Italia - El fantasma de grandes barcos desechables que transportan a cientos de migrantes a través de aguas peligrosas en el nuevo año se confirmó de manera aterradora a finales de la semana pasada cuando más de 1.000 migrantes que en su mayoría huían de Siria tuvieron que ser rescatados del mar Mediterráneo.

Según relatos de los sobrevivientes, las tripulaciones de ambos buques abandonaron intencionadamente a bordo a hombres, mujeres y niños, fijando el curso hacia la costa de Italia a pesar de la posibilidad muy real de que cientos de personas podían ahogarse.

El buque Blue Sky M, abanderado en Moldova, transportaba a 736 personas y tocó tierra la víspera de Año Nuevo en Apulia.  Un miembro del personal de la OIM los recibió y pudo interrogar al menos a una docena de pasajeros sirios antes de su traslado a centros de acogida en Italia.  Los recién llegados describieron un viaje peligroso de una semana cuyo precio de entre USD 4.000 y USD 6.000 por persona fue pagado a traficantes ilícitos de personas en Turquía.

Un segundo barco, el Ezadeen que anteriormente se utilizaba como transporte de ganado, fue abandonado por su tripulación con 359 ciudadanos sirios a bordo (incluidos 62 menores de edad) y fue remolcado a tierra hacia Calabria por la misión Tritón de la Unión Europea durante el fin de semana.

“Los migrantes nos contaron que durante el viaje los traficantes ilícitos los controlaban estrictamente y los obligaban a permanecer sentados, y que las condiciones meteorológicas eran pésimas”, comunicó el portavoz jefe de la OIM en Italia, Flavio di Giacomo.

La OIM de Italia indicó que las autoridades locales investigan informes que aseveran que los traficantes ilícitos de personas abandonaron la nave después de ponerla en piloto automático, según se ha dado a conocer en los medios de comunicación. 

Algunos testigos han asegurado a los investigadores que vieron al capitán del Blue Sky M cuando bloqueaba el piloto automático y además, que él no abandonó el barco sino que permaneció a bordo pretendiendo ser uno de los migrantes.  En este momento la Policía de Italia lo está interrogando.

Informes de prensa sobre estas últimas olas de migración han mencionado que los viajeros han pagado precios por persona tan altos como de USD 8.000 por el trayecto, lo que la OIM no ha podido verificar.  Analistas de la OIM consideran que la perspectiva de cargamentos de personas de una sola nacionalidad –en estas últimas travesías, migrantes que huyen de Siria– representan oportunidades para que las organizaciones de tráfico ilícito empleen ciertas economías de escala que no eran evidentes en los manifiestos más “mixtos” de pasajeros que zarparon de Egipto y Libia en 2014.

“La previsibilidad de miles de personas que huyen de Siria cada mes permite a los traficantes planificar un flujo fiable de clientes, lo que por supuesto les ayuda a establecer un precio”, explicó Joel Millman, portavoz de la OIM en Ginebra.  “Pueden predecir la cantidad de ingresos que generará cada viaje y entonces consiguen rápidamente los buques y las tripulaciones”.

Millman agregó que la reciente decisión del Líbano de exigir visas a los migrantes sirios podría desviar el tráfico de migrantes a las costas de Turquía, en donde aumentará la demanda de los servicios de traficantes ilícitos.

Italia dio a conocer que a lo largo de los primeros once meses de 2014 se rescató a 163.368 migrantes en el mar, cerca de tres veces el total de 2013.  En el último año, hasta el 30 de noviembre del año pasado, los sirios fueron el contingente más numeroso con casi 40.000 migrantes, seguidos de más de 34.000 eritreos.

Más de 3.000 migrantes desaparecieron en el Mediterráneo en 2014; se conjetura que se ahogaron cuando se hundieron los pequeños buques inseguros en los que se embarcaron en el norte de África.

En los últimos cuatro meses de 2014, la OIM tuvo noticia de buques “madre” más grandes que esperan en aguas abiertas para recibir a los pasajeros que los traficantes les acercan en ferry.  Los buques grandes que salen de Turquía cargados de migrantes sirios comenzaron a aparecer en mayor número a finales del año pasado en el oriente del Mediterráneo.

Según testimonios recientes de migrantes, los buques de carga que se utilizan son muy viejos e inseguros.  Los expertos marítimos calculan que estos normalmente podrían tener un costo de entre USD 100.000 y USD 150.000, lo que permite a los traficantes generar más de USD 3 millones en viajes como los dos que concluyeron en los últimos días, con hasta 900 migrantes hacinados a bordo.

“La situación es preocupante porque los contrabandistas generan sumas exorbitantes –alrededor de USD 3 millones por viaje– en travesías marítimas largas y peligrosas.  Con estos ingresos pueden comprar otros barcos y continuar su actividad en esta u otras nuevas rutas”, expuso el Jefe de Misión de la OIM de Italia, Federico Soda.

El tráfico se mantuvo intenso hasta finales de 2014 –se rescató a más de 2.000 migrantes sólo durante la semana de Navidad y en lo que va del nuevo año–, lo que sugiere que en las condiciones actuales importa poco que el Mediterráneo sea patrullado por el programa Mare Nostrum de Italia o por su reemplazo, la misión Tritón.

“Esta nueva ruta es una consecuencia directa de la crisis de Siria”, añadió Soda.  “A pesar del fin de las operaciones del programa Mare Nostrum de salvamento en el mar, la migración persiste debido a la serie de crisis en las cercanías de Europa”.

“Nunca antes habíamos presenciado la llegada de tantas personas en invierno; si su número no disminuye, no será posible brindarles la atención debida y el riesgo de naufragios aumentará”, concluyó Soda.

El Director General de la OIM, Embajador William Lacy Swing, citó el caso de los piratas somalíes cuya amenaza para el comercio internacional fue neutralizada por un grupo de trabajo multinacional en el Golfo de Adén.  “Un grupo de trabajo internacional puso fin a la piratería en aguas de Somalia; si eso fue posible, también será posible crear un grupo de trabajo para paralizar a las bandas de traficantes ilícitos de personas”, declaró el Embajador Swing.

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