Comunicado
Global

A pesar de los denodados esfuerzos, demasiados migrantes deben enfrentar desafíos para el acceso a las vacunas contra la COVID-19

La OIM entrega vacunas en cinco centros sanitarios en Adén, Ma’rib, Shabwah, Taiz y Lahj. Foto: OIM 2021/Majed MOHAMMED 

Ginebra – Las políticas gubernamentales, las realidades presentes a nivel operativo y los requerimientos administrativos tales como las tarjetas de identificación y los permisos de residencia podrían estar impidiendo el acceso a las campañas nacionales de vacunación para algunos de los migrantes en 53 de los más de 160 países en los cuales la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha compilado información referida al acceso hasta este momento. En una situación de especial riesgo se encuentran los migrantes irregulares e indocumentados y quienes han sido forzosamente desplazados.  

“Nos han impresionado particularmente los esfuerzos realizados en decenas de países para que la distribución de vacunas fuera lo más equitativa posible. Pero las barreras a los servicios sanitarios han sido sistémicas incluso desde antes de la pandemia y siguen siendo una realidad para muchos de los migrantes en numerosos lugares”, dijo el Director General de la OIM António Vitorino.   

“Lo que estamos viendo en algunos casos es la desconexión entre los que se ha comprometido por escrito y lo que realmente está ocurriendo en la práctica”. 

Cerca de 47 países ya han tomado medidas concretas para asegurar que los migrantes, incluidos los que se encuentran en situación irregular, puedan acceder a las vacunas. Muchas naciones están todavía esperando sus dosis para poder comenzar con sus campañas. Pero incluso cuando comiencen, la OIM ha identificado más de 53 países, territorios o áreas en las que las políticas en vigor y las realidades operativas harán que los más vulnerables no puedan tener acceso a las vacunas.  

Obstáculos administrativos, de comunicación y logísticos  

La OIM advierte con particular preocupación que cerca de 40 países en donde los procesos administrativos – tales como los requerimientos en cuanto a presentar un documento nacional de identidad o un permiso de residencia válidos, o registrarse previamente de acuerdo con los programas nacionales de seguro médico – pueden representar sin duda alguna un obstáculo para ciertas categorías de migrantes y personas forzosamente desplazadas.  

En otros lugares se han podido identificar otros tipos de obstáculos, incluyendo el darle prioridad a los ciudadanos y la exclusión de no nacionales de las campañas de vacunación: la falta de un “muro cortafuego” entre los proveedores sanitarios y las autoridades de inmigración que ha llevado a que muchos migrantes en situación irregular teman ser arrestados o deportados si procuraran la inmunización; dudas en cuanto a vacunarse o no debido a que no hay actividades suficientes de divulgación focalizadas, a través de canales que sean adecuados tanto lingüística como culturalmente; movilidad ininterrumpida como un desafío ante las vacunas que requieren de la aplicación de dos dosis; y la necesidad de contar con un teléfono celular, o una computadora o conexión a internet para lograr registrarse.  

Buenas prácticas identificadas  

Entre las buenas prácticas pueden mencionarse:  

  • Aceptar cualquier tipo de documento que acredite la identidad, sin que importe su fecha de validez, y que no se hagan preguntas acerca del estatus migratorio de la persona a ser vacunada.   
  • Llegar de modo proactivo a las comunidades de migrantes, en los idiomas correspondientes y por medio de canales de comunicación relevantes para poder desarrollar confianza y crear demanda de vacunas.  
  • Desplegar equipos de vacunación móvil que puedan llegar hasta zonas remotas en donde los servicios de salud primaria siguen siendo escasos.   
  • Garantizar que no habrá denuncias ante las autoridades de inmigración tras la inmunización.  
  • Garantizar derechos de residencia o extensiones de visa para los migrantes en situación irregular, para asegurar que puedan acceder a los beneficios sociales, entre ellos los de cuidados de la salud.   

Trabajando estrechamente con las autoridades sanitarias nacionales, la Organización Mundial de Salud (OMS), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Gavi (la Alianza de Vacunas), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros actores claves, la OIM ha estado promoviendo tales medidas para cubrir las brechas existentes, y ha estado brindando, a solicitud de los  gobiernos, apoyo técnico, operativo y en materia de políticas.  

“Hay aún tiempo de corregir el curso para lograr equidad en la vacunación en donde haya voluntad política de hacerlo”, dijo el Director General Vitorino. “Es a menudo en los procesos y requerimientos administrativos cotidianos en los centros de salud que la lucha por la inclusión verdadera es ganada o perdida, de modo que hago un llamamiento a todos los gobiernos para limpiar el camino que conduce a una inmunización contra el COVID-19 para todos”.  

El informe Inclusión de los Migrantes en las Campañas de Vacunación contra el Covid-19 está disponible aquí.   

Para más información por favor contactar con:   

Paul Dillon, Editor Encargado y Portavoz en la OIM Ginebra, Tel: +41 79 636 9874, Correo electrónico: pdillon@iom.int, o Yasmina Guerda, Oficial de Información de Salud Pública,  Tel: +41 79 363 17 99, Correo electrónico:  yguerda@iom.int