Suiza - “Estoy profundamente entristecido por el trágico naufragio que tuvo lugar ayer jueves entre Sicilia y Lampedusa, y que dejó al menos 111 muertos y más de 200 migrantes desparecidos”, afirma el Director General de la OIM, William Lacy Swing.

“Muchos de estos migrantes huían de la guerra y de persecuciones en países como Somalia y Eritrea, y esperaban encontrar una vida mejor”, agregó el Embajador Swing.

Acabaron confiando sus vidas a traficantes de personas, arriesgando todo lo que tenían a bordo de una embarcación no apta para navegar que, tras prender fuego, zozobró y se hundió esa noche.  Se ahogaron familias enteras.

Pese a la excelente labor de los guardacostas y las autoridades portuarias de Italia, que han salvado miles de vidas en el Mediterráneo en los dos decenios pasados, la cifra de muertos ronda las 20.000 personas desde 1993.

Puede hacerse mucho más para evitar esta crisis humanitaria.  La OIM está lista para colaborar con sus asociados de la Unión Europea y del Norte de África, entre otros, en pro de la mejora de la gestión migratoria y del combate del tráfico de personas.

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