Comunicado
Global

Aniversario del levantamiento

El quincuagésimo aniversario del levantamiento
húngaro la próxima semana marca un hito tanto para
las crisis de refugiados en todo el mundo como para la OIM.

La primera crisis de refugiados posterior a la Segunda Guerra
Mundial, es decir, el levantamiento húngaro que
comenzó el 23 de octubre de 1956 con las protestas
anti-soviéticas de estudiantes que causaron el despliegue de
tanques soviéticos en las calles de Budapest, se
convirtió en un éxodo de refugiados con rumbo a los
países vecinos de Austria y Yugoslavia.

La crisis despertó un nuevo sentido de solidaridad
internacional sobre el reasentamiento de refugiados en la
época de la Guerra Fría con alrededor de 200.000
personas a las que se les dio la oportunidad de una nueva vida en
otro país.  Entre los primeros países que
ofrecían recibir a los refugiados húngaros estaban
Australia, Chile, Francia, Alemania, Italia, los Países
Bajos, Suecia, Suiza y el Reino Unido.  Fue también la
primera operación entre varias organizaciones de refugiados
en el periodo de la posguerra.

Para la OIM, entonces conocida como el Comité
Intergubernamental para las Migraciones Europeas (CIME), la
Revolución Húngara fue además un momento
decisivo en la historia de la Organización.  Creada
para encargarse de las secuelas del desplazamiento de personas y
desempleo en la Europa de la posguerra, el éxodo de
aproximadamente 200.000 refugiados húngaros implicó
que la Organización tuviera una crisis en sus manos con poco
tiempo disponible.

Cuando el CIME, junto con el ACNUR, recibió la
petición de Austria para que cooperara con la afluencia de
refugiados, más de 10.000 personas de todas las condiciones
sociales con pocas pertenencias, o ninguna, ya habían
cruzado la frontera y a fines de noviembre de 1956, en torno a
8.000 refugiados llegaban a Austria diariamente.  Pocos meses
después, Hungría perdió gran parte de sus
intelectuales, estudiantes y obreros calificados.

El CIME era responsable de la coordinación y el arreglo
de viajes a otros países para asilo temporal o
reasentamiento permanente, mientras que el ACNUR y la Cruz Roja se
encargaban de cuestiones de protección jurídica y
asistencia humanitaria local respectivamente.  Esta
división de trabajo ha servido de modelo para emergencias
posteriores.

Con vistas a minimizar la separación de familias y tomar
una perspectiva detallada de la operación por delante, el
CIME también registró a los refugiados. 
Además, creó perfiles fidedignos de los refugiados,
sin nombres ni fotos, que fueron enviados a los gobiernos que
proporcionaban reasentamiento y organizaciones voluntarias. 
Estos perfiles mostraban a los refugiados por lo que eran: seres
humanos que necesitaban soluciones humanas.  Como resultado,
Suecia, por ejemplo, eligió a la gente con tuberculosis,
mientras que Australia cambió sus criterios de
selección para acoger a muchas personas ancianas entre los
12.000 refugiados que reasentó.

A fines de 1959, el CIME había asistido de una forma u
otra a casi 163.000 refugiados.  No fue hasta 1978, durante la
crisis de refugiados de Indochina, que la organización
trasladó a más refugiados que en cualquier otro
año durante la crisis de Hungría.

La pericia y experiencia adquiridas durante esta crisis llegaron
en un periodo de formación de la Organización y
estamparon el sello de lo que hizo en el futuro. Flexibilidad y
rapidez de respuesta se convirtieron en distintivos y cientos de
miles de personas han tenido desde entonces la oportunidad de
empezar una nueva vida en el mundo.

Si desea ver fotografías de la crisis, visite la
página web: "http://www.imagelibrary.iom.int/search.asp?catalogue=historical"
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Haga clic en el menú “Operation/Programme” y
seleccione “Hungarian Exodus”

Si desea mayor información, póngase en contacto
con:

Tina Szabados

OIM en Hungría

Tél.: +361 472 25 00

Correo electrónico: href="mailto:tszabados@iom.int">tszabados@iom.int