Comunicado
Global

Las poblaciones móviles sufren el impacto económico de la reducción a casi la mitad de los flujos migratorios en África Central y Occidental por la COVID-19

Cada año, miles de trabajadores de temporada de África Central y Occidental viajan a zonas dedicadas a la minería del oro en Burkina Faso, Senegal o Mali. Foto: OIM/Alexander Bee. 

Dakar – De acuerdo con datos compilados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en 35 puntos de tránsito claves en África Central y Occidental, la migración regional ha disminuido en casi un 50 por ciento durante la primera mitad de 2020 (en comparación con 2019) debido a las restricciones a los viajes decretadas por los gobiernos para prevenir la propagación de la COVID-19.  

En el Día Internacional de las Remesas Familiares, los datos reflejan la doble carga que los países de ingresos medios y bajos deben enfrentar en este momento, la respuesta a la COVID-19 conlleva una interrupción importante de la movilidad transfronteriza y el comercio.  El Banco Mundial proyecta que las remesas hacia África Subsahariana caerán en un 23 por ciento.

Una de cada nueve personas en el planeta se ven afectadas por los flujos de remesas. Aproximadamente la mitad reside en ciudades pequeñas y en aldeas rurales en donde las remesas hacen posible que haya un plato de comida sobre la mesa, que se pueda educar a los niños y brindar apoyo a los microemprendimientos.

Muchos están sintiendo los efectos de los cierres de fronteras en esta región.

“Por el cierre no puedo salir de Ouagadougou para vender el jabón que fabrico en otras localidades y ciudades”, dijo un migrante entrevistado por la OIM en Burkina Faso.   

“Es como si tuviera que empezar de cero nuevamente”.  

Si bien las restricciones a la movilidad tales como los cierres de fronteras han sido herramientas para limitar la propagación del virus, han tenido efectos devastadores sobre el comercio regional y los medios de subsistencia. Los migrantes y las personas desplazadas internamente (IDPs) enfrentan de manera desproporcionada los efectos de estas restricciones. Las comunidades fronterizas y el comercio transfronterizo se han visto seriamente impactados en una región en la que el 60 por ciento de la economía es informal.

“Estimamos que al menos unos 33.000 migrantes se encuentran actualmente varados en las fronteras, incluso en centros de tránsito atestados, a raíz de las restricciones a la movilidad por la COVID-19”, dijo Sophie Nonnenmacher, Directora Regional en funciones de la Oficina Regional de la OIM para África Central y Occidental.

“La mayor parte de ellos han perdido sus trabajos o fuente de ingresos, lo cual también puede ser un obstáculo para el acceso a los servicios de salud”, agregó.

Los datos de la OIM indican asimismo que los movimientos han continuado dentro de los países y entre los mismos, a pesas de las restricciones tanto internas como internacionales.

Entre estos miles de migrantes varados se encuentran los trabajadores estacionales a lo largo de una amplia zona de las naciones del Golfo de Guinea tales como Burkina Faso, Mali y Guinea. Otros viajeros frecuentes son los estudiantes coránicos que se desplazan entre los países de África Occidental y los pastores trashumantes a lo largo de lo que se conoce con el nombre de “Corredor de la Trashumancia” que se extiende desde Mauritania hasta Chad.

Adicionalmente hay más de seis millones de personas internamente desplazadas a lo largo de África Central y Occidental que dependen casi con exclusividad de la asistencia humanitaria y que han sufrido el impacto de las restricciones a la movilidad. Las personas desplazadas internamente que con anterioridad podían obtener su salario en el mercado laboral informal local, se encuentran ahora imposibilitadas de hacerlo debido a las restricciones al acceso y al egreso de personas desplazadas internamente desde muchos de los campamentos en la región.

“La región entre Mali, Costa de Marfil y Burkina Faso es un buen ejemplo de la dinámica migratoria en esta zona. La necesidad de trabajadores de temporada en amplias zonas de granjas o en zonas dedicadas a la minería del oro ha provocado una gran cantidad de movimientos transfronterizos que, en el contexto de las restricciones a la movilidad, se han vuelto irregulares”, explicó Damien Jusselme, Oficial Regional de Gestión de la Información en la OIM.

“A raíz de esto, miles de trabajadores de temporada han estado varados en países vecinos y no pueden regresar a sus hogares, lo cual pone de manifiesto la necesidad de contar con un enfoque mucho más integrado para la gestión de la migración en medio de la pandemia de COVID-19”.

“Esta situación es muy preocupante. Es crucial, ahora más que nunca, integrar a los migrantes en los planes de respuesta nacionales, regionales y mundiales”, agregó Nonnenmacher.   

Desde 2016 la OIM, con el apoyo de la Iniciativa Conjunta UE-OIM de protección y reintegración de Migrantes y del Programa de Seguridad, Soluciones y Protección, financiado por el Ministerio de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID), ha estado compilando y analizando datos sobre movimientos de viajes en África Central y Occidental en más de 30 Puntos de Monitoreo de Flujos establecidos en centros claves de tránsito en la región como estaciones de autobuses y cruces fronterizos. La Matriz de Seguimiento de Desplazamiento de la OIM (DTM), por medio de la Herramienta de Seguimiento de Emergencia, proporciona actualizaciones sobre tendencias en la movilidad y migrantes varados en la región y a lo largo de la Ruta Migratoria Central del Mediterráneo.

Lea el último COVID-19: Informe sobre el impacto en la movilidad (abril 2020).

 

Para más información por favor contactar a Damien Jusselme en la OIM Dakar, Email: djusselme@iom.int    

Para más información acerca de la respuesta de la OIM para la COVID-19 en África Central y Occidental por favor contactar a Florence Kim en la Oficina Regional de la OIM para África Central y Occidental, Correo electrónico: fkim@iom.int, Tel: +221 78 620 6213