El perfil migratorio resalta la necesidad de mejorar las estadísticas relativas a la migración
Entre los principales descubrimientos de un nuevo informe sobre la
migración en Níger, realizado por la OIM, se incluyen
la carencia de información global sobre la migración
y la ausencia de ministerios y servicios a nivel nacional
encargados de la recopilación de datos sobre los nigerianos
en el extranjero. En efecto, en el último censo
general de la población realizado no se recabó
ningún tipo de información relacionada con la
emigración.
El informe expone que el reducido nivel de desarrollo
económico del país durante la década pasada
tuvo como resultado un aumento de la emigración, que
prevalece sobre la inmigración. Durante los
últimos diez años, la tasa neta de migración
en Níger ha sido de un -0,6 por cada 1.000 habitantes, a
pesar de haberse convertido progresivamente en un país de
tránsito para los migrantes del África
Subsahariana.
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target="" title="">Migration au Niger: Profil National
2009
Según cálculos aproximados del Centro de
Investigación de la Migración, Pobreza y
Globalización de la Universidad de Sussex, basados en el
censo del año 2000, la cifra de emigrantes nigerianos se
eleva a 496.773 o, lo que es igual a un 3,5 por ciento del total de
la población, lo que supone un aumento comparado con el
periodo comprendido entre 1988-1992, cuando esta cifra era de
99.927 o un 1,7 por ciento de la población.
Según dicho estudio, entre los principales países
de destino de los migrantes nigerianos se encuentran: Burkina Faso
(27,8 por ciento), Costa de Marfil (26,2 por ciento), Nigeria (11,9
por ciento), República de Guinea (10,8 por ciento), Ghana
(5,2 por ciento), Togo (3,4 por ciento) y Benin (3 por
ciento). Si bien Burkina Faso y Costa de Marfil reciben a
más de la mitad de todos los migrantes nigerianos; en total,
más de un 89 por ciento de ellos se instalan en
países de la Comunidad Económica de Estados de
África Occidental (CEDEAO).
Según la información del censo del año
2000, un 50 por ciento de los migrantes nigerianos posee estudios
superiores. No obstante, dichos emigrantes representan
únicamente un 6 por ciento de la población total con
estudios universitarios, lo que sugiere que el éxodo
intelectual no es tan frecuente en Níger como en otros
países de África occidental. Por ejemplo,
durante el periodo comprendido entre 1995-2005, emigró un 9
por ciento de médicos nigerianos, mientras que, en el mismo
periodo, esta cifra superaba los 50 puntos porcentuales en Costa de
Marfil, Ghana, Guinea Bissau y Senegal.
A pesar de que la información actual sobre la
migración es limitada, la mayoría de los inmigrantes
que recibe Níger provienen de África occidental y
representan menos de un 2 por ciento del total de la
población residente.
Asimismo, el país acoge a un reducido número de
solicitantes de asilo y refugiados (20 y 320 respectivamente, en
2008), aunque históricamente contó con grandes flujos
de los primeros (particularmente de Chad en 1995).
Según datos informales de la Dirección nigeriana
de Control Fronterizo, tras un periodo de dificultades
económicas y un descenso progresivo del número de
inmigrantes internacionales, Níger experimenta un
resurgimiento económico y se espera que, como consecuencia,
se produzca igualmente un aumento de la inmigración.
Sin embargo, no se dispone de un sistema establecido mediante el
cual recabar y procesar información fidedigna relacionada
con la migración y se desconce la cifra exacta de migrantes
irregulares.
Debido a su situación geográfica, el país
ha servido tradicionalmente de punto de tránsito para los
migrantes con destino al Norte de África (en particular,
Libia y Argelia) y a Europa.
Entre algunos de los factores que han contribuido a la
emigración nigeriana durante los últimos 30
años se incluyen una persistente crisis económica,
una pobreza endémica que afecta a 6 de cada 10 nigerianos,
fenómenos geoclimáticos que inciden en los medios de
subsistencia, un elevado crecimiento demográfico anual
(superior a un 30 por ciento) y la creación del espacio de
la CEDEAO, que fomenta la libre circulación de personas y
mercancías.
Esta tendencia se ha intensificado recientemente, dejando de ser
progresivamente un fenómeno regional para dirigirse a
Europa, Oriente Medio y América del Norte.
En materia de remesas, las enviadas por emigrantes nigerianos
son modestas comparadas con países como Mali, Senegal o
Togo. Sin embargo, representan una importante
inyección financiera para la economía nacional.
Según un estudio sobre bienestar nacional, aproximadamente
un 66 por ciento de los hogares encuestados consideraban que,
comparativamente, sus condiciones de vida habían mejorado
entre 2000 y 2005.
Esto puede interpretarse como el resultado de varios factores,
inclusive la migración y el envío de dinero por
familiares en el extranjero – mencionado en un 15 por ciento
de ocasiones. Entre otros de los factores mencionados,
y que pueden estar relacionados con la migración, se
incluyen: la existencia de un puesto de trabajo (16 por ciento) y
la creación de una empresa comercial o la iniciación
de una nueva actividad (15 por ciento). No obstante, a falta
de datos reales y concretos, resulta dificil poder evaluar el
verdadero impacto de dichas remesas en la reducción de la
pobreza y el desarrollo del país.
La utilización oficial de la migración como
herramienta de desarrollo comienza a ganar importancia en
Níger a través de un programa de transferencia del
conocimiento de expatriados (conocido como TOKTEN) y de
políticas públicas, como la estrategia de desarrollo
rural (RDS, por sus siglas en inglés). Además,
el Gobierno estudia la posibilidad de abordar la cuestión
del uso productivo de las remesas.
En 2007, el Gobierno estableció un Comité
Interministerial encargado de la elaboración de una
política migratoria gracias a la cual mejorar la
gestión de los flujos migratorios nacionales e
internacionales. Dicha política recopila algunos
acuerdos internacionales ratificados por Níger, inclusive el
de la CEDEAO y el de la Unión Monetaria del Africa
Occidental (UEMOA).
La recopilación de información esencial sobre
políticas migratorias en Níger sigue siendo un
problema. Aún es necesario establecer sistemas de
información relacionados, por ejemplo, con la
inmigración, emigración, transferencia de fondos y
movimientos migratorios irregulares, motivo de esta escasez de
datos. Además, habría que modernizar y
fortalecer tanto los medios de recopilación y procesamiento
como de difusión de la información. Por
último y dada la ausencia de información disponible,
el informe recomienda incluir preguntas sobre la emigración
internacional en las actividades de recabación de datos
(como los censos generales de la población).
El informe – financiado por la Unión Europea, la
Oficina Federal de Migraciones de Suiza, la Agencia de
Cooperación belga para el Desarrollo y la Fundación
para el fomento de la capacidad de Africa –
"paragraph-link-no-underline-bold" href=
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target="" title="">puede consultarse de este enlace.
Para más información, póngase en contacto
con:
Frank Laczko
OIM Ginebra
Tel. +41 22 717 94 16
E-mail:
"mailto:flaczko@iom.int">flaczko@iom.int
o
Jobst Koehler
Tel. + 41 22 717 9260
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