Comunicado
Global

En tiempos de COVID-19 deben suspenderse los retornos forzosos de migrantes

Declaración de la Red de las Naciones Unidas sobre la Migración

Ginebra, 14 de mayo de 2020 – La Red de las Naciones Unidas sobre la Migración está preocupada por informes recibidos sobre Estados en muchas regiones que están usando el retorno forzoso de migrantes como medida de respuesta ante la COVID-19. La Red hace un llamamiento a esos Estados para que suspendan los mencionados durante la pandemia para de tal modo proteger la salud de los migrantes y las comunidades, y los derechos humanos de todos los migrantes con independencia de su condición migratoria. Una lucha exitosa contra la pandemia no será posible sin la promoción de los derechos humanos.

Cuando se considera que son necesarias medidas de cierre temporario y restricciones a los movimientos para prevenir la transmisión de la COVID-19, las mismas deben implementarse de modo tal que no discriminen y que guarden correlación con el logro del objetivo de salud pública que se persigue. Tales cierres deben incorporar protocolos de salud y procesos que garanticen los derechos fundamentales en todo momento.

Mantener a todos seguros significa garantizar que ninguna persona deba enfrentar el riesgo de devolución mediante el retorno a lugares en donde su vida, su seguridad o sus derechos humanos podrían verse amenazados. Significa que las expulsiones colectivas, tales como los rechazos arbitrarios de migrantes y de solicitantes de asilo en las fronteras deben cesar; que las necesidades de protección deben ser evaluadas de manera individual; y que la vigencia de la ley y del debido proceso deben respetarse. También implica dar prioridad a la protección, incluyendo el interés superior de cada niño. Se trata de obligaciones del derecho internacional que no pueden esperar y que son vitales para poder sostener un enfoque de lucha contra la COVID-19 en beneficio de todos.

Los retornos forzosos pueden aumentar los riesgos a la salud pública de todos –migrantes, oficiales públicos, trabajadores sanitarios, trabajadores sociales y las comunidades de origen y de acogida. Los retornos forzosos ejercen una presión adicional sobre los países de retorno. Muchos sistemas sanitarios ya están bajo una presión muy grande y no cuentan con la suficiente capacidad como para poder proteger a los retornados y sus comunidades, incluyendo en tal protección la realización de testeos al momento de la llegada y las medidas de cuarentena y autoaislamiento que preservan la unidad familiar y garantizan los intereses superiores del niño. Los retornados deben enfrentar riesgos adicionales durante el viaje y a sus retornos, como por ejemplo la falta de acceso a cuidados sanitarios adecuados, sistemas sanitarios y de provisión de agua de baja calidad, transporte terrestre paralizado, restricciones adicionales al movimiento y discriminación y estigmatización violentas en las comunidades de retorno. En algunos contextos, los migrantes retornados y los solicitantes de asilo pueden encontrarse en riesgo de sufrir desplazamiento extendido, trata de personas, y penurias financieras extremas que vendrían a agregarse a los ya altos niveles de desempleo originados en la pandemia de COVID-19.   

La Red de las Naciones Unidas sobre la Migración reitera los compromisos asumidos por los Estados en ocasión del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular para defender los derechos humanos de todos los migrantes, con independencia de su condición migratoria, y para mejorar la gobernanza de la migración, incluyendo entre tales compromisos la cooperación para salvar vidas y para mantener a los migrantes en condiciones de seguridad. Utilizando este marco para la acción colectiva destinada a guiar las prácticas sobre inmigración durante la pandemia, la Red urge a los Estados a que avancen con el Objetivo 21 del Pacto Mundial sobre Migración, garantizando el debido proceso y defendiendo la prohibición de la expulsión colectiva y de retornar a los migrantes en aquellos casos en los que hubiera riesgos previsibles a sus derechos humanos.  

La Red reitera el reciente llamamiento del Secretario General en pos de aliviar las situaciones de vulnerabilidad de las personas que se encuentran fuera de sus países de origen en el contexto de la COVID-19, incluyendo en esto el otorgamiento de residencia temporaria a los migrantes e imponiendo una moratoria a las deportaciones y otros tipos de retorno forzoso.

Muchos gobiernos han establecido ejemplos positivos a fin de asegurar que los migrantes sean incluidos como parte de sus respuestas integrales ante la COVID-19. Entre tales ejemplos puede mencionarse la suspensión temporaria de los retornos forzosos y la provisión de visas y extensiones de permisos de trabajo, residencia temporaria u otras formas de condición de regularidad; y la liberación de personas que se encuentran en detención de modo que puedan procurar formas de alojamiento alternativas, seguras y sin custodia en el seno de las comunidades en lugar de apuntar directamente a su deportación.

La Red de las Naciones Unidas sobre la Migración está lista para brindar apoyo a los Estados en cuanto a replicar, adaptar y expandir todas estas buenas prácticas – siguiendo los lineamientos de los compromisos asumidos en el Pacto Mundial sobre Migración – los cuales contribuirán en la realización de los derechos de los migrantes, con independencia de su condición migratoria, a la par que se protege la salud de todos.

La Red de las Naciones Unidas sobre la Migración fue establecida a fin de brindar un apoyo efectivo, oportuno, coordinado e integral para los Estados Miembros en su implementación, seguimiento y revisión del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular. Mientras que el mandato de la Red pone el foco en la migración y brinda el contexto en el cual esta declaración ha sido redactada, la Red hace un llamamiento a los Estados para que también implementen estas recomendaciones en todos aquellos casos en los que las mismas apliquen a refugiados y solicitantes de asilo y para proteger los derechos humanos y la salud de todos por igual, con independencia de su condición migratoria.

 

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