Comunicado
Global

La OIM facilita la repatriación voluntaria de migrantes nigerianos detenidos en las cárceles libias

Libia - Ayer 16 de junio la OIM de Libia prestó asistencia a 162 migrantes nigerianos desamparados, entre ellos 28 mujeres y tres niños, para volver a su lugar de origen en Nigeria desde Libia. Del grupo, 146 habían permanecido durante meses en centros de detención de migrantes, específicamente en Abu Saleem, Qarapoly y Al Zawia.

La repatriación se llevó a cabo en estrecha cooperación con las autoridades libias, la Embajada de Nigeria en Trípoli y la Misión de la OIM en Nigeria a bordo de un vuelo chárter que despegó del aeropuerto de Mitiga de Trípoli y aterrizó en Abuja la misma tarde. Los migrantes repatriados fueron recibidos por la OIM de Nigeria en el aeropuerto internacional de Murtala Muhammed donde se les entregaron subvenciones en efectivo tras su llegada. Del grupo, 20 recibirán apoyo de reintegración.

Antes de la partida, todos los migrantes recibieron kits de higiene, ropa y zapatos. Una patrulla móvil de la Dirección de Lucha contra la Migración Ilegal de Libia (DCIM por sus siglas en inglés) escoltó a los autobuses al aeropuerto de Mitiga.

Las circunstancias de este grupo fueron similares a las de otros migrantes repatriados anteriormente por la OIM desde Libia. Casi todos los migrantes que viajaban en este vuelo chárter fueron detenidos después de que se les interceptara en el mar cuando intentaban llegar a Europa.

Algunos de los migrantes que hablaron con la OIM explicaron la razón por la que se vieron obligados a emprender estos viajes peligrosos.

Omar, un joven de 19 años de edad, con lágrimas en los ojos relató a la OIM de su calvario. “Logré llegar a Libia hace seis meses y me instalé en la ciudad de Garaboli, a 60 km al este de Trípoli, con la intención de viajar a Italia; sin embargo, allí un miliciano nos detuvo, a mí y a otros migrantes, y nos amenazó con enviarnos a prisión si nos rehusábamos a trabajar para él. Trabajamos en su granja sin ninguna paga. Cuando intentamos escapar, nos exigió que le pagáramos 500 dinares (USD 360) por nuestra liberación. Luego nos encerró en una habitación y nos disparó con su arma. A mí me disparó en la pierna. Después nos arrojó gasolina y nos prendió fuego. Sufrí quemaduras graves. Logré huir de la granja y, finalmente, la policía me encontró tirado junto a la carretera y me llevó a un hospital”.

Adama, un padre de 38 años de edad cuyos tres hijos viven con su madre, pidió prestados USD 5.000 (suma que él denominó “el precio del viaje de salvación”). Llegó a Libia hace cinco meses y pasó tres meses en el centro de detención. “No importa qué país, cualquier país de Europa es un paraíso para mí; llegar allí merece cualquier riesgo, incluso si lo pago con la vida”, comentó.

Abdul, un parapléjico de 25 años de edad, contó que después de abandonar la escuela, su condición física no le impidió trabajar como mecánico de automóviles en Nigeria para ayudar a sus padres y sus hermanos. Sin embargo, perdió su trabajo y se esforzó por sobrevivir. Debido a su frustración fue fácil convencerlo cuando sus amigos en Italia lo persuadieron de que para él habría muchas oportunidades según las leyes para discapacitados de Italia. A causa de su condición, su viaje fue mucho más duro para él que para otros migrantes. Cuando llegó a Libia, se vio obligado a trabajar por dos meses en un taller de reparación de aparatos electrónicos que pertenecía a un hermano de uno de los traficantes en Sabha (en el sur de Libia) para pagar su pasaje a Trípoli. A su llegada a Trípoli en febrero pasado, trató de encontrar trabajo para generar ingresos para pagar su pasaje en barco.

Sin embargo, fue detenido tan solo dos semanas tras su llegada. “Elegí la repatriación humanitaria aunque estoy seguro de que la situación en mi país es mucho peor. Tengo que regresar con mi familia con las manos vacías después de todo lo que gastaron para que yo llegara hasta acá. Espero que la OIM me ayude a conseguir ingresos, de la misma manera como me ayudó a retornar a mi país”, relató Abdul.

Aicha, de 39 años de edad y madre de dos hijos, llegó a Libia hace cinco meses a través del desierto. Dejó a sus dos hijos con su marido y salió en busca de una vida mejor. Le relató a la OIM: “Fue un viaje largo y duro donde mi vida estuvo amenazada dos veces, cuando me caí del camión entre Agadez (Níger) y Al Qatrun (Libia) debido a la enorme cantidad de migrantes que estaban en la parte posterior del mismo. Tras mi llegada a Trípoli, encontré trabajo como criada en una de las casas de conexión, que más bien son casas de prostitución. Finalmente, tuve que escapar y empecé a pensar seriamente en mi regreso. Por suerte me enteré a través de una amiga que la OIM organiza la repatriación voluntaria, así que me inscribí en la embajada”.

A pesar de que sus viajes de esperanza terminaron en los centros de detención, estos migrantes se consideran afortunados por haber escapado de la muerte en la travesía por el Mediterráneo, en cuya ruta central 2.438 migrantes y refugiados han perecido este año.

Los fondos para pagar este vuelo chárter fueron proporcionados por la Secretaría de Migración de Suiza, en el marco del proyecto de provisión de repatriación humanitaria y reintegración de migrantes desamparados en Libia.

Para obtener más información, por favor ponerse en contacto con Othman Belbeisi, OIM de Libia, Tel: +216 29 600389, Email: obelbeisi@iom.int o Ashraf Hassan, Email: ashassan@iom.int, o Ikechukwu Hillarion Attah, OIM de Abuja, Tel: +234 8036452973, Email: iattah@iom.int