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Quiénes somosLa Organización Internacional para las Migraciones (OIM) forma parte del Sistema de las Naciones Unidas y es la organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada para beneficio de todos, con 175 Estados Miembros y presencia en 171 países.
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Nuestro trabajoComo organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada, la OIM juega un rol clave apoyando el logro de la Agenda 2030 por medio de diferentes áreas de intervención que conectan la asistencia humanitaria con el desarrollo sostenible.
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Un peligro inminente y omnipresente
El cambio climático está afectando, desmesuradamente, el frágil ecosistema del Pacífico con sus cientos de miles de diminutas islas habitadas por 10 millones de personas cuyas tradiciones y costumbres datan de milenios.
Si bien estas personas ocasionan tan sólo el 0,03% de las emisiones de gases de efecto invernadero, son las primeras en padecer sus consecuencias. El Programa Regional Medioambiental del Pacífico, que comprende a los jefes de Gobierno de esa región, advierte que la mayoría de las islas está experimentando un cambio climático que repercute en las comunidades, las infraestructuras, el suministro de agua, los ecosistemas costeros y forestales, la industria pesquera, la agricultura y la salud humana. Las consecuencias de la subida del nivel del mar, el incremento de la temperatura del mar, la acidificación del océano, los cambios en los patrones pluviales y el aumento de la temperatura, en general, tendrán consecuencias que no pasarán desapercibidas.
Por primera vez, la OIM ha establecido una operación de socorro por motivos de sequía en las Islas Marshall, un grupo de islas diminutas localizadas entre Hawaii y Papua Nueva Guinea.
Estas islas tienen vínculos históricos con los Estados Unidos de América, y se han beneficiado de una asignación rápida de fondos a la OIM, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), por la suma de 100.000 dólares EE.UU. Este dinero es muy bienvenido, según señala Ashley Carl Jefe de Misión de la OIM en las Islas Marshall (y Estados Federados de Micronesia).
Ashley Carl destaca: “Hace apenas una semana que la misión de evaluación en la que participamos entregó su informe pero ya se observa una respuesta internacional a la situación de emergencia que ha declarado el Gobierno.”
Y añade: “La situación es sumamente alarmante. Hemos encontrado a familias racionadas a sólo un galón de agua potable por día, cuando el mínimo recomendado en situaciones de emergencia es el doble. Y más de la mitad de la población de las Islas al Norte está afectada.”
Esta sequía se debe a la falta de lluvias en toda la República de las Islas Marshall (con una población de 52.558 habitantes). La seguridad alimentaria es una importante preocupación, puesto que las cosechas, plantas y árboles han sufrido los efectos de dicha sequía.
La semana pasada, los barcos gubernamentales empezaron a transportar materiales de socorro suministrados por USAID, incluidos materiales de higiene conservados en los almacenes administrados por la OIM, la distribución se hará a 567 hogares en las comunidades más afectadas. Las unidades de Reverse Osmosis están siendo desplegadas con toda celeridad a las zonas afectadas.
Ahora bien, el cambio climático trasciende la sequía y está empezando a afectar la industria pesquera —una de las pocas fuentes de proteína en esta amplia región.
En un reciente estudio publicado en Nature Climate Change, la Secretaría de la Comunidad del Pacífico y el Instituto de Investigación sobre el Desarrollo de Francia se advierte de las repercusiones que tendría el calentamiento global en la seguridad alimentaria de estas islas. Actualmente, en esa región se pesca cada año alrededor de un millón de toneladas de atún y otros peces similares.
La infraestructura también corre serios riesgos. Esta semana, la radio Nueva Zelandia informó que el Alto Asesor del Cambio Climático de las Islas Marshall advirtió que hay tres atolones de Ailinglaplap que se estaban erosionando. Tres pistas de aterrizaje, caminos, carreteras y escuelas están en peligro.
Ailinglaplap es el hogar de 1.700 personas que viven dispersas en distintas islas del atolón, situado entre 30 y 90 centímetros sobre el nivel del mar.
El Ministro de la Presidencia de las Islas Marshall, Tony De Brum, formuló un fervoroso e inteligente llamamiento para que a escala mundial se conceda atención al sufrimiento de su hermosa tierra. En un editorial para la fundación Thomson Reuters manifestó: “Mi país necesita un precioso don de los pueblos del mundo
—la visión de adoptar una decisión determinante y urgente sobre el cambio climático y la voluntad de aplicar dicha decisión. Sólo a través de una acción concertada podremos protegernos de la subida del nivel del mar y de la falta de agua fresca que ahora amenaza la existencia misma de mi nación.”
Y añadió: “El cambio climático no es simplemente una queja distante sino más bien una realidad para nosotros. Las personas comienzan a preguntarse ¿qué está pasando con nuestro país? ¿Qué harán nuestros hijos? No estamos hablando de nuestros nietos o biznietos sino de nuestros hijos que ya están en primera línea. En otros países, se puede hablar de cambio climático como algo intangible cuyos impactos se harán sentir de aquí a 50 años. Pero si el mundo no va a hacer frente al cambio climático ahora, entonces mi gente tendrá que ser desplazada. Seremos extranjeros en una tierra foránea y habremos perdido nuestra identidad nacional, nuestras tradiciones y nuestra propia identidad colectiva.”
Como muchas naciones insulares pueden atestiguar, cuando las personas se van de las islas, prácticamente, no vuelven más.