Comunicado
Global

La COVID-19 obliga a una gran cantidad de ucranianos a regresar a sus hogares y enfrentar un futuro incierto

Los guardias de fronteras y médicos ucranianos inspeccionan un tren que transporta a los evacuados de los Estados Bálticos de regreso hacia Ucrania en la estación central de Kiev, donde realizaron controles de salud y proporcionaron información sobre COVI

Kiev – Ucrania, el país más grande de Europa, enfrenta una serie de complejos desafíos de cara a la pandemia de COVID-19. El virus ha provocado al menos una docena de muertes y la cantidad de casos confirmados se acerca a los 1.000.

La economía del país que está en muy mal estado y el conflicto en la zona Este son algunas de las razones por las que hasta tres millones de ucranianos se encontraban en el exterior cuando la pandemia hizo su aparición; más de 1.400.000 ucranianos se encuentran internamente desplazados. Grandes cantidades de expatriados huyeron a sus hogares antes de que Ucrania cerrara su frontera; 37.000 tan solo el 27 de marzo, el ultimo día en que los cruces fronterizos estuvieron abiertos.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania brindó asistencia a más de 145.000 ucranianos que regresaron a sus hogares; muchos otros lo hicieron por sus propios medios. Algunos regresaron porque sus trabajos en el exterior se esfumaron durante la noche; otros, para estar con sus familias, en particular sus padres ancianos.

Además de los desafíos que la pandemia plantea a un sistema de salud que desgraciadamente se encuentra desfinanciado, también encuentra un país que lucha contra la pérdida masiva de empleos. De acuerdo con estimaciones, hasta 700.000 ucranianos han perdido ya sus puestos de trabajo durante las primeras semanas de la cuarentena – son los que trabajaban en “negro” en la economía interna cuya fuerza laboral totaliza los tres millones y medio de trabajadores.

 “El brote de COVID-19, el consiguiente cierre de negocios y la ralentización económica en la UE y en zonas vecinas provocó una oleada de trabajadores migrantes que retornaron a Ucrania, dando lugar a preocupaciones vinculadas a la protección y el agravamiento de la situación socioeconómico debido a la pandemia”, sostuvo el Jefe de Misión de la OIM en Ucrania Anh Nguyen.   

La OIM, junto a la OMS y con el Equipo País de Naciones Unidas, está lista para asistir a Ucrania en su respuesta ante la COVID-19, por medio de apoyo técnico y operativo en el área de migración y salud, y para prepararse para la tan temida segunda oleada. La Organización se encuentra actualmente reasignando los recursos de los que dispone para asistir en la lucha contra la COVID-19.   

Como parte de la Respuesta Conjunta de la ONU ante la COVID-19 en Ucrania, la OIM está solicitando la suma de 28.500.000 dólares para ayudar a mitigar las consecuencias inmediatas, a corto y mediano plazo. Cerca de dos tercios de ese total solicitado es para la zona de conflicto en la región oriental de Ucrania, en donde se está llevando a cabo la distribución de artículos de higiene para las instalaciones de salud junto a la reparación de los sistemas sanitarios y para la provisión de agua.

El conflicto en la zona oriental de Ucrania está ingresando en su séptimo año este mes, con 3.400.000 personas que padecen necesidades acuciantes de recibir protección y asistencia humanitaria. De esas personas, casi dos millones viven en zonas que no están controladas por el gobierno.

“En tiempo de crisis económicas y de salud pública, es importante no dejar a nadie atrás, en especial no dejar a los más vulnerables que han estado viviendo un calvario debido a los prolongados conflictos y para responder de manera adecuada a sus necesidades que han ido aumentado cada vez más”, agregó Nguyen.

La OIM está considerando, entre otras acciones el apoyo a las autoridades de inmigración, de fronteras y de salud en Ucrania, para que puedan ofrecer respuesta ante la pandemia de la COVID-19. La OIM también planea proveer apoyo psicosocial a los profesionales en los puntos de acceso, así como a los migrantes vulnerables e hijos de migrantes laborales ucranianos que están imposibilitados de retornar debido a las restricciones de viaje que impuso la COVID-19.  

La comunicación con las comunidades, los migrantes y los viajeros para permitir el acceso a información correcta y oportuna y evitar la estigmatización de los retornados es otra prioridad.  

Los expertos estiman que Ucrania tiene aproximadamente tres millones de trabajadores migrantes en el exterior, la mayor parte de ellos en Europa, en Estados Miembros de la UE como Polonia, Italia, la República Checa y los Estados del Báltico.

Las remesas privadas enviadas por los trabajadores migrantes a Ucrania en 2019 alcanzaron la cifra de 12.000 millones de dólares (más del 10% del PBI nacional). Las familias de trabajadores migrantes dependen del dinero de las remesas para poder cubrir sus necesidades básicas de alimentación y albergue, y también en materia de educación y cuidados de la salud.

De acuerdo con una evaluación interna de la OIM, llevada a cabo a mediados del mes de marzo, entre las anteriores víctimas de la trata de personas, el 60% de los beneficiarios perdió su fuente de ingreso debido a que su puesto de trabajo se vio afectado por las restricciones de la cuarentena o porque sus clientes no pudieron pagar por sus servicios/productos.

La mayor parte de los ucranianos en el exterior están empleados en segmentos en donde no se les permite trabajar durante el período que dure el cierre de emergencia. Además, cuando estos negocios vuelvan a abrirse es muy probable que los gobiernos en esos países den prioridad a sus propios ciudadanos.  

Ver el video.

Para más información por favor contactar a Varvara Zhluktenko en la OIM Ucrania, Tel: +38 044 568 50 15, +38 067 447 97 92, Correo electrónico: vzhluktenko@iom.int