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Quiénes somos
Quiénes somosLa Organización Internacional para las Migraciones (OIM) forma parte del Sistema de las Naciones Unidas y es la organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada para beneficio de todos, con 175 Estados Miembros y presencia en 171 países.
Sobre nosotros
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Nuestro trabajo
Nuestro trabajoComo organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada, la OIM juega un rol clave apoyando el logro de la Agenda 2030 por medio de diferentes áreas de intervención que conectan la asistencia humanitaria con el desarrollo sostenible.
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Un mosaico de talentos recibe capacitación empresarial
A pesar del ruido constante proveniente de la antigua y
congestionada Via Nomentana, hay una atmósfera tranquila y
de estudio en el recinto de la Universidad de Malta en Roma.
En un par de salas, alrededor de 40 expatriados marroquíes y
empresarios en ciernes están explicando de manera general
sus planes en desarrollo a Simonetta Bormioli, una socióloga
e investigadora que trabaja para CERFE, una organización sin
fines de lucro que se ha unido a la OIM para darles a los migrantes
la capacitación apropiada con el fin de ayudarlos a invertir
con éxito en su tierra.
“Nuestra primera tarea es escuchar e identificar algunos de
los obstáculos que podrían poner en peligro sus
planes de negocios”, afirma Bormioli. “Esto es
primordial para definir sus necesidades de capacitación y
establecer expectativas realistas para todos los implicados. Una
vez que se haya realizado esto, el programa les
proporcionará a los migrantes el bagaje técnico
adecuado, los contactos y las habilidades para ayudarlos a
emprender un estudio detallado de viabilidad como parte de sus
planes de negocios.”
Todos los que recibirán la capacitación, que han sido
elegidos en función de sus solicitudes en las que esbozaban
sus metas empresariales en Marruecos, están ansiosos de
compartir sus esperanzas para el futuro.
Malayo Abderrazak, con una amplia experiencia como mediador social
en Italia, donde ha vivido y trabajado durante más de 20
años, ha decidido crear una empresa financiera de
intermediación.
“La idea es utilizar como base la valiosa experiencia que he
adquirido como mediador social para establecer una estructura que
movilice fondos de negocios italianos y de comunidades de migrantes
para invertir en nuevas empresas prometedoras, pero a menudo sin
dinero suficiente en Marruecos”, señala Abderrazak.
“Los comercios que depositen fondos en este sistema o se
beneficien de este darán empleo, capacitarán y
apoyarán a jóvenes profesionales en Marruecos e
Italia para ayudarlos finalmente a idear planes de negocios viables
a fin de que establezcan sus propias empresas
pequeñas.”
Abderrazak, que dirige también ATLAS, una ONG activa para
marroquíes que residen en Italia, cree que vincular
mecanismos entre las ONG y los pequeños negocios en ambas
riberas del Mediterráneo ayudaría a promover el
desarrollo sostenible y reducir el estímulo de varios
millares de jóvenes marroquíes de emigrar a toda
costa.
«Mi labor como mediador social me ha llevado al interior de
las cárceles de Italia donde ayudé a mis compatriotas
que estuvieron en el lado opuesto de la ley. Esto me ha hecho
advertir la gran cantidad de tragedias de personas y de
oportunidades económicas que son desperdiciadas a
través de la migración irregular.»
Abderrakaz se considera una persona que trabaja verdaderamente a
nivel transnacional y que intenta sacar el máximo provecho
de su experiencia única para alentar una mayor movilidad de
personas, habilidades y capital.
“La comunidad marroquí en Italia está dispuesta
a invertir en su tierra pero muchos expatriados que tienen ideas de
negocios no saben cómo ponerlas en práctica. Esta
capacitación también es crucial porque nos
permitirá confrontar nuestros sueños con la dura
realidad del mundo del comercio.”
Fatima Chegri es otra de las personas que participan en la
capacitación. Quiere crear un plan comercial con el apoyo
activo de varios de sus parientes que viven y trabajan actualmente
en Italia y Marruecos.
