Tal como se afirma en el último informe de la OIM sobre
desplazamientos y retornos publicado hoy, a pesar de la mejora
general de la situación de seguridad, se requiere asistencia
humanitaria y protección sostenibles para una gran
mayoría de los desplazados internos iraquíes
así como para el número en aumento de familias que
retornan a sus provincias de origen.

El informe, basado en una serie de minuciosas entrevistas
realizadas a más de 1,3 millones de desplazados internos por
el personal de la OIM desde febrero de 2006, hace hincapié
en el hecho de que la mayoría de las familias siguen
viviendo en condiciones de precariedad, ocupando de manera ilegal
tierras o propiedades y con acceso limitado o inexistente tanto a
la ayuda humanitaria como a productos básicos.

Además, señala que muchas de estas familias
retornan a viviendas completamente destruidas y necesitan ayuda
para poder acceder a sus propiedades ocupadas.

Según añade el informe, el aumento en el numero de
retornados suma presión a las debilitadas infraestructuras
públicas.  En el distrito de Bagdad, que ha sido
testigo del mayor número de retornos hasta el momento, las
escuelas están al límite: la media de alumnos por
clase es de 94, en colegios donde 1.500 estudiantes tienen que
compartir cuatro servicios.

En algunas provincias, como Salah al-Din, debido a la escasez en
el número de escuelas, los menores se ven obligados a
trabajar para contribuir con sus familias.  Tal y como muestra
el informe, en las tres provincias del norte, las familias
árabes desplazadas siguen viéndose afectadas por la
falta de escuelas que enseñen en árabe.

Igualmente, en él se afirma que la mejora de la seguridad
y el mayor acceso de las agencias humanitarias no han hecho
más que confirmar la existencia de un mayor número de
necesidades urgentes.  Por ejemplo, en Kirkuk, en el distrito
de Daquq, las evaluaciones llevadas a cabo por el personal de la
OIM han revelado la existencia de un número considerable de
desplazados internos afectados de problemas de salud
crónicos y exacerbados por la falta de acceso a una
alimentación adecuada y agua limpia, así como a una
asistencia e instalaciones sanitarias adecuadas.

En la provincia suroccidental de Najaf, donde las aguas
residuales sin tratar han inundado las calles y han afectado a las
comunidades más pobres, varios distritos se han visto
afectados por la ausencia total de instalaciones.

En varios puntos del país, las infraestructuras
sanitarias están faltas de personal y existencias.  En
la provincia meridional de Basra, la OIM continua distribuyendo
suministro médico a los hospitales, así como
ofreciendo ayuda básica a los desplazados y a las familias
de acogida o retornadas que son especialmente vulnerables.

Según dicho informe, tanto las familias desplazadas como
las retornadas necesitan desesperadamente contar con oportunidades
laborales.  Muchas de ellas siguen estando sometidas a la
tensión derivada del desplazamiento.

Se calcula que el número de desplazados internos en Iraq
asciende a 2,8 millones, de los cuales 1,6 millones están
desplazados desde que la violencia se recrudeciera tras el
bombardeo de la mezquita de Al-Askari, en Samarra, en febrero de
2006.  Además, más de 1,5 millones de
iraquíes son refugiados y viven, en su gran mayoría,
en países vecinos.

Los informes sobre los retornos junto a los informes de la OIM
sobre desplazamientos –entre los que se incluyen los perfiles
de las provincias, actualizaciones quincenales, actualizaciones
sobre campamentos y revisiones de mitad de año-, se
encuentran disponibles en: href="http://www.iomiraq.net/iomdmyear.html" target="_blank" title=
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Rafiq Tschannen

OIM Iraq

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