a François-Xavier Ada-Affana en la Oficina Regional de la OIM para África Central y Occidental. Correo electrónico: fadaaffana@iom.int.