“Tengo dos hermanos que han sido contratados como
técnicos cualificados en una planta de cromado en Venecia y
otro hermano que trabaja como contador superior en Rabat”,
afirma Chegri, que agrega que su familia está dispuesta a
movilizar parte del capital para el negocio. “Durante los
últimos 20 años, hemos comprado terrenos en el centro
turístico costero de Temara y alrededor de este, que
podríamos vender para invertir en la empresa.”
Chegri indica que sus hermanos ya han llevado a cabo un estudio
limitado de viabilidad en Rabat y han identificado lo que a su
parecer es un mercado altamente especializado. Pero la familia se
ha dado cuenta asimismo que no podrían establecer este
negocio sin algún fuerte respaldo.
“Lo ideal sería que estableciéramos este
negocio con el apoyo técnico y logístico de la
empresa veneciana”, manifiesta Chegri. “Una forma de
asociación impulsaría sin duda el comienzo de la
empresa y la haría más sostenible en un corto o
mediano plazo.”
Chegri, que trabaja a tiempo completo para ARCI, una ONG que brinda
apoyo a refugiados y migrantes, dice que simplemente está
muy familiarizada con las consecuencias de la expatriación.
“Los expatriados marroquíes tienen el deber colectivo
de invertir en Marruecos para darles a sus coterráneos
alternativas económicas viables”, agrega Chegri que
cree que esta capacitación y el apoyo de su familia son sus
mejores garantías para el éxito.
Bouhrim Said ha pasado la mayor parte de su vida profesional
trabajando en la industria textil de Marruecos. El año
pasado, su esposa, una funcionaria consular, fue enviada a Roma, la
capital de la moda según Said.
“Le pedí un tiempo de permiso a mi empleador
marroquí porque quería crear un plan comercial en el
que aprovecharía de la mejor manera mis conocimientos y mis
contactos en la industria textil para ayudar a marroquíes e
italianos que aspiran a ser diseñadores en su intento de
crear nuevas marcas”, explica.
Said cree firmemente que el futuro de los jóvenes
diseñadores está en productos terminados de alta
calidad producidos en pequeñas cantidades. Señala que
quiere trabajar con diseñadores y fabricantes de textiles en
Italia y Marruecos para promover el legado cultural único de
su país como un punto fuerte de ventas a la industria
europea de la moda.
“La moda puede ser un mediador fantástico entre
culturas”, señala Said que cree que su proyecto
podría promover además nuevas sinergias culturales
entre los jóvenes italianos y marroquíes.
Ugo Melchionda de la OIM, quien está a cargo del programa
MigResources, es plenamente consciente de la gran cantidad de
peligros subyacentes en el camino a la actividad empresarial con
éxito. “Los migrantes se convertirán en agentes
del desarrollo triunfantes solamente si se hace que posean las
habilidades necesarias en gestión y financiamiento y si se
benefician de redes compactas de apoyo entre asociaciones de
migrantes, administraciones públicas y el sector
privado.”
Como parte del programa, se lanzó un curso similar en mayo
en Casablanca para 30 marroquíes cualificados que deseaban
adquirir nuevas habilidades por medio de capacitación en el
empleo en negocios italianos. El curso, que es organizado en
asociación con el Centro de Estudios y de Investigaciones
Demográficas ubicado en Rabat, da orientación
práctica sobre cómo acceder de la mejor manera al
mercado de trabajo italiano con el objetivo de adquirir
habilidades.
“Se puede conseguir la migración circular a
través de alianzas que promuevan la movilidad mediante
servicios de capacitación laboral u ofertas de empleo
según la oferta y la demanda de mano de obra”, explica
Melchionda. “Este programa es el primer paso para demostrar
que la migración circular promueve la transferencia de
habilidades, la inversión y finalmente el crecimiento
económico en todos los países implicados.”