Comunicado
Global

Declaración del Director General de la OIM António Vitorino en ocasión del Décimo Aniversario del conflicto en Siria

Una mujer anciana y sus nietos se sientan enfrente de su tienda en un campamento que alberga a 6.179 personas desplazadas internamente en donde los asociados de la OIM han estado brindando servicios desde 2018. Foto: OIM

António Vitorino

Ginebra – Esta semana marca una década de conflicto y destrucción en Siria. Incontables vidas se han perdido en la guerra, millones de personas han sido desarraigadas y desplazadas, y generaciones enteras han sufrido el impacto.

Retornar a la vida que tenían antes de la guerra ya no representa una opción para muchos sirios y seguir movilizándose es su sufrimiento cotidiano. Quienes se han visto afectados por la crisis han mostrado un alto grado de resiliencia y perseverancia al tiempo que no han tenido respiro de los impactos irreversibles del conflicto y el derramamiento de sangre.

Es trágico pero muchas personas que siguen estando dentro del país continúan padeciendo graves abusos a sus derechos humanos, hambre y violencia, una situación que se ve aún más agravada por la pandemia. El pronóstico económico y político para los próximos 12 meses sigue siendo desolador puesto que quienes han sido más castigados por la situación están verdaderamente luchando duro para poder llegar a fin de mes.

Un 30 por ciento de la población total se encuentra actualmente desplazada, incluyendo a 2,7 millones de personas en el noroeste del país. En la década pasada, muchos debían escapar todo el tiempo; casi un cuarto de las personas internamente desplazadas de Siria se han visto obligadas a huir al menos en cuatro oportunidades.

Si bien más de 100 países han abierto sus puertas para recibir a los refugiados sirios, son más de 5,6 millones las personas que siguen residiendo en campamentos de refugiados o en centros urbanos en los países vecinos de Turquía, Iraq, Jordania, el Líbano y Egipto. 

Otros, han viajado aún más lejos, embarcándose en peligrosos viajes por el Mediterráneo o por terrenos peligrosos, lo cual implica un enorme riesgo para las esperanzas de tener una vida mejor.

Si bien muchos sirios han encontrado la forma adecuada de integrarse en sus países de asilo o reintegrarse en el exterior, muchos siguen luchando aún para poder paliar sus necesidades básicas o para encontrar oportunidades de construir un futuro mejor. 

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha asistido a los sirios que han estado huyendo del conflicto en la última década.

Nuestros equipos siguen trabajando incansablemente para apoyar a quienes más lo necesitan por medio de asistencia humanitaria vital y para promover la cohesión social y las oportunidades de reintegración que han permitido que muchos empiecen una nueva vida. Nuestras operaciones de reintegración han ayudado a más de 230.000 refugiados sirios a desplazarse a nuevos países en condiciones de seguridad.

Dentro de Siria, apoyamos el trabajo de miles de trabajadores humanitarios sirios de la primera línea, que corren muchos riesgos en su tarea cotidiana para prestar servicios a millones de personas que se encuentran en peligro y para poder hacer un seguimiento de la escala del desplazamiento. En el último año la OIM ha llegado a más de un millón de personas por medio de sus operaciones transfronterizas.

A pesar de los grandes esfuerzos realizados, aún queda mucho por hacer para mitigar el sufrimiento de los sirios, para apoyar la resiliencia de las comunidades y para asegurar soluciones dignas para todos los desplazados.

El acceso a la zona norte del país por medio de operaciones transfronterizas actualmente en curso sigue siendo una intervención humanitaria vital esencial.

Igualmente importante es un aumento en los compromisos de financiación para las operaciones humanitarias. Sin una mayor inversión para responder adecuadamente a las urgentes necesidades de 13,4 millones de personas en Siria, corremos el riesgo de agravar esta tragedia humanitaria.    

Hago un llamamiento a nuestros leales asociados y a la comunidad internacional de donantes para seguir brindando apoyo a las operaciones de la OIM en Siria, y no darle la espalda al pueblo de ese país.

Y si bien se necesita cuanto antes una mayor financiación humanitaria, esta situación nunca podrá resolverse sólo con asistencia. Demasiadas vidas siguen estando bajo amenaza en ausencia de soluciones a largo plazo.

Me uno a mis colegas directores de las Naciones Unidas para hacer un llamamiento en pos de una resolución sostenible para poner fin al conflicto y permitir que las personas de Siria puedan reconstruir sus vidas con dignidad. En última instancia, solamente una solución política podrá poner fin a la década de conflicto y sufrimiento y traer una paz duradera. 

 

Para más información por favor contactar con:

Ángela Wells en la OIM Ginebra, Correo electrónico: awells@iom.int