Suiza – Desde su institución por los Estados Miembros de la OMS en la Asamblea Mundial de la Salud en 2007, el Día Mundial del Paludismo se celebra cada año el 25 de abril mediante la organización de eventos encaminados a subrayar la continua necesidad de apoyo político para el control, la prevención y la erradicación de la enfermedad, y para la inversión a tales fines.

Dado que el plazo para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio expirará en breve, y que se está examinando la agenda para el desarrollo después de 2015, el lema del Día Mundial del Paludismo de este año, Invierte en el futuro. Vence el paludismo, reviste más importancia que nunca.  

La OIM aspira a un futuro sin paludismo, pero esta meta no puede alcanzarse sin un mayor financiamiento destinado a la investigación y a la elaboración de programas, que permitan mejorar el acceso a la prevención y al tratamiento del paludismo de los migrantes, las poblaciones móviles y las poblaciones transfronterizas. Éstos constituyen un grupo sumamente vulnerable, que suele pasar desapercibido, es difícil de alcanzar y queda desatendido.

Las cifras son desalentadoras. Tan sólo en 2010, se notificaron más de 215 millones de casos y más de 650.000 muertes causadas por el paludismo¹. Muchos de ellos tuvieron lugar entre los 215 millones de migrantes internacionales y los 740 millones de migrantes internos que existen en todo el mundo.  

El incremento de la movilidad humana está dando lugar a que, cada día, miles de personas entren y salgan de zonas endémicas y no endémicas de paludismo. Por lo tanto, es fundamental proporcionar prevención y tratamiento a comunidades enteras, con independencia de su origen y de su situación migratoria regular o irregular, con el fin de evitar la reintroducción y propagación de la enfermedad a través de casos importados.  

Los migrantes, en particular aquéllos que están indocumentados o que entran en un país a través de rutas irregulares, se enfrentan a múltiples obstáculos para acceder a la atención de salud esencial, inclusive la prevención, los exámenes y el tratamiento del paludismo. Con frecuencia, no están contemplados en las estrategias de control tradicionales ni en los planes de acción, lo que conduce a que no se detecten ni traten infecciones que, a menudo, se identifican demasiado tarde.

Muchos proyectos de la OIM relacionados con la salud de los migrantes ponen de manifiesto las disparidades en materia de salud que sufren los migrantes y las poblaciones móviles que se encuentran al margen de la sociedad. Todos estos proyectos aspiran a poner en práctica las recomendaciones incluyentes establecidas en la Resolución sobre la Salud de los Migrantes (WHA 61.17) aprobada en la Asamblea Mundial de la Salud en 2008.²

Si bien la movilización de la OIM en Asia Sudoriental y África Meridional se subraya a continuación, la Organización ha llevado a cabo proyectos de promoción de la salud a escala mundial que ponen de relieve el control del paludismo.

Desde mediados del decenio de 2000, la labor realizada por la OIM en la Subregión del Gran Mekong de Asia Sudoriental y en algunos países de África Meridional se ha centrado en fortalecer y aumentar la expansión de los programas nacionales de prevención, diagnóstico y tratamiento del paludismo para los migrantes que trabajan en las plantaciones de caucho y las minas de oro, y para las comunidades de acogida que se encuentran en entornos forestales remotos.  

Muchas de las actividades se centran en la contención de la resistencia a la artemisinina a través de la distribución de redes impregnadas con insecticida de larga duración, en la mayor vigilancia de la enfermedad, y en el acceso constante a las pruebas y al tratamiento del paludismo en el lugar de trabajo.  

Con miras a conmemorar el Día Mundial del Paludismo este año, expertos en salud sudafricanos se desplazarán a Mozambique para promover la implementación del programa de bonos u obligaciones del paludismo, recientemente establecido por la Alianza para Lograr la Regresión del Paludismo. Este programa creará un mecanismo alternativo de financiamiento centrado en el sector privado con objeto de apoyar el control del paludismo.³

También se halla en su segunda fase un estudio de la OIM concebido para identificar las vulnerabilidades en materia de salud en los flujos migratorios entre África Oriental y África Meridional. El estudio contiene preguntas sobre la incidencia del paludismo, y permitirá comprender mejor las conexiones entre el paludismo y la movilidad de la población.  

El Director General de la OIM, William Lacy Swing, declaró: “La OIM cree en las alianzas y objetivos compartidos con los gobiernos, la OMS y los asociados clave, entre los que se cuentan las comunidades de migrantes, con el fin de asegurar que los migrantes, sus familias y las comunidades de acogida se beneficien de unos enfoques integrados y holísticos de “atención continua de salud”, incluido el acceso a la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento del paludismo a lo largo del proceso migratorio, y ello antes, durante y después de retornar a sus hogares.”    

Concluyó: “Seguiremos mejorando los niveles de salud de los migrantes, mediante la aplicación a escala nacional de la resolución aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud, y destacando el papel de la migración y la salud en el contexto del desarrollo sostenible en los foros nacionales, regionales e internacionales, inclusive el próximo Diálogo de Alto Nivel sobre la migración internacional y el desarrollo, el  Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo, y las deliberaciones sobre la agenda para el desarrollo después de 2015.”