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Quiénes somosLa Organización Internacional para las Migraciones (OIM) forma parte del Sistema de las Naciones Unidas y es la organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada para beneficio de todos, con 175 Estados Miembros y presencia en 171 países.
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Nuestro trabajoComo organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada, la OIM juega un rol clave apoyando el logro de la Agenda 2030 por medio de diferentes áreas de intervención que conectan la asistencia humanitaria con el desarrollo sostenible.
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Las mujeres se benefician de ayuda para la subsistencia
Ciento veinticinco cinco mujeres ya no
tienen que luchar por su supervivencia en la provincia del norte de
Afganistán de Faryab, después de recibir ayuda de un
programa de la OIM para adquirir nuevas competencias y poner en
marcha negocios.
El grupo, todas viudas y/o mujeres
vulnerables, quedó identificado como objeto de asistencia
por el Ministerio de Asuntos de la Mujer de Afganistán.
Entre ellos se encontraba Nadia, una viuda madre de cinco cuyo
único medio de subsistencia antes era lavar ropa y limpiar
casas. A través del programa, Nadia se hizo con las
herramientas para hacer ghilums, tradicionales alfombras
afganas.
“Ahora todo me va mejor. Puedo trabajar
desde casa y pasar más tiempo con los hijos”,
explicaba Nadia. Antes de pertenecer al programa, mantener a la
familia era una lucha. Ahora puede comprar sin problemas, harina,
té, jabón y ropa para sus hijos vendiendo tres
alfombras al mes en los bazares y a los tenderos.
Con una de las esperanzas de vida más
bajas del mundo tras décadas de guerra, Afganistán
tiene más de un millón de viudas. Asimismo, debido a
la inestabilidad y el restrictivo régimen de los
talibán, las mujeres no tenían acceso a la
educación y la formación profesional que les
podrían haber ayudado a mantenerse a sí mismas y a
sus familias.
“Ahora, Afganistán es un lugar
pacífico donde las viudas pueden vivir su vida con este tipo
de proyectos”, afirmó Zareena, de 38 años, otra
participante del programa, en el que también se
impartían clases de lectura y escritura, educación
sanitaria y derechos humanos. Tan importante como ganar dinero era
para Zareena poder leer a sus hijos y la educación sanitaria
básica que ha adquirido.
“Aprendí a evitar enfermedades
lavando los platos con jabón”, explicó.
“No tengo televisión y casi nunca salgo de casa. Este
tipo de educación era la única oportunidad que he
tenido de aprender”.
Además de enseñar a hacer las
ghilums, el programa de subsistencia en Faryab dio a un grupo de 25
mujeres con hijos una vaca por cabeza y formación sobre
cómo cuidar a los animales, de modo que pudieran vender
leche y productos lácteos como queso y mantequilla en los
mercados.
“No todos tienen vacas, así que
las familias tienen un acceso limitado a los productos
lácteos en Faryab”, según Sophie Nuon,
funcionaria del programa de la OIM en Faryab, capital de Maimana.
“La mayoría de familias se alimentan de arroz,
guisantes, pan y no se pueden permitir muy a menudo comer carne. El
proyecto no sólo ha dado a las mujeres la posibilidad de
generar ingresos, sino que también está mejorando su
nutrición”. Muchas de estas mujeres también
pueden intercambiar sus productos lácteos por otros
productos con los miembros de la comunidad.
Entre otros programas de la OIM destinados a
las mujeres de Afganistán, se encuentran las clases de
informática e inglés para mujeres vulnerables con
cierto nivel de educación. Participaron en el proyecto
más de 100 mujeres estudiantes, profesoras y funcionarias de
los ministerios gubernamentales. El Programa Mundial de Alimentos
de Naciones Unidas se asoció con la OIM en el proyecto para
dar raciones de alimentos a los estudiantes y profesores que
trabajaron como voluntarios y sin ninguna remuneración.
Financiadas por la Agencia Suiza de Desarrollo
y Cooperación y el Gobierno de Australia, las actividades de
apoyo a la subsistencia y la educación forman parte de un
programa más amplio de la OIM para asistir a los desplazados
internos de Afganistán. Tras ayudar a más de 400.000
desplazados internos a retornar o reasentarse en otro lugar, el
programa tocará a su fin a finales de este mes debido a la
falta de fondos.
“Todavía hay 150.000 desplazados
internos en el país, de los que se calcula que unos 40.000
necesitan asistencia para retornar. No sólo los llevamos a
sus lugares de origen, sino que además les ayudamos en la
reintegración inicial con actividades de generación
de ingresos para los más vulnerables, como viudas, y
proyectos de agua en un país que a menudo padece
sequías. Podríamos ayudar a tantas otras Nadias y
Zareenas”, afirmó Meter Sorensen, jefe de
misión de la OIM de Afganistán.
Si desea más información,
póngase en contacto con
Rahilla Zafar
Tel: +93 (0)70066036
E-mail:
"">rzafar@iomkabul.net