Comunicado
Global

Aprendiendo del brote de Ébola para luchar contra la COVID-19 en OIM Sierra Leona

Personal que trabaja en los puntos de acceso (POE) realiza controles en Tombo Wharf, un activo centro de comercio y transporte en Freetown. Foto: OIM/Alfred Fornah 

Freetown – Con más de 14.000 casos de Ébola y casi 4.000 muertes, Sierra Leona ha sido uno de los países más castigados por el brote 2014-2016. El Ébola abrumó el frágil sistema sanitario del país, que aún se estaba recuperando tras una brutal guerra civil y que estaba luchando para poder responder a la demanda de una mayor cantidad de profesionales dedicados a la atención sanitaria.  

Ahora Sierra Leona debe enfrentar la pandemia de COVID-19. Al 7 de mayo, había 225 casos confirmados y 14 muertes por COVID-19 en el país.  

En realidad, estas cifras son bajas si las comparamos con las de otros países de la región. Eso es en parte por lo que Sierra Leona pudo aprender a partir del brote de Ébola.  

Sierra Leona desarrolló un plan de preparación para la COVID-19 tres semanas antes de que el primer caso fuera confirmado. Esto permitió que el Ministerio de Salud pudiera velozmente identificar, realizar pruebas y poner en cuarentena a la mayor parte de los contactos primarios del caso de referencia y de tal modo limitar la propagación de la enfermedad.  

En una región que es conocida por sus fronteras terrestres porosas y el alto grado de comercio transfronterizo, los controles sanitarios y la vigilancia de las enfermedades son claves para detectar y derivar a viajeros potencialmente enfermos hacia estructuras sanitarias adecuadas y limitar de tal modo la diseminación de cualquier enfermedad. Para prevenir adicionalmente la propagación de una enfermedad la participación de la comunidad en zonas fronterizas de alto riesgo y en asentamientos informales urbanos superpoblados también tiene un rol muy significativo.  

“Durante el Ébola, la OIM implementó un programa en todo el país que incluyó una capacitación sobre Prevención y control de infecciones (PCI), destinado a trabajadores en la primera línea y oficiales en puntos fronterizos, estableció sistemas de vigilancia para los servicios de agua, saneamiento e higiene para todos (WASH) en los puntos claves de acceso (POE) y participación comunitaria sobre prácticas de higiene para romper la cadena de transmisión”, dice el Dr. James Bagonza, a cargo de las operaciones de la OIM en Sierra Leona.  

En 2016, luego de que Sierra Leona quedara libre de Ébola, el país contaba con 156 doctores y 5.668 enfermeras para una población de un poco más de 7 millones de habitantes, de conformidad con la Organización Mundial de la Salud. Si bien los recursos humanos son aun limitados, desde entonces, el Gobierno de Sierra Leona ha introducido mejoras sustanciales a su sistema de salud pública, en especial en respuesta a la COVID-19. Al 9 de abril, había 130 camas de hospitales disponibles para pacientes con COVID-19, 200 concentradores de oxígeno y 15 camas para pacientes que necesitaban de cuidados intensivos.  

Sierra Leona, con otros países que han sido castigados muy duramente por el Ébola, recibieron apoyo adicional de la comunidad internacional que permitió la instalación de más centros de tratamiento y la capacitación de trabajadores en la primera línea, en relación a la prevención y el control de las infecciones. La revitalización del sistema de vigilancia de enfermedades del país, el establecimiento de centros de operaciones de emergencia (tanto a nivel nacional como de distrito), y el desarrollo de redes sólidas para brindar apoyo a la movilización y el compromiso comunitario también jugaron un rol muy importante para posicionar mejor al país en la prevención de los contagios. 

Cuando la COVID-19 apareció, todas estas medidas fueron inmediatamente mejoradas y aplicadas para detener la propagación de la enfermedad en el país. Incluso antes de que el primer caso de COVID-19 fuera advertido el 31 de marzo de 2020, la OIM trabajó muy de cerca con el Ministerio de Salud de Sierra Leona a través de centros de operaciones de emergencia establecidos durante la crisis del ébola, para brindar apoyo a la preparación y respuesta del país ante la COVID-19.    

“Estamos ahora reformando nuestra capacitación sobre prevención de infecciones, movilización social y control sanitario en las comunidades locales, en especial en zonas de frontera, con nuestra red de voluntarios para asegurar que todos, con independencia de su clase social, sean informados y empoderados para protegerse a sí mismos y proteger a sus seres queridos contra la enfermedad”, dijo el Dr. Bagonza.     

La OIM llevó a cabo una rápida evaluación de vulnerabilidad en los 16 distritos de Sierra Leona en colaboración con el Ministerio de Salud. A solicitud del Ministerio, la OIM capacitó y desplegó a 60 trabajadores sanitarios equipados con materiales para la Prevención y el control de infecciones (PCI) a fin de que llevaran a cabo actividades de comunicación y control de saneamiento en lugares prioritarios tales como los puertos y los puntos de cruce terrestres en cinco de los distritos que hay en el país.  

En 2014, el primer caso de Ébola fue registrado en Kailahun, una ciudad localizada a cerca de 320 kilómetros de Freetown, pero a menos de 10 kilómetros de la frontera con Guinea. “La prioridad de la OIM es reforzar y reactivar los controles sanitarios en los puntos de cruce informales de gran actividad en donde las personas de las vecinas Guinea y Liberia siguen ingresando a Sierra Leona a pesar de los cierres de frontera”, explicó el Dr. Bagonza.    

Las comunidades fronterizas de difícil acceso y las zonas costeras son particularmente vulnerables a la COVID-19 debido al acceso limitado a la información y a la falta de infraestructura y personal sanitarios adecuados para monitorear debidamente los casos y enviar a cuarentena los casos sospechosos. Para asegurar que todos tengan acceso a información vital, la OIM trabaja con jóvenes, líderes comunitarios y migrantes retornados a fin de concientizar sobre las medidas preventivas para la COVID-19 en estas áreas.  

En total, se ha podido llegar a unas 200.000 personas en la superpoblada Freetown, en asentamientos informales, comunidades costeras y áreas de frontera. Los migrantes retornados también se han unido en la lucha contra la COVID-19 y han grabado una canción para incentivar a las comunidades a que adopten y respeten medidas de prevención. 

La respuesta de la OIM a la COVID-19 en Sierra Leona recibe el apoyo de los Gobiernos de los Países Bajos, Japón y los Estados Unidos. 

 

Para más información por favor contactar al Dr. James Bagonza en la OIM Sierra Leona, Correo Electrónico: jbagonza@iom.int o a Kunikazu Akao, Correo electrónico:  kakao@iom.int   

Para más información sobre la respuesta regional de la OIM a la COVID-19, por favor contactar a Florence Kim en la Oficina Regional de la OIM para África Central y Occidental. Correo electrónico:  fkim@iom.int