Comunicado
Global

Aisladas por los conflictos, la edad y la pandemia, las personas mayores de Ucrania enfrentan las adversidades con dignidad

Lidiia de 80 años muestra el carbón que pudo serle donado gracias a los fondos aportados por la UE. Foto: OIM/Polina Perfilieva 

Lidiia tiene 80 años y vive sola: su marido falleció hace diez años. Su hijo, que es discapacitado, vive ahora en un asilo porque Lidiia ya no puede cuidarlo.

Su conmovedora historia es similar a la de muchas otras personas que se han quedado en la zona de conflicto en Ucrania a pesar de los bombardeos y de la falta de servicios, y que siguen viviendo gracias a sus pequeños huertos y a la cría de ganado.

Y ahora deben enfrentar un nuevo desafío: la COVID-19.

En el sexto año de conflicto en la zona este de Ucrania alrededor de 3.400.000 personas necesitan con urgencia asistencia y protección humanitaria; 1.900.000 de ellas viven en las áreas controladas por el gobierno. “La OIM está movilizando sus recursos para ayudar a quienes se han visto mayormente afectados por este antiguo conflicto y por la más reciente emergencia de salud provocada por la COVID-19, y para brindar soluciones a las comunidades que las ayuden a enfrentar tales situaciones”, sostuvo Anh Nguyen, Jefe de Misión de la OIM Ucrania.

Lidiia es una de las 5.000 personas en estado de vulnerabilidad que reside en las regiones de Donetsk y Luhansk no controladas por el gobierno y que este invierno pudieron darse calor gracias a tres toneladas de carbón que la OIM pudo entregar con el apoyo financiero de la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la UE.

Ella y otros cientos de personas iguales a ella – residentes mayores en la zona de conflicto al este de Ucrania – son fuertes y sorprendentemente resilientes a las adversidades causadas por las hostilidades que han soportado desde 2014.

Actualmente deben enfrentar incluso un mayor aislamiento y mayores sufrimientos dado que se han impuesto limitaciones a los movimientos de personas y por ende es difícil conseguir provisiones, debido a la emergencia en materia de salud provocada por la pandemia del COVID-19 .

“El año pasado tuve que invertir todos mis ahorros en un pozo nuevo ya que el viejo ya no podía usarse, y ahora gasto una parte considerable de mi pensión en medicamentos, de modo que no tengo dinero para poder comprar carbón”, dice Lidiia.

Con fondos de la UE, la OIM también entregó calefactores eléctricos a 500 familias vulnerables.

El Proyecto también aseguró trabajos de rehabilitación en las instalaciones médicas, geriátricos y centros para personas con discapacidades. El 70% de los pacientes que procuran cuidados de la salud en las zonas afectadas por el conflicto al este de Ucrania son personas mayores. Incluso aún antes de que surgiera la COVID-19 las visitas al médico eran un riesgo adicional a la salud para ellos debido a los techos con agujeros y habitaciones con corrientes de aire en muchas clínicas y hospitales. Las instalaciones médicas en esta zona ya estaban desfinanciadas desde mucho antes del brote del conflicto en 2014, y ahora deben enfrentar daños colaterales debido a los bombardeos y a que la infraestructura es ya demasiado vieja, en tanto que los fondos disponibles a nivel local para la rehabilitación son escasos o simplemente inexistentes.

En respuesta a esto la OIM y la UE han financiado las reparaciones de cinco instituciones médicas, localizadas en zonas no controladas por el Gobierno en la región de Donetsk. Nuevas ventanas, puertas y techos, calderas y sistemas de calefacción mejorados han beneficiado a 3.000 personas en estado de vulnerabilidad.  “Antes teníamos que poner baldes en todas partes para el agua de lluvia que se filtraba por los agujeros del techo, pero esa no era la solución. El apoyo que recibimos fue sumamente importante para nosotros”, dijo un miembro del personal del hospital.

En áreas de la Región de Luhansk no controladas por el Gobierno, 14 hospitales e instituciones sociales recibieron almohadas, frazadas, sábanas y toallas.

“Algunas personas se quedan aquí algunos días, otras meses, y nuestro trabajo consiste en que su estadía sea lo mejor posible”, dice el director de un hospicio para pacientes con cáncer que no tiene ni suficientes fondos para financiarse ni suficiente personal. “Tenemos que reemplazar todo, incluso a veces los colchones, luego de que cada paciente es atendido. Los kits que hemos recibido se necesitaban muchísimo ya que las personas que padecen cáncer terminal estarán un poco más cómodas”, dijo el doctor.

Para más información por favor contactar a Varvara Zhluktenko en la OIM Ucrania, Tel: +38 044 568 50 15, +38 067 447 97 92, Email: vzhluktenko@iom.int