Comunicado
Global

Mientras la OIM aumenta su capacidad de respuesta, se teme que se produzcan infecciones por COVID-19 a gran escala en Afganistán

 

Kabul  – Mientras continúa en todo el mundo la lucha contra la COVID-19, Afganistán está haciendo enormes esfuerzos para poder absorber a las más de 271.000 personas que han retornado desde enero desde los países vecinos Irán y Pakistán, en un momento en el que las tasas de infección en la capital son preocupantemente altas.  

Con casi 2.900 casos confirmados y 90 muertes hasta el 5 de mayo, los oficiales de Afganistán han enfatizado el hecho de que, si no se toman medidas inmediatas, hasta el 80% de la población total del país, calculada en 35 millones, podría llegar a infectarse.  

La cifra de casos confirmados sugiere que Afganistán podría llegar a tener una de las tasas de infección por COVID-19 más altas del mundo. Asimismo, días atrás, los resultados de una muestra al azar de 500 personas en Kabul, una ciudad de entre cinco y siete millones, mostró una alarmante tasa de infección del 50%. 

Un factor clave que obstaculiza una respuesta significativa a la pandemia es la baja capacidad para realizar pruebas. Ocho instalaciones para la realización de pruebas establecidas desde el mes de enero tienen una capacidad diaria de 100-150 pruebas cada una. Sin embargo, hay una escasez significativa de técnicos de laboratorio debidamente entrenados y se necesita con gran urgencia una mayor cantidad de kits de prueba.  

Otra preocupación grave es que la infraestructura sanitaria para el tratamiento de casos severos en Afganistán es extremadamente limitada. La esperanza de vida es de solamente 50 años para ambos géneros y un alto porcentaje de la población tienen condiciones de salud preexistentes tales como tuberculosis, VIH-SIDA, desnutrición, cáncer y enfermedades cardíacas y pulmonares, siendo asimismo la polución medioambiental un factor de importancia que afecta la salud de la población.  

“Las restricciones de circulación y la cuarentena tienen un impacto limitado a pesar de que están vigentes en todo el país, y esto es así por la realidad socioeconómica del país – las familias no pueden estar más que unos pocos días sin trabajar para poder mantenerse a flote”, explicó Nicholas Bishop, Oficial de Respuesta de Emergencia de la OIM Afganistán.  

“En eso se origina la tendencia migratoria saliente para regresar a Irán que volvió a reanudarse la semana pasada, puesto que las personas están desesperadas por poder alimentar a sus familias”. 

El distanciamiento social no es factible en un país en donde el tamaño promedio de una familia es de siete integrantes y la mayor parte de las personas viven en hogares pequeños, confinados, con una sola habitación y escasa ventilación.  

“En las áreas rurales hay una importante brecha de conocimiento. Una reciente encuesta sobre percepción comunitaria llevada a cabo por un grupo de ONG puso de manifiesto que un 60% de los residentes no contaban con información adecuada sobre la COVID-19”, acotó Bishop.  

Lo que ha complicado aún más la respuesta ante la COVID-19 ha sido el aumento de los conflictos, que han traído aparejados incidentes de seguridad y la imposibilidad de acceder a áreas no controladas por el gobierno, lo cual significa que un 30% del país no tiene acceso a testeos.  

“Tal vez no estamos captando adecuadamente el profundo impacto de esta enfermedad en las mencionadas zonas en donde la comunidad internacional está recibiendo numerosos pedidos de apoyo para la asistencia sanitaria”, dijo Bishop.  

A pesar de todos estos desafíos aparentemente insuperables, la OIM en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud Pública y la OMS está respondiendo activamente para luchar contra la COVID-19, habiendo enviado más de 100 empleados sanitarios para realizar vigilancia fronteriza, intervenciones en instalaciones sanitarias y conformar equipos sanitarios móviles.  

Si luego del control de temperatura y de otros síntomas se detecta un caso sospechoso, el mismo es derivado por una ambulancia de la OIM hacia el sitio de aislamiento más cercano. Lo mismo se aplica en el caso de centros de tránsito para migrantes de la OIM. 

“Estamos brindando capacitaciones, entregando equipos de protección personal y otros suministros médicos esenciales para los trabajadores sanitarios locales, y apoyando actividades de Comunicación de riesgos y participación comunitaria (RCCE) en 25 provincias a lo largo de 10.000 comunidades por medio de nuestra herramienta para la compilación de datos, la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento”, sostuvo Stuart Simpson, Jefe de Misión de la OIM en Afganistán.  

“Con estas cantidades tan altas de migrantes que cruzan la frontera, también estamos brindando apoyo para la coordinación en los Puntos de Acceso al Ministerio de Salud Pública, en sociedad con la OMS y el ACNUR”. 

Año tras año la OIM Afganistán brindó asistencia humanitaria a cientos de miles de afganos indocumentados que regresaban desde Irán. Más de 30.000 personas han sido asistidas hasta este momento en 2020 a través de su red de centros de tránsito en frontera. 

La OIM ha hecho un llamamiento por cinco millones de dólares adicionales en concepto de apoyo financiero de parte de asociados donantes a fin de aumentar las acciones de respuesta vital ante la COVID-19 en Afganistán.   

Para más información por favor contactar a Nicholas Bishop, Oficial de Respuesta de Emergencia, OIM Afganistán, Tel.: +93794445948, Correo electrónico: nbishop@iom.int